viernes, 31 de diciembre de 2021

Domingo II después de Navidad (Jn 1,18)

Y tu... ¿Recibes a Jesús?

Comentamos este pasaje del Evangelio de hoy: "La Palabra es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre... vino a los suyos y los suyos no la recibieron". Ya al nacer Jesús no fue bien recibido; recordemos que a José y a María a punto de dar a luz, se les cerraron todas las puertas en Belén. Al fin encontraron una posada pero como nos dice Lucas: "no había lugar para ellos..." (Lc 2,7). Probablemente el posadero hubiese encontrado un lugar si se tratase de gente importante... además eso de hospedar una mujer a punto de dar a luz no le traería más que problemas así que muy educadamente les cerraron también la puerta. Jesús fue mal recibido al nacer y peor aún a lo largo de los tres años que anunció el Evangelio del Camino, la Verdad y la Vida en Israel. Recordemos lo que nos dice Juan ante el impacto que causó en Jerusalén la resurrección de Lázaro: "Muchos magistrados creyeron en Jesús pero no lo confesaban... porque prefirieron la gloria de los hombres a la Gloria de Dios" (Jn 12,42-43). Una pregunta: ¿Hay lugar en tu corazón para el Evangelio de Jesús ?... o también molesta...
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 24 de diciembre de 2021

Domingo, Fiesta de la Sagrada Familia (Lc, 2,41-52)

María y "Las cosas de Dios"

Todos los pueblos de la tierra se han preguntado por la existencia de Dios,  cómo llegar a conocerle. El Evangelio de hoy nos da una pista. José y María pierden de vista a Jesús. Al tercer día le encuentran en el Templo con los doctores de la Ley. María le dice: “Tu padre y yo estábamos angustiados, ¿por qué nos has hecho esto? Respuesta de Jesús: ‘Tenía que ocuparme de las cosas de mi padre’". Dios permitió este acontecimiento doloroso de José y María para mostrarnos la esencia del Discipulado: "La prioridad de cosas de Dios sobre las nuestras". Lucas nos dice que María guardaba cuidadosamente estas cosas en su corazón. Bien sabía ella que  se trataba de "las cosas santas de Dios". Pablo dice que nadie conoce lo íntimo -textualmente “las cosas”- de Dios si no es iluminado por el mismo Espíritu de Dios. (1 Co 2 ,11b- 12). Después  añade que el hombre por sí mismo,  solo con su mente, "no capta las cosas del Espíritu" (1 Co 2,14). Así  pues que María "guardaba las cosas santas de Dios": la Palabra en la que brilla su Misterio. Entendemos la explosión de gozo de Jesús cuando dijo al Padre: Yo te bendigo porque has ocultado estas cosas a los grandes y sabios de este mundo y se las has revelado a los pequeños (Mt 11,25). Sepamos que en el Evangelio, pequeño es sinónimo de discípulo.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 17 de diciembre de 2021

IV Domingo de Adviento - Lc 1, 39-45

María, Presencia de Dios

Recibido el Anuncio del ángel, María siente el impulso de ir al encuentro de su prima Isabel, mujer de Zacarías, escogidos ambos por Dios para traer al mundo a Juan Bautista, precursor de su Hijo. María se pone en camino. Su fe, fuerte como una roca no la exime de ciertas angustias internas. Su embarazo es un secreto entre ella y Dios; bien sabe que no le toca a ella darlo a conocer sino a Él, sobre todo a José su esposo. He hablado de cierta angustia, sí, pero su confianza en Dios prevalece sobre sus zozobras. Al llegar a casa de Zacarías ve con sus propios ojos que Dios sale garante del Anuncio recibido al provocar un salto de gozo en Juan  en el seno de su madre al oír el saludo de María. Digo que Dios sale garante de la situación  angustiosa de María al revelar el secreto de su maternidad mesiánica a Juan Bautista haciendo que salte de alegría ante el Mesías y  podemos decir, con más nitidez aún, al inspirar a Isabel la confesión de fe quizás más luminosa acerca de la Divinidad de Jesús que encontramos en la Escritura; llena del Espíritu Santo proclamó: “¿De dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”. Hemos leído bien; llama a la criatura que María lleva en su seno: "Mi Señor". Por eso hemos titulado este texto así: María, Presencia de Dios.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 10 de diciembre de 2021

III Domingo de Adviento (Lc 3, 10-18)

¡Jesús, conviérteme!

