Jesús llamó y continúa llamando a sus discípulos para estar con Él y para enviarlos a predicar, como leemos en los Evangelios (Mc 3,13-14). Es absolutamente necesario hacer hincapié en la prioridad del Hijo de Dios: dice explícitamente que los llamó para estar con Él; y se entiende, ya que sólo desde Él puede el hombre dar “algo de Dios a sus hermanos”. Cuando no es así ¿qué sentido tiene la predicación?
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