lunes, 27 de julio de 2020

VIVE EN DIOS

Vive en Dios y El iluminará cada recodo de tu existencia
Aprenderás a dejarte abrazar por su paz y a recibir cada mañana su aliento y su fuerza
Vive en Dios y tu corazón estallará de alegría, tus noches se convertirán en días y no necesitarás nada más
Espera en Él como espera la naturaleza en silencio la llegada de la primavera
Sabiendo que , a cada invierno, le sigue la plenitud, que hay que saber morir, morir y nacer de nuevo
Vive en Dios, espera, Él llega, seguramente ya está
Pero a veces necesita que aprendamos a esperar. 

(Olga) 
comunidadmariamadreapostoles.com

sábado, 25 de julio de 2020

Reflexión al Evangelio del XVII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A (Mt 13,44-52)

EL TESORO O los tesoritos

Cuando Israel llegó a la Tierra Prometida Dios le dijo : "Amarás a Dios con todo tu corazón,con toda tu alma y con todas tus fuerzas" ( DT 6,5) sellando así su elección y predilección por él. Estas palabras nos identifican como discípulos de Jesús. Los que se dejan llevar por sentimentalismos se emocionan y hasta lloran al leerlas pero de ahí no pasan. Los que se conocen bien, también lloran pero de impotencia al no poder cumplirlas, como le pasó a Pedro. Sin embargo nos podemos alegrar al leer lo que Dios dice a Israel a continuación : " Queden en tu corazón estás palabras.." (DT 6,6). Dios nos dice que guardemos sus palabras aunque sean inalcanzables ..guárdalas como María ...y Dios mismo hará que se cumplan en tí. El Evangelio de hoy nos habla de esto.Todos los  buscadores de Dios de corazón sincero, tarde o temprano comprenden que el Evangelio de Jesús es el Tesoro de todos los tesoros porque encierra la Vida que buscan y  desean. Al encontrarlo lo esconden -es su guardar la Palabra- y dejan de lado sus tesoritos, por los que tanto se han agobiado, para poder hacerse con el Tesoro por excelencia. Una disposición así es tan agradable a Dios que reviste sus corazones con su Fuerza y su Sabiduría haciendo así alcanzable el Evangelio  considerado hasta entonces inalcanzable. Así las cosas nos toca escoger entre nuestros tesoritos o el Tesoro por excelencia: El Evangelio de Jesús

(P.Antonio Pavía) 
comunidadmariamadreapostoles.com

martes, 21 de julio de 2020

Salmo 57(56).- En medio de los leones

Texto bíblico

Piedad, oh Dios, ten piedad de mí,
pues mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas,
mientras pasa la desgracia.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace todo por mí.


Desde el cielo me enviará la salvación, confundiendo a los que me atormentan.

¡Dios enviará su amor y su fidelidad!

Estoy echado en medio de leones
que devoran a los hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
jElévate sobre el cielo, oh Dios,
que tu gloria domine la tierra entera!

Tendieron una red a mis pies,y yo bajé la cabeza; 

delante de mí cavaron una fosa,y cayeron en ella.

Mi corazón está firme, oh Dios,
mi corazón está firme.
¡Voy a cantar y a tocar!
¡Despierta, gloria mía!
iDespertad cítara y arpa,
despertaré a la aurora!
Te alabaré entre los pueblos, Señor,
tocaré para ti en medio de las naciones, pues tu amor es más grande que los cielos,
y tu fidelidad alcanza a las nubes.
Y ¡Elévate sobre el cielo, oh Dios,
que tu gloria domine la tierra entera!

Reflexión: Bajo tus alas

Un hombre que alberga en su corazón el deseo de ser fiel al  Dios de la Alianza, se siente alcanzado por una prueba superior a sus fuerzas, sufre un total desfallecimiento de su alma.Cuando una persona se ve probada y perseguida de esta manera a causa de su fe, Dios no la abandona a su suerte, no se desentiende de ella y, menos aún, no la deja a merced de sus enemigos. Dios infunde sobre él su
sabiduría y fortaleza para vencer la prueba.
Así vemos a nuestro hombre, invocando con sabiduría a Dios y suplicándole que su alma atormentada encuentre cobijo a la sombra de sus alas, algo así como si fuese un águila protectora. 
A la luz de esta imagen tan plástica de salvación, nuestros ojos se vuelven al Hijo de Dios crucificado. Él es el que verdaderamente se acoge, como si fueran alas de águila, a los brazos abiertos de su Padre: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Manos y brazos de salvación que le rescatarán de la muerte. En Jesucristo todos estamos salvados. Todos los títulos que Israel ha dado a Dios como: refugio, protector, redentor, rescatador, salvador, etc., se cumplen en Jesucristo en favor nuestro. 

