miércoles, 30 de junio de 2021

Oración - Adoración

Dice Dios a los que le buscan: "Escucha hija, mira, inclina el oído... prendado está el rey de tu belleza, póstrate ante Él, que es tu Señor" (Sl 45,11-12). Es un requerimiento del Señor al alma que le ansía; le está indicando lo que podríamos llamar el punto de encuentro: tener el oído inclinado a su Palabra. El oído inclinado apunta al corazón inclinado como el de María, la hermana de Marta, que a los pies de Jesús escuchaba su Palabra (Lc 10,39). Es una inclinación del corazón con la intención de hacer suyas las palabras dichas por Jesús. Volvemos al Salmo; su autor inspirado por Dios está indicando al alma el camino para alcanzar la Intimidad divina que la lleva a la Adoración perfecta de la que habla Jesús (Jn 4,23-24). Recordemos...  “póstrate ante Él, que es tu Señor…". Es pues la Adoración que engendra en nosotros el amor incondicional a Dios propuesto en el Shema: "Escucha Israel… amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas…" (Dt 6,4-5...).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 28 de junio de 2021

La Oración que agrada a Dios

Leemos está intuición espiritual sobre la oración que Dios suscitó a este salmista: "Como están los ojos de los siervos fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos fijos en el Señor esperando su misericordia" (Sl 123, 2b). Dios, se sirve de este israelita para decirnos cómo es la oración que le agrada, que no tiene nada que ver con la mucha palabrería como dice el mismo Jesús (Mt 6, 7). Este salmista nos muestra la forma de orar de los verdaderos buscadores de Dios; hablamos de la oración que ardiendo primero en el alma sale como chispas de fuego por nuestros labios. Es un contactar con Dios esperando su misericordia; es la oración por la que, como decían los primeros cristianos, conectamos con Dios quien a su vez nos llena de su Espíritu partiéndonos sus palabras... por ejemplo de un Salmo. Al partirnos así, amorosamente, su Palabra vivimos un anticipo de las alegrías eternas prometidas por Jesús ya que como dice Juan en su primera carta vemos, oímos, tocamos y palpamos ya en este mundo, la Palabra de Vida (1 Jn 1,1…). Es así como Jesús nos introduce paulatinamente en su Misterio… es decir en la Intimidad por excelencia… y los es porque no tiene fin.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 25 de junio de 2021

Domingo 13º del Tiempo Ordinario (Mc 5, 21-43)

Se acercó a Jesús y le tocó el Manto

Entendemos mejor este pasaje adelantando que en Israel la sangre simboliza la vida. Vamos adelante. Una mujer sufre hemorragias profundas;  ha gastado sus bienes a fin de curarse pero va de mal en peor. En esta situación límite, oye hablar de Jesús y va a su encuentro, da con Él y lo que nos dice Marcos nos sobrecoge: se le acerca por detrás toca su manto y se cura instantáneamente. ¿Milagrazo? ¡Mucho más que eso! Esta mujer representa al verdadero buscador de Dios. En la Escritura tocar el manto de alguien es atraer su alma hacia la suya. Al tocar el manto de Jesús atrajo hacia sus entrañas su Espíritu presente en su Evangelio... y esto es lo que esta mujer buscaba de Él. No fue a su encuentro por satisfacer una curiosidad  ni por sensacionalismo o algo espectacular. Va buscando el Alma de su alma… pues su ausencia la deja huérfana de Vida. Bien sabía lo que quería de Jesús: la Vida que toda su fortuna no pudo comprar y que Jesús se la dio gratis. Bien podía ella escribir lo mismo que Juan: "En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba con Dios... en ella estaba la Vida" (Jn 1, 1…).

