viernes, 29 de junio de 2018
¿QUIEN ERES SEÑOR? (Hch 9,5) MC 5,21-43 para el Domingo XIII del Tiempo Ordinario 1-07-2018
LOS SIGNOS DE LOS CREYENTES
Estos son los signos que acompañaran a los que crean: en mi Nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos, y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien (Mc 16, 18)
Hemos que pensar que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, hecho un ser que se rige por criterios de la razón, sello de la Razón del Creador, necesita para creer, que lo que él lee o recibe es “razonable”.
Y este texto merece que lo meditemos con más profundidad: Es cierto que existen sacerdotes dedicados a los temas de exorcismo, con el don de Dios de expulsar demonios. Aunque en este tema, como en todos los que se tocan asuntos escatológicos, las dudas de los hombres puedan ser hasta razonables. Los demonios que en nombre de Dios podemos expulsar son los propios demonios que llevamos dentro: la avaricia, la soberbia, la lujuria, la ira, la envidia, la gula y la pereza: los siete pecados capitales. Son los siete demonios que Jesucristo expulsó de María Magdalena, los mismos que podemos tener nosotros.
Hablarán lenguas nuevas: los entendidos en temas demoníacos cuentan que es un síntoma de posesión diabólica el hablar idiomas, sin tan siquiera haber pasado antes por los procedimientos culturales de estudio que son acostumbrados. Otros síntomas es desafiar las leyes de la gravedad, andando por los techos o paredes…
¿A qué se refiere el Señor? Yo creo que no hay nada diabólico en lo que Él nos dice. Cuando uno inicia por su Gracia, un camino de fe, la vida le empieza a cambiar. La fe viene por la predicación del Evangelio – dice san Pablo-; y es en esta escucha atenta, cuando su vida comienza a cambiar. Su lenguaje ya no es el mismo, sus vivencias tampoco…el interés que antes le suscitaban determinados temas, pasan a segundo o tercer plano… o desaparecen…su relación con el dios dinero es diferente, su lenguaje ha cambiado: “Habla una lengua nueva”. Es la experiencia de los apóstoles en Pentecostés.
Entonces podrán agarrar serpientes en sus manos; nuestra relación con los afectos que eran antes que Dios, cambia. La serpiente personifica el poder de Satanás,-recordemos cómo engañó a Adán y Eva en el Paraíso-, y ahora podemos relacionarnos con el dinero de forma que ya no domina nuestra vida. Esta serpiente la podemos separar de nuestra vida con nuestras propias manos…
¡Cuántos venenos habremos tragado antes!¡Cuántos sinsabores y sufrimientos en la vida habremos aguantado! ¡Cuánto nos habrán hecho sufrir! Y cuánto habremos hecho sufrir a los demás…Este veneno ya no nos hace daño, porque aprendemos a confiar en el Señor
¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Preguntó Jesús a los hijos de Zebedeo, cuando su madre pidió un puesto para ellos en el Reino de Dios. ¡Sí podemos! Respondieron. Sin saber en qué consistía “beber ese cáliz”.
“El cáliz lo beberéis, pero el puesto a mi derecha e izquierda es para quien lo tiene reservado mi Padre”,contestó Jesús. El cáliz de la Pasión que bebió Jesucristo sólo Él lo podía beber…los Apóstoles lo bebieron más tarde con el martirio.
Pues este veneno que nos ofrece la vida a cada paso, el de la incomprensión a causa del Evangelio, el desprecio de los familiares y amigos que no nos comprenden…los sufrimientos y persecuciones por seguir a Cristo, el ser relegado a un segundo tercer lugar en el trabajo, porque “apestas” o “hueles a incienso”…Este veneno sufrido por amor a Jesús lo podemos beber y ya no nos hace daño:“Bienaventurados vosotros cuando os persigan, y calumnien y digan mentiras contra vosotros por causa del evangelio: estad alegres, porque vuestra recompensa será grande en el Reino de los Cielos…” (Mt 5)
Es más: al imponer las manos, -epíclesis, que significa invocación al Espíritu Santo-, veremos la expresión del enfermo: su cara se iluminará de paz.
(Tomás Cremades)
jueves, 28 de junio de 2018
Poemas II.-LOS PUENTES
Abro el libro y sales a mi encuentro con Palabras que son puentes que tú construyes entre tú y yo
Cada uno de ellos, un puente distinto que me lleva de ti a mí. De mi a tu eternidad
Cada palabra es un puente que, una vez cruzado, abre mi vida al otro lado, donde estás Tú.