 Dios nos acoje, por medio de su Hijo, lo que no deja de escandalizar a los escribas y fariseos porque, para sorpresa de estos, nadie queda excluido; como lo vemos, entre muchos y variados textos, en este de san Lucas: «Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos» (Lc 15,1-2). 

Es más, nos es fácil hacer una transposición de imágenes. Así como hemos visto a Israel escondido en el plumaje del águila y, sobre las alas de ésta, ha sido llevado de Egipto a la tierra prometida, podemos ver al hombre, alejado como oveja perdida, a cuyo encuentro va
Jesucristo como Buen Pastor, quien la pone, contento, sobre sus hombros. Este ir sobre los hombros de Jesucristo, imagen de las alas del águila, no es para conducirle a una tierra prometida, sino directamente al seno del Padre.
Todo hombre, por el hecho de serlo, es un alejado con respecto a Dios. La imagen de Adán y Eva saliendo del paraíso es la nuestra. Ningún hombre ha podido franquear la puerta de entrada para volver a la presencia de Dios. Así pues, Dios mismo la franqueó para nosotros viniendo a nuestro encuentro y, como Buen Pastor, nos lleva sobre Él hacia el Padre, como Israel fue llevado en alas de águila hasta la tierra prometida.

lunes, 20 de julio de 2020

TU DIESTRA ME SOSTIENE. (S-63,9)

Señor, "Mí alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene...". Cuantas veces mi Jesús, como Pedro te habré negado....y sin embargo no me has rechazado porque desde siempre me has amado.

Si tantas veces te he fallado....otras tantas me has perdonado.  Tu Palabra es mi garante porque dices la verdad: " Hasta setenta veces siete has de perdonar" (Mt. 18,21-35)

Tantas veces ignorado....pero tú siempre a mi lado.

Tantas veces por el peso de mis pecados,  intenté salir del redil...pero otras tantas saliste a por mí. Como a la oveja descarriada, nunca apartas de mí tu mirada. 

Cuantas veces quería escapar....pues con cuerdas de amor me hiciste regresar. (Oseas 11,4)

Cuantas veces me he cansado, otras tantas en tus brazos me has llevado. En la Cruz, mi querido Jesús,  los abriste del todo por mí. 

Cuantas veces no te escuché....tu paciencia una y otra vez..."no pasa nada,  te lo repito otra vez".

Pero también,  cuando mi alma te ha buscado....al final siempre te he encontrado.Ten en cuenta: "El que busca encuentra". (Mt. 7,7-11)

Tantas veces he llorado....y siempre tus Palabras me han consolado ; sí, cuando te he necesitado, junto a mí has estado...me dices... "No temas siempre estaré contigo" (Is.41,10) donde vayas yo te sigo. 

Cuantas veces he tropezado....con tus manos me has levantado.

Señor, adónde iré lejos de tu aliento? Si mi camino se desvía guiame por el camino eterno (S. 139). Tu Palabra me ha hecho comprender que sin ti mi vida y mi futuro no conduce a ningun sitio seguro. 

Adónde voy a ir....? A pesar de todo tu me amas tal como soy....para qué escapar si tú sólo tienes Palabras de Vida Eterna? (Jn. 6-68). Fuera de ti mi vida se agota, no hallo descanso. Siento deseos de poderte escuchar porque es la única manera de conocerte mejor,  amarte y aceptar tu voluntad porque tu me conduces por caminos de eternidad. 

No tengas miedo alma mía....tan solo deja que Dios sea Dios y permítele actuar,  siempre....hasta el final. 

Padre mío,  sostén mi fe para que no me pueda soltar,  ya que..."mi alma está unida a ti si tu diestra me sostiene".

Siempre Señor, Tú en mi....yo en Ti.