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 23 de junio de 2021

La Palabra… y palabras

Los discípulos de Jesús crecemos como tales, no por las palabras de los hombres sino por la Fuerza de su Santo Evangelio. Nuestras palabras, recomendaciones, consejos, etc… aún siendo recomendables se muestran ineficaces ante el poder seductor del pecado, como dice San Pablo (Rm 7, 14). No es que los consejos, avisos, etc… estén de más, la cuestión es que sólo podemos hacer frente a la astucia demoledora de Satanás con la "Fuerza de Dios", que se yergue majestuosa en el Santo Evangelio como dice Pablo (Rm 1, 16). El Apóstol no expone una teoría, él mismo confiesa que la ley le dejó tirado, vendido ante el poder del pecado como vimos antes. Hasta tal punto es así que los fariseos en su necedad no se percataban de las cloacas inmundas que inundaban su corazón: odios, rencores, murmuraciones, soberbia… Seguimos con Pablo y oímos su testimonio acerca de la Fuerza Operante de la Palabra en el corazón de quienes le escuchaban: "…no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir su Palabra, la acogisteis no como palabra de hombre sino como Palabra de Dios que permanece operante en vosotros" (1Tes 2, 13).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 21 de junio de 2021

Aullidos del corazón

Dice el autor del Deuteronomio que cuando Dios decidió liberar a Israel de la esclavitud de Egipto lo encontró en una soledad poblada de aullidos (Dt 32,10). Dios creó nuestra alma y corazón con una puerta de entrada que sólo Él puede traspasar previa llamada y, por supuesto, si el que la escucha se la abre (Ap 3,20). Es entonces cuando el alma y el corazón son habitados; la Presencia se hace Fiesta perenne. San Agustín, que vivió en sus entrañas esos aullidos ensordecedores de la soledad nos legó su testimonio: "Nos hiciste Señor para Ti y nuestra alma sólo descansará cuando te encuentre a Ti".  Un corazón sin Dios, sin su Presencia, es un corazón huérfano. Por más que el hombre se empeñe en acallar su insatisfacción con sus consiguientes aullidos estos se abren camino entre guirnaldas y bambalinas hasta hacerse oír. Los aullidos no son un castigo de Dios, son como el termómetro que marca nuestra fiebre. Jesús que por encima de todo nos ama, nos dice cómo llenar nuestro interior de su Presencia: "El que me ama guardará mi Palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en el" (Jn 14,23). El problema es que hay personas, incluso rezadoras, que no conocen está promesa de Jesús... quizás porque dan más importancia a rezos devocionales que a las Palabras del Hijo de Dios.
P. Antonio Pavía - comunidadmariadreapostoles.com

viernes, 18 de junio de 2021

Domingo XII del Tiempo Ordinario (Mc 4,35-41) En la otra orilla... Dios

En la otra orilla... Dios

Hoy vemos que Jesús dice a sus discípulos que preparen  la barca para ir a la otra orilla, sin especificar pueblo o lugar alguno que sería lo más lógico. Inician el recorrido cuando de pronto se levanta una tempestad tan violenta que parece que va a  hacer trizas la barca;  entretanto Jesús duerme. Los apóstoles aún siendo hombres de mar se ven desbordados por el miedo por lo que despertándole le dicen: “¿No te importa que perezcamos?”. Jesús se pone en pie y con su Palabra somete la furia de las olas. Sus discípulos pasan del miedo al mar al temor que sintieron tantos patriarcas, gobernadores y profetas de Israel ante Yavhé que se les presentaba. El miedo a morir ante Dios Santo y Omnipotente. Pasado el estupor se dicen: ¿Quién es este que hasta el mar y los vientos obedecen?... Sólo Dios tiene este poder. Jesús les dice y nos dice a todos que sufrimos tantas tormentas en la vida: ¿Aún no tenéis fe?  Ahora se nos aclara lo de "ir a la otra orilla". Jesús, nuestro Buen Pastor está con nosotros en nuestro camino de fe que culmina en el Padre; en la otra orilla de la vida, traspasado el umbral de la muerte. En esta orilla están sus brazos de Padre para acogernos en su abrazo eterno.
_P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com_