Juan Bautista invita a la multitud congregada a limpiar sus corazones ante la Venida del Señor, sirviéndose de la profecía de Isaías (Is 40, 3-5). Es tan apremiante su exhortación, que algunos se preguntan si Juan es el Mesías que esperan. Él les aclara que ha sido enviado por Dios solo  para enderezar sus pasos hacia el Hijo de Dios que ya viene a su encuentro como Salvador, y les añade: "Él es más fuerte que yo y os bautizara con Espíritu Santo y Fuego"; sin duda está proclamando la Fuerza del Evangelio de Jesús, capaz de  cambiar un corazón de piedra en uno de carne como estaba profetizado (Ez 36, 25-27). Así es, Jesús es la Fuerza de Salvación de Dios anunciada tantas veces a lo largo del Antiguo Testamento y proclamada en el Nuevo por Zacarías en la circuncisión de su hijo Juan Bautista (Lc 1, 67-69). Fuerza de Salvación, de Conversión que está a nuestra disposición en el Santo Evangelio como dice Pablo (Rm 1, 16...). Por eso las primeras palabras dichas por Jesús en el Evangelio de Marcos son: " Convertíos y creed en el Evangelio" (Mc 1, 15).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 6 de diciembre de 2021

Tus Palabras Señor

Dice Isaías: "Tú eres un Dios escondido" (Is 45,15 ). Así es,  está escondido en el interior de su Palabra como afirman los Santos  Padres de la Iglesia; por eso no es suficiente con leer la Palabra, ni siquiera estudiarla o investigarla como dice el mismo Jesús (Jn 5,39-40). Hemos de sumergirnos en Ella de la mano de nuestro Buen Pastor hasta encontrar el "Espíritu y Vida" que contiene (Jn 6,63b ). Oigamos  este susurro  de Jeremías a Dios: "Cuando encontraba tus palabras las devoraba... eran la alegría y el gozo de mi corazón" (Jr 15,16). Fijémonos que no dice "cuando leía o estudiaba...", sino cuando las encontraba. El profeta lee la Escritura con los ojos y oídos de su corazón con tanto amor que las palabras de Vida y Espíritu contenidas en este o aquel texto, saltan hacia su alma provocando una alegría y gozo que no son de este mundo. Los Santos lo llaman: "El estremecimiento del alma". Esto es uno de los inefables dones que Dios tiene preparado para los  que le buscan con corazón sincero... en el espíritu y la verdad que Jesús pide para los verdaderos adoradores (Jn 4,23-24).
P. Antonio Pavia
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 3 de diciembre de 2021

II Domingo de Adviento - (Lc 3,1-6)

¡Ven Señor Jesús!

Nos unimos al grito que brota del corazón de la Cristiandad estos días: ¡Ven Señor Jesús!
El gozo por la continua Venida del Señor, como nos dicen los santos, abre nuestro corazón a la Fiesta sin fin al ver que "el viaje" de Jesús al mundo es de ida y vuelta al Padre. Le oímos: "Salí del Padre, he venido al mundo, ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre" (Jn 16, 28). Sí, volvió al Padre, pero sigue estando con nosotros (Mt 28, 18-20). No termina ahí la Buena Noticia de Jesús.  Oigamos lo que le dice y pide al Padre para los suyos justamente antes de encaminarse al Huerto de los Olivos, pórtico de entrada de su muerte: "Padre, quiero que los que tú me has dado, donde yo esté, estén también conmigo y contemplen mi gloria” (Jn 17, 25). Contemplar implica participar. Pide pues al Padre que participemos de su Gloria. Vivamos el Adviento fijos los ojos en Jesús, el que vino del Padre, sube hacia Él al tiempo que se queda con nosotros como Buen Pastor para conducirnos al Padre, siguiendo las huellas celestes de su Camino de vuelta hacia Él.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 1 de diciembre de 2021

En las entrañas de Dios...

Un Salmista nos abre su corazón; parece que la fiebre y ansiedad por ser importantes, que percibe en los que le rodean le produce hastío. No entiende como pueden valorar su existencia tan pobremente al fijar  sus ojos en una vanidad tras otra. Bien sabe nuestro amigo que el éxito en la vida parte de tener la Sabiduría de Dios que le impulsa a habitar en sus entrañas.  Sabiduría que emana del amor incondicional a su Palabra. Hacemos nuestra su oración: "Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos altaneros... mantengo mi alma en paz y silencio como un niño destetado, recostado en el regazo de su madre" (Sal 131, 1...). También nuestro amigo ha vivido su ansia por ser grande a los ojos de los demás, sin embargo, al encontrarse con Dios, prefirió su Fuego al humo volátil que desprende la gloria de este mundo. Este salmo encierra muchas catequesis bellísimas. Os hago partícipes de esta. Al igual que el discípulo amado, también nosotros podemos descansar, recostar nuestra cabeza sobre el pecho de Jesús. Cada latido de su corazón penetra nuestros oídos llenando de su Luz la Palabra que leemos y con la que rezamos cada día.
P. Antonio Pavía
comunidadmsriamadrespostoles.com

