miércoles, 4 de noviembre de 2020

EL TESORO ESCONDIDO

"El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. Un hombre lo encuentra y vuelve a esconderlo y por la alegría que le da vende todo lo que tiene para comprar el campo. (Mt 13, 44)

Partimos con el estremecimiento que precede a la Adoración estás palabras de Jesús a la luz de lo que inspirado por el Espíritu Santo nos dijo Orígenes, Padre de la Iglesia del siglo III. Nos dio a conocer que la Escritura tiene un cuerpo -las palabras escritas- y un Espíritu -el Soplo de Dios- que alienta en el interior de lo escrito. Las palabras escritas, en cuanto tales nos emocionan, incluso nos mueven al crecimiento pero la realidad de nuestra debilidad es muy tozuda y pronto desistimos por falta de fuerzas. El sabio según Dios, consciente de su debilidad se adentra en el Soplo de Dios que habita en las palabras. Estas palabras serían el campo sin más; el Tesoro oculto es el Soplo de Dios que habita en los textos escritos. El sabio intuye que el Tesoro está en el campo y vende lo que tiene para hacerse con el campo, con su Tesoro oculto en él. ¡Atención! No vende lo que tiene por un derroche de generosidad, porque es el mejorcito de la clase, eso es muy voluble, sino como dice Jesús: "Por la alegría que le da". ¡A ver cuándo damos la vuelta a la tortilla!

El Generoso es Dios contigo que pone a tu disposición su Espíritu y Vida (Jn 6, 63) a todo aquel que "sabe hacer cuentas" y por ello tiene sus ojos y su corazón más en el Tesoro del campo que en sus cosas. En cuanto a "vender todo lo que tiene"… El mismo Espíritu que buscas te orientará cómo y de qué manera, y por supuesto "sin que la mano derecha sepa lo que hace la izquierda" (Mt 6, 1-4)

P. Antonio Pavía

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