miércoles, 16 de junio de 2021

Oscuridad, Voz y Luz

Partimos, como se parte un pan esta profecía: "El que de entre vosotros tema al Señor, oiga la voz de su Siervo, el que ande a oscuras y carezca de luz, confíe en el nombre de Yavhé, que se apoye en Él” (Is 50,10). Alentadora profecía para aquellos que incluso a oscuras siguen buscando a Dios. Partimos estas Palabras de Vida. Isaías habla del temor a Dios que apunta, bíblicamente, a la íntima piedad filial con Él; un  temor arropado por la Sabiduría (Pr 1,7). Isaías invita a estos que buscan a Dios a "escuchar la voz de su Siervo, el Mesías". Jesús recoge esta profecía y de hecho comienza su Anuncio del Evangelio así: "¡Convertíos y creed en el Evangelio!” (Mc 1,15), y así lo proclama porque el Evangelio que anuncia nace de la Voz del Padre que resuena en su corazón (Jn 12,49). Sí, es el Evangelio lo que permite a los buscadores de Dios, encontrarle y por supuesto convertirse... de corazón.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 14 de junio de 2021

El Estremecimiento de María

"Los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis pies: ¿Qué templo pues vais a construirme... en quién voy a fijar mi mirada? En el humilde y abatido que se estremece ante mis palabras" (Is 66, 1-2). Bellísima esta profecía que se cumple en los discípulos de Jesús por el amor con el que acogen el Evangelio. Pablo dice que son templos del Dios Vivo (I Co 3,16). María Madre de la Iglesia fue el primer Templo del Señor Jesús, la Gracia de Dios la envolvió por completo.. ¡¡Llena de Gracia!! le dijo el Ángel al tiempo que le hizo saber que Dios quería encarnarse en su seno. Nos dice Lucas que María se turbó, que toda ella se estremeció y no por miedo sino por esa especie de movimiento sísmico interior que experimentó ante esta Teofonía -La Voz de Dios- que se le aparecía..., manifestaba en su Palabra. Bien sabía Dios en quien quería encarnarse... en Ella la humilde capaz de estremecerse ante sus palabras. Jesús nos enseña por medio de sus palabras a estremecernos ante su Presencia... como nuestra Madre. ¡¡Cuándo abriremos nuestro corazón de par en par al Evangelio de Jesús para vivir la turbación, el estremecimiento profetizado por Isaías y vivido por Ella, nuestra Madre!!
 
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 11 de junio de 2021

XI Domingo del Tiempo Ordinario (Mc 4, 26-34). "No temas pequeño Rebaño”

Jesús compara su Iglesia con un grano de mostaza. Es la más pequeña de todas las semillas pero crece ampliamente y da fruto abundante. Los discípulos de Jesús tenemos la tentación de deslumbrar al mundo con sus mismas vanaglorias, eso sí, barnizadas con una capa de piedad. Recogemos lo dicho por Jesús a los fariseos: "¿Cómo podéis creer vosotros que aceptáis la gloria de los hombres y no buscáis la que viene de Dios?" (Jn 5, 44). Jesús, al comparar su Iglesia con un minúsculo grano de mostaza está hablando de sí mismo sembrado en el erial del Calvario como el más insignificante y despreciado hijo de Israel. Insignificantes, también para Israel eran los que le acompañaron en su agonía: Su Madre, el Discípulo amado, María Magdalena y María de Cleofás... "No temas pequeño Rebaño..." había dicho Jesús (Lc 12, 32) y ahí estaban ignorados al pie de la Cruz. No deslumbraron al mundo representado en el Calvario por Israel y Roma, pero si deslumbraron y hasta robaron el corazón del Padre quien al llorar sobre el Rostro de su Hijo, lloró enternecido sobre su pequeñísimo rebaño a quien dio el don de ver con sus propios ojos el Nacimiento de la Iglesia del costado abierto de Jesús del que brotaron Sangre y Agua (Jn 19, 31-37). San Juan Crisóstomo puntualiza: El Agua simboliza el Bautismo y la Sangre la Eucaristía… Dios es tan... pero tan tierno que se deja robar el corazón por tantos pequeños que despreciando la gloria de este mundo… se hacen con la Gloria que no tiene ocaso; por eso son la Luz del mundo (Mt 5, 14).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 9 de junio de 2021

¡Le amó tanto que cautivó a Jesús!