lunes, 29 de noviembre de 2021

Como ovejas sin pastor

Jesús mira a la multitud y le duele porque sabe que están como ovejas sin pastor (Mt 9, 36). No es que en Israel faltasen dirigentes que celebrasen el culto o les enseñasen la Escrituras; el problema es que la mayoría de ellos -sacerdotes y escribas- miraban más por su propio nombre que por el de Dios y claro, así no podían pastorear sustanciosamente a sus ovejas. Parecido dolor al de Jesús lo sufrió San Gregorio Magno seis siglos después. En sus “Comentarios al Evangelio” se lamenta porque un buen número de sacerdotes, buscando su honra y bienestar, dejaban desnutridos a sus rebaños. Aunque no en la misma proporción quizás podemos hablar también hoy de una situación parecida. Vemos  sacerdotes que parecen  académicos, profesionales, servidores de su Institución... etc. por lo que "no tienen tiempo" para pastorear a tantas ovejas que desfallecen en su fe porque no son bien pastoreadas. Ovejas que no tienen acceso al Misterio de Dios quizás  porque sus pastores, parece que viven ajenos a él. Recordemos, lo que dice Pablo, acerca de la predicación de los pastores: "Somos administradores del Misterio de Dios" (1 Co 4, 1). Estos pastores sí lo son... "según el corazón de Dios" profetizados por Jeremías (Jer 3, 15).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 26 de noviembre de 2021

Domingo I de Adviento (Lc 21,25-28/34-36)

SOLO DIOS BASTA

Hoy comenzamos el Adviento y, tiempo de espera y también de búsqueda de Dios con los ojos del corazón fijos en la celebración gozosa de la Navidad. Me llama la atención, en el Evangelio de hoy, la exhortación del Señor a velar. Es evidente que el Hijo de Dios está más que  interesado en encontrarse festivamente con todo hombre; de hecho no deja de llamarnos y atraernos de mil maneras, como vemos en este pasaje bíblico: "Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa, cenaré con él y el conmigo.” (Ap 3,20). Hay personas que se lamentan y dicen: Yo busco a Dios pero no le encuentro. No hay que hacerles grandes discursos, basta leerles el texto anterior del Apocalipsis remarcando lo que señala Jesús: “...Si alguno oye mi voz...”. El Evangelio es la Gran Llamada de Jesús a la Fe. Los que lo leen, escuchándole a Él, no a sí mismos, no solo no quedan defraudados sino que con el tiempo entienden por qué Santa Teresa proclamó desde de lo más profundo de su ser: ¡Solo Dios basta!
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Al lado de Dios

Impactante lo que este salmista, embriagado de gozo, dice confidencialmente a Dios: "Bienaventurado el que tú eliges y acercas para que viva en tus atrios - es decir contigo-, sácianos de los bienes de tu Templo" (Sal 65, 5). Puntualizó que los bienes del Templo de Dios son: ¡Él mismo, su Fuerza, su Gloria…! etc. Quizás envidiemos los sentimientos de este salmista pero sepamos que la riqueza interior de este hombre alcanza su plenitud en Jesucristo y gracias a Él, también en sus discípulos. Fijémonos en este relato de Marcos: “...Subió al monte, llamó a los que quiso y vinieron donde Él. Instituyó Doce para que estuvieran con Él...” (Mc 3, 13-14). Hemos leído bien: Los llamó "para que estuviesen con Él", como añoraba  el Salmista. Y, que sepamos, Jesús nos llama al Discipulado por medio del Evangelio... del que fluye el Bien de Dios por excelencia: ¡La Vida Eterna! (Jn. 5,24). Y a todo esto... ¿Qué piensa Dios Padre de los Discípulos de su Hijo? Nos lo dice Él mismo: "... El Padre os quiere porque me queréis a mi...".
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 22 de noviembre de 2021

La Tienda del Encuentro

En el camino de Israel por el desierto, Dios dijo a Moisés que hiciera una Tienda, llamada del Encuentro, que habría de levantar en cada etapa de su marcha, para poder hablar ambos. Dice el cronista del Éxodo que En esta Tienda: "Dios hablaba con Moisés cómo un hombre habla con su amigo" (Ex 33, 11). Sepamos, para nuestra alegría, que esta Tienda del Encuentro es una figura profética de la que Jesús levanta en el corazón de todo aquel que escucha su Palabra y la guarda en su corazón: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra y mi Padre le amara y vendremos a él y haremos morada -levantaremos la Tienda del Encuentro- en él (Jn 14, 23).  Es una promesa que colma por completo el corazón de los verdaderos buscadores de Dios; promesa que lleva a su plenitud, la vida de quien cree en ella hasta hacerla Alma de su alma. Esta promesa de Jesús contiene su Fuerza y la Gracia, propias de Él y que nos permiten crecer hasta llegar a ser discípulos suyos.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 19 de noviembre de 2021

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario (Jn 18, 33b-37)

