viernes, 18 de marzo de 2022

III Domingo de Cuaresma (Lc 13,1-9)

¡Señor quiero serte fiel!

Israel es la viña de Dios, la higuera simboliza su Palabra.; esto nos ayuda a entender mejor el Evangelio de hoy. El dueño de la viña no encontró fruto en la higuera. Israel que se enorgullece de ser el depositario de la Palabra de Dios no ha dado fruto. El dueño insta al encargado: si no ha dado fruto en tres años, arráncala. El  encargado, que es Jesús, le responde: Es cierto, llevo tres años predicando el Evangelio y ni siquiera mis discípulos han dado fruto, discuten sin parar sobre quién es el mayor, pero añade; espera que falta lo más importante: voy a dar mi vida por todos los hombres para que puedan dar fruto. Al morir, Jesús grito al Padre: ¡Todo está cumplido! (Jn 19,34). Su Palabra está cumplida. Con su muerte, Jesús, el "Lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14b), nos dejó en el Evangelio "su plenitud de gracia y de verdad". Ya podemos dar fruto porque el Evangelio es el que crea en el hombre la fidelidad a Dios.

P. Antonio Pavía

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