Un fariseo invito a Jesús a comer en su casa. Jesús acepta y a punto de iniciar la comida una pecadora pública irrumpe en la sala. Lógicamente la sorpresa fue mayúscula. Lucas nos narra la actitud los gestos de esta mujer con Jesús, gestos de una belleza exquisita. Se arrodilla a sus pies, los baña con sus lágrimas al tiempo que los va secando con sus cabellos. El escándalo de los comensales es enorme y critican a Jesús por... "dejarse amar así con tanta locura”. No saben que se trata de la locura del alma. Jesús mirando al fariseo que le había invitado dijo a los comensales: "Sus pecados quedan perdonados porque ha demostrado mucho amor" (Lc 7, 47). Nos encontramos con una catequesis llena de símbolos. Tengamos en cuenta que en la Espiritualidad de la Palabra, El Evangelio viene simbolizado por los pies… "Qué hermosos sobre los montes los pies de los que anuncian la Buena Nueva" (Is 52, 7). Por eso Jesús lava-hermosea los pies de sus discípulos en la Última Cena pues, en su Ascensión, los enviará a evangelizar por todo el mundo. Esta mujer nos muestra lo que realmente agrada a Jesús: que vivamos abrazados a su Evangelio pues de este abrazo… ÚNICO… nace el amor perfecto a Dios y a los demás, amigos o enemigos. Conforme crece en nosotros este amor, Dios crea en nuestra alma la única pasión sin etiqueta de caducidad que podemos vivir: La Pasión Inmortal por el Evangelio... signo visible de la Pasión Inmortal por Dios
P Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 7 de junio de 2021

PEDRO, ¿ME AMAS?

¿Estupefacción? ¿Desconcierto abrumador? ¿Estremecimiento tal que hasta le tiembla la médula del alma? Esto y mucho más fue lo que sintió Pedro en su cuerpo y en su alma cuando Jesús Resucitado se le acerca y por tres veces le pregunta: ¿Me amas? (Jn 21, 15...). El apóstol sabe muy bien que no ha estado en absoluto a la altura de la llamada de Jesús, recuerda que hasta le había dicho: ¡Daré mi vida por ti! (Jn 13, 37). Además le parece totalmente irrazonable que el Hijo de Dios Vivo, vencedor de la muerte como había proclamado, se rebaje ante el solicitando su amor. Quizás vino a su mente esta confesión de Isaías: "Jamás se oyó decir, ni se escuchó, ni ojo vio, sino a ti Dios nuestro que tanto hiciese por el que en Él espera" (Is 64, 3). Seguimos con las "sorpresas de Jesús" Está el buenazo -a pesar de su debilidad- de Pedro intentado asimilar tanto y tan sublime amor, tan desconocido, casi irreal cuando habiendo sacado fuerzas, no sabe de dónde, para decir a Jesús por tres veces: ¡Tú sabes que te amo! Éste le dice también por tres veces: ¡Apacienta mis ovejas! El pobre Pedro está al borde de la locura. O sea, Jesús está poniendo en sus manos las ovejas rescatadas con el precio de su Sangre (1 Pe 1, 17). Pedro el débil, el inconsistente, el que no es de fiar a la hora de prometer nada a Jesús... es constituido por Él como Buen Pastor capaz para apacentar sus ovejas y con el poder de dar su vida por ellas (Jn 10, 11b). Estremecedor hasta el límite... incluso lo sobrepasa... pero... pongamos nuestros pies en la tierra; esta historia que hizo Jesús con Pedro, también puede ser tu historia… porque todos somos Pedro… es nuestra Historia Gloriosa... ¿Te la vas a perder?
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 4 de junio de 2021

Fiesta del Corpus Christi (Mc 14-16 y 22-26)