Rey mío y Dios mío

El Evangelio de hoy -Fiesta de Jesucristo Rey- nos ofrece parte del diálogo entre Pilato y Jesús previo a su Crucifixión. Jesús dice a Pilato que es Rey, pero no de este mundo que está sometido a Satanás, padre de la mentira, que envuelve en su engañó a gente aparentemente buena como era la mayoría de los judíos (Jn 8, 42-45). Clavado en la Cruz, parodiado como Rey de Israel, Jesús irradia la Luz de la Verdad que a todos nos llega por medio de la predicación del Evangelio. Todos los que lo escuchan y lo acogen, reciben la Sabiduría y la Fuerza para decir ¡Basta a la Mentira que Satanás le ha presentado como verdad! A partir de entonces el hombre se abre a la libertad humano-divina. Oigamos lo que Jesús hace saber a quienes inician su camino del Discipulado: "Si os mantenéis en mi Palabra seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres." (Jn 8, 31-32). Es en este sentido que Jesús dice a Pilato: "Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 15 de noviembre de 2021

VENCER AL MAL CON SU OPUESTO

Ante la impotencia por la realidad que no entiendo.
Ante la rabia por la necedad y la tristeza de la ceguera del hombre.
Ante mi desesperación por el mundo que contemplo, tus brotes, como los de la higuera, gritan “sí” desde tu Cruz,
Gritan y muestran que hay que morir para vencer, morir con misericordia, superando la soberbia del enfado y la rebeldía.
Morir como tú, para vencer, escandalizar lo humano y amar hasta el final.
Vencer el mal con su opuesto. Ponerle cara de amor al rostro de la ignominia.
Comprender esta verdad y caer ante tu Cruz para entender que no hay que buscar razones, razones del mal del mundo, solo hay que morir, morir por los otros.
Qué difícil comprender la razón de tu victoria, tu cruz y tu entrega.
Pero qué fácil ver con los ojos del alma, los brotes de la higuera en tu Cruz.
Los que nos dicen que no hay otro camino más que morir todo el tiempo para repartir misericordia, que es el lenguaje de tu amor.
Aquí sigo, te contemplo y te escucho, gritando desde tu Cruz que no hay otro camino.
Que tú no me dejarás sola, que la luz de tu mirada en forma de tu Palabra será mi guía y mi aliento. Que algún día de tu mano, seré yo quien aprenda a morir por los demás, para ti.

Apariencias

"Seréis como dioses": esta es la promesa que Satanás hizo a nuestros primeros padres. Ser como dioses supone seguir los dictados del padre de la Mentira -como Adán y Eva- prescindiendo de la Sabiduría de Dios. La problematización es que estos dioses son todo apariencia como dice el salmista: "Tienen boca y no hablan, ojos y no ven, oídos y no oyen ..." (Sal 135, 15-17). A esto añade que los que se apoyan en estos dioses que no son más que apariencia, terminan siendo a imagen y semejanza suya… de su apariencia (Sal 135, 18). Los que ponen su corazón en ellos bloquean los impulsos interiores hacia la Transcendencia propia de su ser. Una persona ajena a su ser transcendente siempre será alguien incompleto aunque tenga medio mundo a sus pies, reciba agasajos y premios allá por donde pasa. Todo termina siendo  el simple confeti, porque la Vida que Dios ha puesto en su alma es infinitamente mayor que sus "éxitos y logros", que de por si no tienen por qué ser nocivos. Sea como sea, la buena noticia es que para Dios nunca es tarde cuando un hombre decide sortear el abismo que existe entre las apariencias y la Verdad. Como dijo Jesús a Pilato: "... Todo el que es de la verdad escucha mi voz" (Jn 18, 37). Nunca es tarde para arropar nuestra alma insatisfecha con la Voz de Jesús: su Santo Evangelio.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 12 de noviembre de 2021

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario (Mc 13, 24-32)

Fíate de Jesús

En el Evangelio de hoy Jesús nos dice que el sol y la luna se oscurecerán, las estrellas del cielo caerán... etc. Los sensacionalistas, que siempre los ha habido y los habrá, nos marean pregonando el fin del mundo… y ya van varios siglos alertándonos. Empecemos por aclarar que Jesús dice que todo esto del sol, luna, estrellas sucederá en su propia generación y como dicen los biblistas, se estaba refiriendo, en un lenguaje cósmico, como el del Apocalipsis, a la destrucción del Templo de Jerusalén - Honor y Gloria del pueblo elegido- que efectivamente tuvo lugar en el año 70 por las tropas de Roma. Recojamos el sentido real de lo dicho hoy por Jesús: que este mundo incluido sus astros caerá y que lo único que es Eterno es… su Palabra: "cielo y tierra -el mundo visible- pasará, mis palabras no pasarán”, y aquí entramos nosotros. Jesús llamó a sus primeros discípulos en estos términos: "Yo os haré llegar a ser pescadores de hombres " (Mc 1, 16-17). Sabemos que estos primeros discípulos de Jesús dieron rienda suelta a sus ambiciones, vanidades, rencillas... le traicionaron en su Pasión. Sin embargo Jesús mantuvo su Palabra, su elección. Resucitado les reunió y les hizo llegar a ser pescadores de hombres: les envío a predicar el Evangelio de la Gracia y la Elección por todo el mundo.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Erguida en el Calvario