(Mari Pili) 
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 17 de julio de 2020

Reflexión al Evangelio del Domingo XVI T.Ord. Ciclo A (Mt 13,24-43) TRIGO O CIZAÑA

Hoy Jesús nos habla del trigo y la cizaña. Al crear a Adán y a Eva Dios sembró buen trigo en sus corazones, simbolizado en el fruto del árbol plantado en medio del jardín del Edén. Bien les iba a nuestros primeros padres ese fruto que solo podía darles Dios, eran sus Palabras de Vida. El cronista nos hace saber que todas las tardes Dios se encontraba con ellos en su paseo por el Edén en la brisa de la tarde, indicándonos con esta imagen la comunión íntima existente entre Dios y el hombre en general. Demasiado bello para que Satanás, el Envidioso y Enemigo del hombre por excelencia se quedase con los brazos cruzados. Se acercó entonces a ellos y sembró en ellos la cizaña, haciéndoles creer que alcanzarían la perfecta felicidad si alargando la mano se hacían ellos con los frutos del Árbol de la Vida. Y..¿donde está el problema ? Pues en que si comemos la Palabra de Vida de las manos de Dios la comemos tal y como es, mientras que si somos nosotros los que las cogemos, el afán posesivo de nuestras manos amasan la Palabra hasta convertirla en palabritas que concuerdan con nuestra mediocridad.. y es tal la Mentira que se adueña de nuestro corazón, que al igual que Eva, llamamos a estas palabritas insulsas :La Gran Sabiduría.(GN 3,6). Compadecido Dios de tanta necedad..y encima encumbrada, Envío su Trigo, su Palabra entre nosotros: ¡Jesús!, a quien la Necedad encumbrada levantó en la Cruz. El Trigo está entre nosotros, se llama Evangelio.Los amantes de la Verdad buscan el Rostro de Dios entre sus páginas...y lo encuentran. 

P. Antonio Pavia comunidadmariamadreapostoles.com

jueves, 16 de julio de 2020

¿Has visto la luz que emanan las estrellas?


¿Puede acaso el sol mirar sus adentros?
El sol que tan enigmático y radiante  salta de su lecho como un hercúleo guerrero recorriendo erguido de un extremo a otro su sendero , para mirarnos  desde lo alto del cielo  desprendiendo su fuego, su calor y su radiante luz vibrante de vida, un lucero tan extremadamente hermoso con un poder tan extraordinario capaz de disipar la oscuridad más densa lentamente, poco a poco, a medida que va despuntando en la mañana , que con su amor  en su centro explosiona estallando en  haces de luces que refulgentes se asemejan a  millares de bailarinas vestidas de  blanco tul brillante  que emprendiendo  una delicada danza van penetrando en todos los rincones de las cosas adormecidas prendiendo  luz en la luz dormida. Circundado en amor se expande hacia fuera como un torbellino de fuego, porque no puede contener dentro de sí tanta dicha de su Creador.
¿Puede acaso la luna volver sus ojos hacia dentro?
La luna que emerge sigilosa de su aposento cuando la tenue sombra va cubriendo de ensueño la luz de las cosas visibles envolviéndolas en el soporífero descanso de la noche nocturna, que como un amante sale buscando despavorida  que el sol desde lo lejos la mire con ternura para brillar en la oscuridad ,la luna puesta en el cielo como testigo fiel para siempre por nuestro Señor creador , ella, si se mirase hacia dentro por si misma solo vería oscuridad y vacío, pues necesita del sol para quedar prendida de luz en el cielo nocturno. 
Pero Tu y yo, podemos mirarnos dentro y encontrar la luz, encontrar el fuego que arde sin consumirse y el calor que hierve recorriendo a borbotones nuestras venas como una fuente de agua inagotable que sacia y sale fuera elevándonos más allá de las estrellas.
Y te pregunto…
¿Has visto la luz que emanan las estrellas, allá, en lo más alto de lo alto del cielo, prendidas en el manto azul de la noche oscura, cuan hermosa es su luz tan penetrante y misteriosa?
Una sola, apenas se distingue en el basto firmamento, pero todas juntas dibujan un inmenso resplandeciente tapiz, que vibra de pura luz radiante.
 Y es verdad, que ningún ojo humano es capaz de abarcar de tan extensa belleza y delicada armonía y, sin embargo, todo está en un calmado constante silencio. Un silencio que no es silencio porque dentro de ti escuchas …si cierras los ojos, el ritmo de los sonidos escondidos de la vida.
La vida… Palabra de vida que te envuelve, que te levanta y que continua, que es vida mucho antes de los tiempos, vida de la que emana la energía de la alegría, que te eleva con los brazos del alma abiertos para sumergirte en las aguas profundas del océano infinito del universo, haciéndote ser una milésima parte en la unidad de toda la creación, nacida del Don Divino de Amor entregado, misericordioso, de nuestro Padre Dios creador.

