Esperar con anhelo a alguien, denota cierta vitalidad.
Esperar apasionadamente al "Alguien", refleja sintonía con la Vida, la que arroja al tiempo con sus años al rincón del olvido. Tanto el tiempo como los años nos acompañan y acompañarán pero el discípulo del Señor Jesus es consciente de que son relativos y caducos hasta que Dios esculpe en ellos el sello de su Eternidad. El Adviento proclama que la Fiesta de estar con nuestro Maestro y Señor no tiene fin y es que Él viene para elevarnos a su altura. Esto es lo que celebramos en Adviento.
P. Antonio Pavía
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