Al igual que María, la hermana de Marta yo quiero escoger la mejor parte: Escuchar la Palabra del Señor y meditarla en mi corazón. Me estremezco de alegría porque Dios con su Palabra me descubre el inmenso amor que tiene por mí y por todos los hombres.
"¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?. En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado". Romanos 8,35-37
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