(Loles) 
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 10 de julio de 2020

Reflexión sobre el Evangelio del Domingo XV del Tiempo Ordinario Ciclo A (Mt 13,1-23) TU ALMA, PARCELA DE DIOS

(Mt 13,1-23)
https://youtu.be/X3J7GXq1EZI
Jesús nos habla hoy de un sembrador que esparce sus semillas por sus campos. 
Unos estaban descuidados, con piedras, zarzas, hierbajos..etc, de forma que todo se secaba y echaba a perder. También menciona parcelas bien cuidadas que dieron fruto en abundancia. Nuestra alma es una parcela de Dios, pero como dice San Pablo, tenemos una fuerte inclinación al mal (Rm 7,15..), inclinación que provoca que nuestra parcela se convierta en un erial, en el que acumulamos, incongruencias, mediocridades, y rezos que, aunque uno se sepa el Evangelio de memoria, no se hacen para estar a gusto con Dios sino sólo para "cumplir", ¡como si esto le importase algo a Él!... 
en fin, demasiados abrojos y estorbos que anulan la posibilidad de dar fruto.. . 
Y si esta es nuestra situación  nos preguntamos: ¿Para qué intentar  ser discípulos de Jesús... ¿Qué esperanza tenemos de llegar a serlo?.. La buena noticia es que nuestra esperanza es que como sucedió con Leví el publicano. (Lc 5,27-29) Jesús pasa a nuestro lado y nos dice: ¡Sígueme! Y nosotros, perplejos ante esta deferencia del Hijo de Dios, nos levantamos de la mesa, bazar de nuestros desperdicios, y le seguimos... Y al dar este paso nuestra alegría es tal, que "montamos" una Fiesta en nuestra casa. 

P. Antonio Pavia-Misionero Comboniano   comunidadmariamadreapostoles.com

martes, 7 de julio de 2020

ME SALVA BUSCARTE

Me salva buscarte
Apagar el fuego que brota del corazón y devora el alma
No me salva el mundo, ni mi voluntad
No me salvan ellos ni lo que me dan, me salva buscarte
Me salva romper la desidia de mis días, tejidos de buenas obras y buscar hasta saber qué piensas tú de mi vida
Me salva estar inquieta, me salva correr tras de ti cuando, fugaz, pasas por mi vida y me encuentras ocupada en todo lo que no salva
Me salva salir, dejar mi tierra, dejar que me hiera la cruda verdad
Me salvas tú siempre, me salva el deseo de querer buscarte, buscarte y hallarte

Y  salir mañana otra vez de mi y buscar tus ojos, y correr tras ellos, buscando tu luz. 

(Olga) 
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 3 de julio de 2020

Reflexión al Evangelio del XIV Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 11,25-30) 5-07-2020

https://youtu.be/949XeGSwTWQ

Exultante de gozo, Jesús eleva sus ojos al Padre y le dice: ¡Te doy gracias Padre, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes de este mundo y se las has revelado a los pequeños!.
En la Espiritualidad de la Palabra, la expresión "estas cosas" indica el Misterio de Dios. 
Lo cierto es que por las diversas  Ciencias se puede aceptar la existencia de Dios, pero quién es, qué relación tiene contigo, qué puede hacer por tí, esto solo está al alcance de los pequeños. Estos no conocen a Dios como Ser Supremo, sino como "su Padre". Dicho esto, tengamos en cuenta que la palabra "pequeño" en la Escritura es sinónimo de discípulo, en este caso, de Jesús. Una relación así con el Hijo de Dios, nos hace extraños al mundo al que Jesús y su Evangelio tanto estorban por la Luz que tanto cuestiona a ese mundo. Bien sabe esto Jesús, .. lo vivió en su propia carne y así como Él se refugió en el Amor del Padre, nos dice a todos los que a pesar de nuestras precariedades pretendemos alcanzar el Discipulado.. ¡¡Venid a mí los que estáis agobiados y cansados... conoceréis el descanso del alma!!. El descanso del alma es una creación de Dios, no está a nuestro alcance ni al alcance de nadie.. Se trata de fiarnos del Señor Jesús y dejarle que cree en nostros.. ¡¡¡El Descanso del Alma!!! 

P.Antonio Pavia-Misionero comboniano
comunidadmariamadreapostoles.com

jueves, 2 de julio de 2020

DIOS TOCA TU CORAZÓN

Hay un episodio en el Libro de los Reyes, concretamente en el capítulo 19 que profetiza lo que después en diversos episodios evangélicos podríamos llamar como “el paso de Yahvé”.