Recordemos lo que dijo el Ángel Gabriel  a María en la Anunciación: "Llena de gracia, el Señor está contigo... concebirás  al Hijo de Dios...". A lo que María respondió: "Hágase en mi según tu Palabra". Damos un salto en el tiempo y nos asomamos al Calvario;  ahí la vemos, a María, en toda su plenitud. Está dignamente erguida a pesar de su dolor indecible. Erguida porque Jesús, Crucificado, está a punto de vencer a la Muerte mientras ella, elevándose sobre su atroz  sufrimiento, manifiesta su victoria sobre el desfallecimiento que le provoca la espada que atraviesa su alma (Lc 2, 35). Doble es su sufrimiento; al hecho de ver, como madre, el despojo humano al que ha quedado reducido Jesús por parte de los hijos de la Mentira, se une la desolación en cuanto hija de Israel al constatar la brutal "apostasía de su elección". No han tenido bastante con condenar a muerte al "Mesías Esperado"; han decidido que muera fuera de Jerusalén para que Jesús, el Impuro y Maldito, no contamine la Gloria de Dios que reposa en el Templo. No vieron que cuando Jesús traspasaba Jerusalén con la Cruz a cuestas, la Gloria del Templo salió con Él hasta el Calvario. Desfallecida, pero no vencida, ahí está Ella erguida. Se dan en su ser los dos extremos: el máximo desfallecimiento y la plenitud de toda dignidad. Allí junto al Hijo de Dios y también suyo, palpándose ambos los entresijos de su alma, María dio a luz al Discípulo Amado... a la Iglesia. Por eso es nuestra Madre. En el Calvario dio a luz a todos los Discípulos Amados de Jesús. Sí, Ella, la Erguida, la Victoriosa.

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 8 de noviembre de 2021

Sois la Luz del mundo

Hemos conocido el terrible accidente sucedido en Madrid estos días a las puertas de un colegio;  murió una niña. La conductora del coche y la madre de la fallecida eran y son amigas. La chiquilla cayó ensangrentada; su madre instantáneamente se volcó hacia ella, la estrechó entre sus brazos acariciándola, besándola y susurrando en sus oídos palabras inefables jamás escritas porque fueron recogidas del poemario del corazón de Dios. Cuando vio que su hija había elevado el vuelo hacia Jesús, alzó su mirada y vio a su amiga totalmente desfigurada por el dolor. Fue hacia ella y las dos de fundieron en un abrazo eterno. Digo eterno porque Dios impulsando sus corazones hizo una señal al tiempo para que se detuviese o quizás fue el resplandor de estas dos mujeres el que paralizó las agujas del reloj. De los corazones ardientes de estas madres se elevó una llamarada que alcanzó las estrellas iluminando este nuestro mundo tan conformado a sobrevivir en penumbra. Gracias mujeres de Dios, Él revistió vuestra riquísima humanidad con su sello de divinidad para que seáis luz del mundo (Mt 5, 14)... y lo sois. Desde vuestro indecible dolor podéis decir con San Pablo: "Así mientras nosotras morimos -interiormente- el mundo recibe la Vida" (2Co 4, 12). Gracias de corazón, vuestra Luz nos mueve a buscar más a Dios.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 5 de noviembre de 2021

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (Mc 12, 38-44)

La Mirada de Dios

El Evangelio de hoy nos muestra la diferencia existente entre la mirada de Dios y la de los hombres. La nuestra está condicionada por el destello de las vanidades  que seducen nuestros sentidos, haciendo que toda vanidad sea  " agradable a la vista" como le pasó, aunque en otro contexto, a Eva. (Gen 3,1...) Lo escribas, fariseos, etc., a quienes les gusta presentarse con amplios y vistosos vestidos y mantos son la imagen de todos los que viven esclavizados por las apariencias. Los Apóstoles no están exentos de esta seducción tan banal como ridícula. En este contexto Jesús les y nos indica cómo es su mirada. Tanto Él como los Apóstoles ven a unas personas echando sus contribuciones en el arca del Templo. Los ricos echan grandes cantidades bien a la vista de todos; otra forma de deslumbrar. En esto llega una pobre viuda y echa dos moneditas. Seguro que nadie reparo en ella, no valía la pena. Jesús sí; la miró con entrañable amor y dijo a los suyos. Está pobre mujer dio lo que tenía para vivir. Los otros que tanto os deslumbraron dieron de lo que les sobraba. Jesús, no alaba la generosidad de esta mujer sino algo infinitamente mayor: su confianza en Dios; su certeza de que Dios, su Padre, que provee la comida a las aves del cielo y que viste regiamente las flores del campo, con mucha más razón cuidaría de ella. Se llama de adulta y Jesús habla de ella: (Mt 6, 25...). 