Nadie te ama como Él

El Evangelio de hoy nos ofrece la Última Cena, la Eucaristía celebrada por Jesús con sus Discípulos. Hay un detalle que quiero señalar y que indica la solemnidad de la celebración Eucarística. En aquel tiempo las casas de Jerusalén eran casi todas de una planta. Las pocas de tenían dos o más, consideradas suntuosas, pertenecían  a los ricos. El Evangelio nos dice que un amigo de Jesús había preparado la sala de la planta superior para la celebración Eucarística. Digo esto porque hay quienes por ínfulas de pretendida pobreza se desmarcan del criterio de Jesús menospreciando estancia, vasos litúrgicos… etc… En fin no hagamos pobreza a costa de la Eucaristía sino en persona propia. Dicho esto incido en estas palabras de Jesús : “Tomad y bebed, esta es mi Sangre derramada por muchos". Desde los albores de la humanidad el hombre ha derramado la sangre del hombre por diversas causas: Ambiciones, Sed de Dominio, Venganzas, Odios, Envidias… y así hasta hoy. Jesús cambia por completo nuestra historia nefasta derramando voluntariamente su sangre para nuestra regeneración... para que seamos verdaderas personas y no chacales en permanente acoso. Es muchísimo lo que celebramos en la Eucaristía… hoy nos quedamos con la Nueva Creación germinada por la Gracia de la Sangre derramada por El Señor Jesús: "Compraste con tu sangre  hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación" (Ap 5, 9b).

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 2 de junio de 2021

Parábola del techo estéril

El Midras es una breve narración con profundo calado religioso utilizado por los maestros espirituales de Israel para adoctrinar a sus feligreses. Os doy a conocer esto sobre la oración que me parece muy provechoso.

En una ocasión un rabino invitó a los miembros de una sinagoga a orar durante unos minutos. Al finalizar el rabino fijó sus ojos en el techo durante un tiempo y después les dijo: “he fijado mi mirada en el techo y he visto que todos vuestros rezos quedaron clavados en él, no llegaron hasta Dios porque estaban acompañadas con vuestras mentiras, odios, intrigas, indolencia para perdonar, etc.” Posiblemente este buen hombre tenía presente lo que dice el autor del Salmo 5: "El malvado no es tu huésped…". No, no encuentra hospedaje en el corazón de Dios la oración de quién no tiene hospedado en su corazón el perdón al otro ni tiene rectitud en su obrar ni amor a la verdad; no digamos ya cuando uno reza para cumplir con su grupo, comunidad o movimiento... Pidamos al Señor que nos dejemos iluminar y enseñar por Él para que nuestra oración no se pierda en la esterilidad de un techo sino que sea acogida-hospedada por Dios en su corazón… solo así dará su fruto.

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

martes, 1 de junio de 2021

LA QUIETUD DE LA TARDE

En la quietud de la tarde, llegas envuelto en los sonidos que tú creas, tú en tus criaturas y me siento parte de este lugar donde todo respira paz y todo tiene sentido. 
Nos llamas aquí a tu lado al terminar el día, te sientas a nuestro lado y nos miras.
Como si quisieras saber si te hemos visto en nuestras cosas, si hemos dejado que tu mirada y tu luz nos guiara, si le hemos concedido al día la virtud de transformarnos a través de ti.
Miramos atrás y recorremos el horizonte de nuestros pasos hoy: seguros del camino caminado y dudosos de haber mantenido los ojos abiertos para verte: no importa. 
Tú sigues sentado a nuestro lado en la quietud de la tarde, esperando como haces siempre y sabedor que ya hemos resucitado para ti y que lento o rápido seguro el espíritu hoy ha reinventado nuestra vida y la ha acercado a ti, por eso, hoy te conocemos mejor que ayer y mañana, seguro, un poco más, por tu gracia, solo por tu bendita gracia.
Porque hiciste de tu deseo de que nos parezcamos a ti nuestra esperanza y enredaste en nuestra alma el mayor y más hermoso de los sueños, sentir que nos cambias, que nacemos de nuevo, que ya resucitamos porque te dijimos si y que, cada día, como esta tarde serena, acorta el espacio entre nuestra alma y tus ojos, entre nuestra vida y la vida a tu lado.
Olga Alonso