 
Sucede que el profeta Elías ha matado a los cuatrocientos cincuenta Baales y es perseguido por el ejército de la reina Jezabel para matarlo. Él ha dado testimonio público de que el verdadero Dios es Yahvé, y se ha ganado el odio y la persecución de todo un pueblo. Elías sale huyendo y se refugia en  Berseba de Judá, como nos narra el versículo 3: “…anduvo por el desierto una jornada de camino hasta llegar y sentarse bajo una retama…”. Se recostó y quedó dormido, pero un ángel le tocó y le dijo:”…Levántate y come…”Miró a su cabecera y vio una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. El ángel de Yahvé volvió por segunda vez, le tocó y dijo: “…Levántate y come pues el camino ante ti es muy largo…”. Se levantó, comió y bebió y con la fuerza de aquella comida caminó durante cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb.

Elías se sienta bajo una retama; es la imagen del que está vencido, derrotado, no tiene fuerzas para continuar. Son tan graves los acontecimientos que le esperan que se desea la muerte y no puede seguir. La imagen de “sentarse” ya nos indica que es un perdedor, se identifica con la muerte que intuye le espera, y está como el ciego de Jericó, al borde del camino, aceptando su mala suerte y el abandono de Yahvé.

Quizá a veces nos encontremos en esos momentos  ante una determinada situación de nuestra vida. Probablemente en los tiempos actuales nadie nos persigue para matarnos, pero los problemas del día a día se nos hacen tan pesados y la solución, si existe, es tan lejana, que  deseamos “apartar de nosotros ese cáliz amargo”. Nos recuerda algo ¿verdad? Hasta el mismo Jesucristo tuvo que pasar por este trance para redimirnos.

Aparece en la escena el ángel de Yahvé, que le toca. Lo dice dos veces. Y le pide levantarse y comer. Por decirlo de otra forma, le exige “ponerse en pie”. Es decir, tomar la postura del Resucitado, el estar en pie. Y le ordena comer para coger fuerzas. No un alimento cualquiera, le presenta una torta-suponemos de pan- y un jarro de agua.

Con este alimento se alimentaban tradicionalmente los presos a quienes se les mantenía a pan y agua para que no muriesen en la cárcel. “A pan y agua”.
En este texto hay algo mucho más fuerte: Este pan y esta agua son los alimentos que el Señor Jesús nos da como alimento cuando nos dice YO SOY EL PAN VIVO, YO SOY EL AGUA VIVA.

Es pues una imagen preciosa que ya profetiza lo que ha de ser para nosotros el alimento para el camino de nuestra vida, camino muy largo, como nos indica el texto.

En la Escritura vemos que no sobra ni falta ni una sola palabra. Ya decía Jesús: “…mientras duren el cielo y la tierra no dejará de estar vigente ni una i ni una tilde de la Ley…”(Mt 5,18).

 Y el ángel de Yahvé- que no es sino el mismo Dios-le toca

Entrando en una ciudad, se presentó un leproso que, al ver a Jesús, se echó en tierra, y le rogó diciendo: “…si quieres puedes limpiarme…”Él extendió la mano, le tocó, y dijo: “Quiero, queda limpio”(Lc 5,12-26) Y al instante quedó curado.
Veamos ahora la curación de dos ciegos que narra Mateo en (Mt 9, 20-29):
“…Cuando Jesús se iba de allí, le siguieron dos ciegos gritando: ¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David! Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: ¿creéis que puedo hacer eso? Dícenle: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. Y se abrieron los ojos.

Son  impresionantes las palabras de Jesús. Aunque el interés de esta catequesis es reflexionar cómo Dios toca al hombre en el paso de Dios por su vida, no puedo por menos de detenerme en el cuadro que nos pinta el Señor.

Los ciegos le piden a Jesús su curación, y da la impresión de que Él no les hace caso, puesto que le siguen hasta casa. No les cura inmediatamente. Nosotros, dentro de este “cuadro” también estaríamos solicitando urgentemente el milagro. ¡Cuántas veces pedimos sin saber!

Dios sabe lo que nos hace falta, y nos lo da por añadidura cuando pedimos lo que Él quiere darnos. (Mt 6, 25-34): “Buscad el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura”. Y esta justicia no es tanto la justicia distributiva como la entendemos nosotros, de dar a cada uno la recompensa que corresponde, sino la forma de “ajustarnos” a Dios, como una mano se entrelaza o ajusta a la otra. Así hemos de ajustarnos a Él buscando su justicia.