Allí se despliega un paisaje nuevo, brillantes, insólito, cálido.
Un lugar que rompe las barreras de mi mundo limitado por los sentidos y, donde mi alma encuentra su hogar.
Ahora vuelvo desde esos puentes, tus palabras, a mi mundo, al de aquí.
Lo recuerdo y espero de nuevo el momento en que Tú me invites de nuevo a cruzar otro puente hasta allí.
Intuyo que así, Tú me enseñas en esos encuentros, cómo es la Vida Eterna.
(Olga Alonso)
domingo, 24 de junio de 2018
Poemas II.- LA VERDAD
sábado, 23 de junio de 2018
¿QUIEN ERES SEÑOR? (Hch 9,5) Lc 1,57-66.80 para el Evangelio del XII Domingo del Tiempo Ordinario 24-06-2018
viernes, 22 de junio de 2018
Salmo 18(17).- Te Deum real
TEXTO BÍBLICO
(Del maestro de coro. De David, siervo De Dios.)
Él dirigió al Señor las palabras de este cántico, cuando el Señor lo liberó de todos sus enemigos y de la mano de Saúl.
Y dijo:¡Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza!
¡Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador; Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte!
¡Alabado sea Dios! iInvoqué al Señor y me salvó de mis enemigos!
Me envolvían olas mortales, torrentes destructores me aterraban, me cercaban los lazos de la muerte, se abrían ante mí trampas mortales.
En mi angustia invoqué al Señor, dirigí a Dios mis gritos. Desde su templo Él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus oídos. Entonces se estremeció y tembló la tierra, vacilaron los cimientos de los montes, sacudidos por su cólera.
Al fulgor de su presencia, las nubes se deshicieron en granizo y centellas.
El Señor tronó desde el cielo, el Altísimo hizo oír su voz; disparó sus flechas y los dispersó, y los expulsó lanzando sus rayos.
Apareció el fondo de los mares, y se vieron los cimientos del orbe, a causa, Señor, de tu estruendo y del viento que resoplaban tus narices.
Desde lo alto alargó la mano y me agarró, me sacó de las aguas caudalosas. Me libró de un enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo.
Me asaltaron en el día de mi derrota, pero el Señor fue mi apoyo. Me sacó a un lugar espacioso, me libró porque me amaba.
El Señor me pagó según mi justicia,
me retribuyó conforme a la pureza de mis manos, porque he seguido los caminos del Señor y no me he rebelado contra mi Dios. Tengo presentes todos sus mandamientos, nunca me he apartado de sus preceptos; para con Él he sido irreprochable y me he guardado de la injusticia.
El Señor retribuyó mi justicia, la pureza de mis manos en su presencia.
Con el fiel tú eres fiel, con el íntegro tú eres íntegro, con el sincero eres sincero, pero con el perverso tú eres astuto.
Tú salvas al pueblo humilde y humillas los ojos altaneros.
El camino de Dios es perfecto, la palabra del Señor se cumple siempre. Él es escudo para los que a Él se acogen.
¿Quién es Dios fuera del Señor ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?
El Dios que me ciñe de poder y hace perfecto mi camino, que asemeja mis pies a los del ciervo y me mantiene firme en las alturas.
Adiestra mis manos para la guerra, y mis brazos para tensar arcos de bronce.
Tú me diste tu escudo salvador, tu diestra me sostuvo ,y multiplicaste tus cuidados conmigo.
Ensanchaste el camino ante mis pasos, y no flaquearon mis tobillos. Perseguí hasta alcanzar a mis enemigos, y no me volví hasta acabar con ellos. Los derroté y no pudieron levantarse; cayeron bajo mis pies.
Me ceñiste de fortaleza para el combate, doblegaste ante mí a mis agresores.
Me mostraste la espalda de mis enemigos y exterminé a mis adversarios.
Gritaban, pero nadie vino a socorrerlos. Gritaban al Señor, pero no les respondía.
Los deshice como polvo que arrebata el viento, los aplasté como el barro del camino.
Los extranjeros se me sometían, me prestaban oídos y me obedecían. Los extranjeros palidecían, y salían temblando de sus fortalezas.
¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi roca! Sea ensalzado mi Dios y Salvador, el Dios que me concedió venganza y me sometió los pueblos; que me libró de enemigos furiosos, me exaltó sobre mis agresores y me salvó del hombre cruel.
Por eso, Señor, te alabo entre las naciones y toco en honor de tu nombre: «Él da grandes victorias a su rey,
y tiene misericordia de su ungido, de David y de su descendencia por siempre».
