Lázaro somos tú y yo
Jesús es el Enviado del Padre para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte (Lc,1,79). El grito de Jesús a Lázaro que hace en el tumba y le resucita, resuena sin cesar en su Evangelio despertándonos de la muerte que cargamos cada día (Jn 5,25). Conocemos estos lazos de muerte que nos asfixian: fracasos, desprecios, soledades, enfermedades… etc... todo ello nos ata y necesitamos que alguien más fuerte que nuestras muertes grite… ¡Desatadlo, dejadlo andar! ¡El grito liberador de Jesús por antonomasia...! ¡Desatadlo, yo lo conduciré hacia el Padre! He ahí la misión de la Iglesia... predicar el Evangelio que desata los lazos de muerte que a todos nos envuelven. Jesús, el que deshace los lazos que nos oprimen, fue atado y conducido por los escribas y fariseos ante Pilato (Mc15,1) y este le ató, clavó en la Cruz. Se dejó atar para desatar nos a ti y a mi.P. Antonio Pavía - comunidadmariamadrespostoles.com
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