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 3 de noviembre de 2021

AJUSTADOS A DIOS

San León Magno en su Comentario a las Bienaventuranzas dice sobre la cuarta: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia...", que el sustantivo justicia tiene su verbo correspondiente que es ajustar. En este contexto, comenta que Jesús llama Bienaventurados a los que tienen el vehemente deseo -hambre y sed- de ajustarse a Dios... alcanzar la comunión con Él. Es una comunión que es fruto de participar de su Fuerza y de su Gloria. El Salmo 63 contiene una confesión de fe de David bellísima. Está lejos de Jerusalén pues Saúl busca su muerte y se le parte el alma al recordar el Culto y la Liturgia del Templo Santo. Era tan palpable la Fuerza y la Gloria que emanaba de la Presencia de Dios que David se sentía revestido de ellas... hasta el punto de proclamar... "Tu gracia vale más que la vida". Con esta proclamación está anunciando esta Buena Noticia de Jesús: "El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará" (Mc 8, 35). Recordemos a este respecto que Pablo no llama al Evangelio: "El Evangelio de la Gracia de Dios", que sí, que vale más que la vida, como profetizó el rey David. Es el Evangelio el que nos ajusta a Jesús el Señor.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

domingo, 31 de octubre de 2021

YO REZO

Yo rezo y, a veces, te veo, otras no.

No importa. Si mi corazón mira hacia ti y mis labios te pronuncian entonces se abre la puerta por la que entras en mí y formas parte de mi ser.

Desde dentro, sólo tú sabes cómo preparas mi alma para vivir en el mundo, cómo modelas mis pensamientos, cómo cambias mis visiones, cómo atenúas el dolor que provocan mis errores, tantas veces sin saberlo.

Si, rezo y espero aunque no te vea porque sé que estás, con la esperanza de los árboles que preparan sus brotes en la primavera aunque todavía el frio del invierno lance el viento contra sus ramas.

Si rezo es porque tú me llamas y yo te respondo y por eso mis brotes, como los del árbol responden a tu voz y se convierten en oración, aunque no vea la primavera de tu rostro en el horizonte.

Si rezamos, nunca estamos solos, siempre  estás tú y modelas nuestro interior con la dulzura de la madre que entra de puntillas en el cuarto de sus hijos para dar las buenas noches.

Dejas en nosotros, con tu presencia, como la madre beso tras beso, esa huella indeleble y perpetua de tu amor.

Rezamos y te vemos o , solamente rezamos confiando que nuestra oración llegue al cielo y te avise para que pases, para que entres , aunque a veces durmamos y ni siquiera sintamos tu beso nocturno, pero sabemos, confiamos que no seremos iguales cuando nuestra oración termine.

sábado, 30 de octubre de 2021

ESPACIO DE ETERNIDAD

Habitar, estar.

Ocupar un hogar sin puertas ni ventanas, reconociendo en  nuestra  piel y en nuestra mirada, tu rostro.

Tú, impregnando el aire y la luz, rebosando paz, iluminando el Camino, disipando la duda.

Creas este lugar a cualquiera de mis horas, solo cuando tú quieres. Por eso no es mi deseo ni mi voluntad insistente los que te traen a mí. Porque este espacio es tuyo y te pertenece. Es el trazo de Eternidad que tú me regalas para que yo lo pruebe y aprenda a vivir deseándolo.

Vivir así, sabiendo que quizás  hoy quieras rodearme y dejarme entrar en ti.

Tener la certeza de conocer un trozo del Paraíso mientras rezo. Contemplar ya, aquí, la vida que nos espera, cuando esta vida, este mundo abra sus puertas y de lugar al tuyo, por siempre. Cuando nos liberes de la vida pequeña, limitada y nos muestres el lugar para el que fuimos creados, tu Cielo.

Por eso sé que hoy, mientras rezo y te siento, me muestras lo que me espera, tras esa puerta y me enseñas a vivir sin miedo y con la esperanza de la Vida con mayúsculas donde tú esperas paciente.

viernes, 29 de octubre de 2021

Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Mc 12, 28b-34)

¡Háblame Señor!

Un escriba pregunta a Jesús cual es el mayor mandamiento de la Ley. Jesús le dice lo que todo israelita sabe; el primero es: "Escucha Israel, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Fijémonos que este amor incondicional viene precedido de una exhortación: ¡Escucha Israel! Es la calidad de la escucha de la Palabra la que mueve y crea en el hombre este amor sin regateos a Dios. El necio piensa que puede amar a Dios con su débil corazón  y hace propósitos, promesas, etc., prescindiendo de la Fuente que es la Palabra de Dios. Palabra que debería de acoger y amar como la acogió y amó María a pesar de que lo que Dios le decía era a todas luces imposible; sin embargo se fio de Él, de su Palabra y dijo: ¡Hágase en mí! Al igual que ella, el sabio según Dios, escucha el Evangelio consciente de su impotencia para cumplirlo y por eso no promete nada, sería prepotencia prometer lo que no está a su alcance. Lo que sí hace es escuchar confiadamente la Palabra que le llama e invita al Discipulado, y con un amor diríamos infinito, consciente del poder creador del Evangelio de Jesús espera que Él, vaya cambiando su corazón hasta llegar a ser su discípulo amado.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

TUS MANOS

A tus manos miro, Señor, cuando busco el camino hacia dónde dirigir mis pasos, tantas veces cansados.