Jesucristo vence al mal, no con las mismas armas del mal sino con la fuerza de Dios y nos hace partícipes de esta victoria a todos los creyentes.
Padre, perdónales, siempre te han manipulado y por eso están ciegos, solamente han tenido ojos para ver su propia gloria.
Padre, las fuerzas de los hombres se abaten contra mí, por eso me apropio de la oración que inspiraste al salmista y te grito ¡tú eres mi fuerza…! «En tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,45). No hay fuerza ni violencia en el Príncipe de este mundo para abatir mi espíritu.
¿Y el hombre? ¿Puede el hombre por sus propios cumplimientos traspasar la ley del talión? Evidentemente, no. El pecado original la ha impreso en nuestras entrañas, podríamos decir que incluso la llevamos genéticamente. Con su muerte, Jesucristo aplastó la ley del talión, que es la causa de todas las discordias, crímenes, injusticias, miserias y guerras de la humanidad y, por supuesto, está también en la raíz de todos los desórdenes internos de cada hombre.
Jesucristo muere victorioso y ofrece gratuitamente esta victoria a todos los hombres. Es la gracia de las gracias, que nos hace morir genéticamente a la ley del talión y nos concede la nueva naturaleza de hijos de Dios. No es un perfeccionismo moral, ya que nunca, ni la más alta y encumbrada conquista moral, ha podido ni podrá jamás aplastar nuestra genética de la ley del talión.
Es el Evangelio, la Palabra de vida otorgada por la sangre del Cordero inocente, la única posibilidad de anular el veneno de esta ley de muerte. En Jesucristo, el hombre, revestido de la misma fuerza con que Él entró en la Pasión, vence el mal con el bien, el bien que es el arma de Dios.
jueves, 21 de junio de 2018
Perdón y Renovación
"Devuélveme el gozo y la alegría. Que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista. Borra en mi toda culpa." Sl 51(50)
Esto se siente cuando te acercas al sacramento de la confesión y parece que te quitan de encima un gran peso, te sientes libre ,feliz ,... Esto me imagino que sintió Zaqueo cuando el Señor le miró; qué tendría aquella mirada que cambió toda su vida,y qué felicidad sentirse perdonado .... Tenemos que pedir al Señor como dice el mismo Salmo: ¡Oh Dios crea en mi un corazón puro, Renuévame por dentro con espíritu firme.!
Ya sé yo que sin Tí no puedo hacer nada ... Pero tengo fe que lo que empezaste en mí lo terminarás... Tú lo prometiste, y eres de fiar
ÉSTE ES NUESTRO DIOS
(Carmen Pérez)
miércoles, 20 de junio de 2018
POR LA MUJER, REENCONTRAMOS EL CAMINO
La sensibilidad femenina, el sacrificio permanente (en silencio muchas veces) de la mujer, el amor que muestra, la novedad del encuentro facilitado por ella, su contagiosa alegría, por su maternidad única e imprescindible, por la creatividad renovadora que imprime, cuando interviene en altas funciones…., todo, todo, se hace nuevo o se revitalice desde la mujer. Por ello entiendo (y comparten muchas /os) será la mujer y por ella se facilite la llave o clave que esperamos para encontrar y volver al camino seguro, donde transitar hacia el equilibrio renovador que nuestro mundo ansia, espera…, esperamos. A fin de entraren la “Cultura Nivelada” o la “Cultura del encuentro”como reclama el Papa Francisco. Mundo globalizado que en la actualidad se halla un tanto desnortado, desorientado, confundido y sumamente convulso. Que no logra alcanzar la paz, ni encuentra el equilibrio obligado de empleo y trabajo en sus “cinco continentes”. De ahí que gran parte de sus habitantes mantengan un éxodo existencial aterrador, que nos interpela.
martes, 19 de junio de 2018
¿Tenemos tiempo para Dios?
sábado, 16 de junio de 2018
viernes, 15 de junio de 2018
¿QUIEN ERES SEÑOR? (Hch 9,5) (Mc 4,26-34) XI Domingo del Tiempo Ordinario 17-6-2018
miércoles, 13 de junio de 2018
Como un niño
martes, 12 de junio de 2018
Poemas II.-ELLOS, LOS PROFETAS
sábado, 9 de junio de 2018
viernes, 8 de junio de 2018
LA SANTIDAD EN EL MATRIMONIO
jueves, 7 de junio de 2018
Salmo 15(14).- El huésped de Yahvé
el que no hace mal a su prójimo y no difama a su vecino;
¡El que así obra nunca se tambaleará!