Jesús nos llama a la conversión, y nos llama hoy. Nos dice el Evangelio que Jesús llamó a Pedro y su hermano Andrés y les dijo: “Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”. Igual hizo conSantiago y Juan que estaban repasando las redes con su padre Zebedeo, y también inmediatamente dejaron la barca y lo siguieron.
Jesús los llamó, y sus respuestas no fueron: “ya iremos más adelante, que ahora estamos muy atareados y tenemos muchas cosas que hacer”. Jesús dijo: “Ojalá escuchéis hoy mi voz”. Hicieron lo que Jesús nos pide. No lo dejemos para mañana; Dios nos llama hoy; nos llama a la conversión hoy; quiere dárnoslo todo hoy; no sea que mañana sea demasiado tarde.
Debemos acudir a su llamada de inmediato, y no dejarlo para más adelante porque por ese camino nunca nos convertiremos. ¿Por qué dejar para más tarde lo que sabemos que es bueno para este momento?
Somos llamados y enviados, y no deberíamos de tener miedo porque Él llama a los más discapacitados para que se manifieste la Gloria de Dios, su Espíritu no deja sólo a nadie y pone sus Palabras en nuestra boca para que “a toda la tierra alcance su Pregón”.
Dice el Señor: “No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a vosotros; y os he designado para que deis fruto y vuestro fruto permanezca, a fin de que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. (Juan 15, 1-17)
Señor concédeme la sabiduría de los apóstoles y siga su ejemplo, que al oír la voz del Señor lo dejaron todo y te siguieron.
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