A tus manos dirijo mis manos para sujetarme, para sentir fuerte tu apoyo cuando fallan mis piernas y se doblan mis rodillas ante el paso del dolor, dolor del mundo.

Tus manos sobre mi espalda son tu envío a mis hermanos. Manos que empujan mis pasos y me sitúan allí: para derramar tu amor ante quien no tiene nada aunque el mismo no lo crea.

Tus manos, tus manos toman mi frágil cuerpo y lo elevan hacia el cielo cada vez que necesito la altura para que mi alma flote y sienta  libertad.

Tus manos, Señor, mi rumbo, mi soporte, mi esperanza.

Tus manos que se deslizan por el aire en movimiento, como director de orquesta.

Para que yo, tu instrumento, toque tu melodía y suene tu música suave y penetre los corazones.

Siempre tus manos, mi Dios, siempre tus manos.

jueves, 28 de octubre de 2021

UNIDA A TI

Unida a ti, muy dentro, siempre acompañada.

Parte de mí, nunca sola, tú siempre inseparable.

A quien acudo, a quien llamo, a quien suplico y consulto.

Tú mi confidente, mi luz, mi refugio ante el dolor y el miedo.

Tú mi apoyo, mi lugar desde donde miro el mundo.

Tú la distancia para ver con claridad.

Tú que contienes mi ira y mi voz.

Tú maestro de la espera, tú siempre calma y serenidad.

Tú que dibujas mis días y en quien pongo mi mañana.

Tú siempre, Señor, bendita elección, bendito por siempre a tu lado, mi Dios.

miércoles, 27 de octubre de 2021

Jesús nuestro Buen Pastor

Es un hecho que el miedo en general se hace presente en nuestra vida, en ocasiones diversas. Los discípulos de Jesús no estamos exentos de esta realidad pero tenemos a nuestro favor al Señor, que tiene poder para anular y someter nuestros temores acosadores. En el Salmo 23, conocido como el del Buen Pastor, Jesús se nos presenta como Aquel que nos conduce a lo largo de nuestro existir, arrancando de nuestro corazón y nuestra alma todo temor incluso cuando nos tiene que llevar por valles de tinieblas, valles de los que todos, creyentes y no creyentes, tenemos experiencia. Leemos: "Aunque camine por valle de tinieblas no temeré porque tú vas conmigo; tu vara y tú cayado me sosiegan". Su vara para enderezar nuestros pasos cuando se tuercen y su cayado para convertir los abismos que se nos abren, en camino firme, como Moisés convirtió, por orden de Yavhé, el Mar Rojo, que impedía el camino a la libertad al pueblo de Israel,  en camino transitable (Ex 14, 15...). Nuestra vida alcanza su plenitud en Dios y es Jesús quien como el nuevo y definitivo Moisés el que nos conduce hacia Él (Jn 14, 6).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapistoles.com

ME PERTENECES

Me perteneces porque levantas los ojos cada mañana y fijas tu mirada en mí.

Me perteneces porque miras al cielo cuando la tierra te duele.

Me perteneces porque me buscas cuando preguntas y no descansas hasta que encuentras respuesta.

Me perteneces porque soy tu baluarte, tu columna cuando arrecian los vientos de la vida.

Me perteneces porque tu alimento es mi palabra.

Me perteneces porque buscas cada día que se cruce tu mirada con la mía.

Me perteneces porque me encuentras si miras dentro de ti.

Me perteneces porque pasas tus días abrazada a mi Palabra, atenta a mi voluntad y porque abres tus brazos al hermano que agoniza, tus brazos que son los míos.

Me perteneces porque pides que cambie tu corazón y porque te duele caer.

Me perteneces, me dices, porque elegiste, arriesgaste, porque vives junto a mi.

Te escucho decir, Señor, “ven y refúgiate”, escucha y descansa tu alma en los brazos de tu Padre.

martes, 26 de octubre de 2021

TODO APRENDIDO POR TI

Una nueva vida, un nuevo interior, un nuevo lugar desde donde miro el mundo y donde hablo contigo.

Cada mirada, cada palabra, cada acción contrastada con tu voz que desde dentro invade todo.

Nada se escapa a ese “Tú” que ya soy “Yo” y que apenas distingue entre lo que quiero y lo que quieres.