El Señor les pide fe; sólo eso, que crean en Él. Igual te pide a ti y a mí. Tener fe, que nos fiemos de Él; sabemos que todo lo puede, nos fiamos de su Bondad y Misericordia en grado tal, que sabemos que nos dará lo que pedimos si lo hacemos con fe y con la seguridad de que ya lo hemos conseguido. “…Cualquier cosa que pidáis al Padre en mi Nombre Yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo…” (Jn, 14,13)

Al ver la fe de los dos ciegos, les tocó los ojos diciendo, como hemos visto: Hágase en vosotros según vuestra fe.

Entre los innumerables textos del Evangelio en que Jesús toca a la gente, me detengo en el conocido de la curación de la hemorroisa, según relata Marcos en  (Mc 5, 21-43). Y dice así: “…Una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó el manto diciendo: si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré…”La sangre, en el contexto del pueblo de Israel, representa la vida; esta mujer perdía su vida sin poderla contener. Y llevaba doce años padeciendo este problema. Y nos podemos preguntar: ¿importa tanto que sean doce, o diez o siete? Los números, en la espiritualidad del pueblo de Israel, tiene significado. El número doce es el número de la plenitud: Las doce tribus de Israel, los doce Apóstoles, los doce años de padecimientos de la hemorroísa perdiendo su vida…

En este caso es el ser humano representado en la hemorroisa la que se acerca a Jesús para tocarsu manto. El manto, en la espiritualidad bíblica representa el espíritu o la personalidad del que lo lleva. Recordemos las palabras del profeta Eliseo cuando le pide su manto a Elías antes de ser éste arrebatado a los cielos. (2R 2, 1-18) Y observad sobre todo el versículo 13, en el que el manto de Elías se parte en dos, quedándose Eliseo con una parte.

Jesús, entre las apreturas del momento, se siente “tocado “de una manera especial; tanto que pregunta a su alrededor: ¿quién me ha tocado? La hemorroisa confiesa su acercamiento y Jesús, al ver su fe, le dice: “Hija tu fe te ha salvado, vete en paz”. Y quedó curada la hemorroisa.

¿Cuántas veces nos toca Jesucristo? No nos damos cuenta. Él tiene infinita paciencia, nos espera hasta el fin. Nos toca o nos llama a la conversión, sigue enviando profetas a la tierra; profetas-anunciadores de su Palabra. Ahí estamos nosotros, los que le buscamos, los que queremos ser sus discípulos. Somos por el Bautismo un reino de SACERDOTES, PROFETAS Y REYES, y esa gracia que Dios nos ha concedido gratuitamente, no la podemos enterrar como el siervo perezoso que enterró sus talentos. Hemos de hacerla producir, a la manera de Dios, contando a los demás sus maravillas, las que hace en cada uno de nosotros cada día. La hemos de contar con palabras y con hechos, con lágrimas y con sonrisas, llorando con los que lloran y riendo con los que ríen (Rom 12,15). Llevando la cruz de cada día al hombro, no arrastrándola. 

Mi yugo (la Cruz) es suave y mi carga ligera (Mt 11,30).El yugo lo llevan los animales enlazados entre dos; así unen sus fuerzas y, avanzando, les cuesta menos.

Jesús toma este ejemplo para indicarnos que en nuestra vida, con nuestro yugo, (nuestra cruz, pero la llama yugo), al otro lado, Él nos acompaña y tira con nosotros. ¿Te imaginas a Jesús a tu lado acompañándote en todos tus problemas? Si lo pensamos así, como nos lo ha prometido, ¡qué liviana se nos convierte nuestra carga!

Si un día, cuando te levantes por la mañana para los quehaceres de cada día, recibes una llamada que te dice: ¡no te preocupes por el pago de tu hipoteca! O te llama el Banco para decirte. ¡Tu deuda la han pagado, no me debes nada! Primero no te lo creerías, y después saltarías de gozo.

El Señor Jesús pagó con su sangre y su muerte la deuda que teníamos contraída clavándola en la Cruz. Él pagó por nosotros. ¿Hay AMOR más grande? Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único Hijo (Jn 3,16).

¿Alguien te amó así alguna vez? Este es Jesús de Nazaret, nuestro Dios, Jesucristo el Hijo único del Padre.

Que sea Él quien en este día haya tocado tu corazón, como tocó el mío, cuando, en mi pobreza, me inspiró estas reflexiones.

Alabado sea Jesucristo
Tomás Cremades