¡Qué dichosos son los que viven en tu casa alabándote siempre! (Del salmo 83).
Mientras vivimos en la tierra , tristezas y alegrías se alternan a lo largo de nuestra existencia.
Los discípulos de Jesús tenemos siempre los ojos puestos en Él y alabamos a Dios en todo momento, también en medio del dolor porque Dios es Bueno, es el sumo Bien, nuestra Alegría y Esperanza.
"Aunque la higuera no echa yemas y las viñas no tienen fruto, aunque el olivo olvida su aceituna y los campos no dan cosechas, aunque se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo, me gloriaré en Dios mi Salvador" Ha
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