Soy de ti, ahora más que nunca y habito en este espacio, unida a ti, a tu Palabra.

Difícil imaginar ya una vida sin ese sonido que entreteje mis pensamientos, mis decisiones, la forma en que vivo la vida, la forma en la miro al mundo.

Así eres tú que entras en el corazón e invades todo con tu presencia y regalas luz para caminar por la vida.

Nunca nos equivocamos si seguimos esa luz...

lunes, 25 de octubre de 2021

BUSCAR

Buscar un corazón empapado de la paz de Dios.

Desear descargarse de ataduras, de limitaciones y buscar sin descanso el lugar donde el corazón encuentra su espacio natural, donde no hay ruido y descubrir así que no necesitamos nada, nada más que contemplar la luz de quien nos creó.

Resistir a la  tentación de la voz que, desde dentro, nos intenta convencer que las vanidades y triunfos son comparables con la paz que trae tu Palabra.

Danos Señor fuerza y luz, no permitas que las cosas que sostienen este mundo confundan nuestra visión y traten de convencernos que merece la pena dedicarles nuestro tiempo.

Déjanos vivir en ti, tu como origen, tu nuestro destino.

Llena de sabiduría a este pobre corazón que fue creado por ti y que se equivoca si no te ve.

En tu Luz vemos la Luz

Hasta el hombre más escéptico que se empecina en negar la existencia de Dios percibe, a pesar suyo, ráfagas de trascendencia que asaltan la fortaleza de su increencia. Ráfagas insinuantes como por ejemplo: ¿Existe Dios? Y si existiera, ¿cómo encontrarle? Una respuesta a estas preguntas que surgen solapadamente en el corazón de este y todo hombre nos la da este pasaje: "En ti esta la fuente de la vida y en tu luz vemos la luz" (Sl 36, 10). No es que la inspiración de este salmista convenza a los escépticos pero sí remueven sus convicciones ateas, sin embargo algunos se asoman entre curiosos y expectantes a la posibilidad de una vida transcendente. Juan, en el Prólogo de su Evangelio, nos instruye acerca de la luz a la que se refiere el salmista: "La Palabra es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo…" (Jn 1, 9). Es la "Luz Verdadera" porque brilla tanto de día como de noche; es la Luz que se impone a toda tiniebla hasta disiparla; es la Luz que contiene en sí la Vida que todos buscamos consciente o inconscientemente (Jn 1,1-5).

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 22 de octubre de 2021

Domingo XXX del Tiempo Ordinario - (Mc 10, 46-52)

Día del Domund

No podemos dejar de hablar acerca de lo que hemos visto y oído, dijeron Pedro y Juan a los miembros del Sanedrín que pretendían impedirles que predicaran el Evangelio que el mismo Jesús les había anunciado (Hch 4, 20). Este domingo es el día del Domund; celebramos que desde hace 2000 años, de generación en generación, miles y miles de personas rompieron sus fronteras movidos por amor a Dios y a los hombres más desheredados de la tierra para que pudieran recibir la dignidad de ser hijos de Dios (Jn 1, 12), Los misioneros no son unos héroes; son hombres y mujeres muy normales a quienes Jesús, al igual que al ciego de Jericó, abrió sus ojos para que pudieran ver que su vida llegaba a ser Vida gracias a Jesús y a su Santo Evangelio. Dueños de la Vida comprendieron que su lugar estaba allí donde Jesús no había sido aún anunciado. No, los misioneros no son unos héroes; son hombres y mujeres tan libres que pueden plantar su tienda allí donde el Señor les lleva. Y tú, si es que has visto y oído lo que oyeron Pedro, Juan e innumerables discípulos de Jesús a lo largo de 2000 años, ¿romperás tus fronteras para anunciar el Evangelio que da la Vida?
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 15 de octubre de 2021

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario (Mc 10, 35-45)

Convertíos y creed en el Evangelio

Santiago y Juan piden a Jesús que "ya que han dejado todo por seguirle" les conceda el derecho de sentarse junto a Él en su Reino. Como vemos Jesús no escoge a lo mejorcito de Israel; de hecho Santiago y Juan aceptan la llamada de Jesús sin renunciar a su ambición de gloria, la misma que Satanás ofreció a Jesús en la tercera tentación y que por supuesto rechazó (Mt 4, 8-10). Además estos dos apóstoles, al decirles Jesús que sí pueden beber la copa de la Pasión que Él va a beber, le dicen presuntuosamente que sí, igual que Pedro creyó que podía dar la vida por Jesús (Jn 13, 36-38). Por eso se encarnó Jesús entre nosotros por nuestras impotencias morales recubiertas por un poco de buena voluntad. Jesús se encarnó, nos vio engañadísimos y entendió el plan del Padre: Darnos su Palabra de Vida, el Evangelio aún a costa de su muerte y eso fue lo que hizo. Fijémonos que Jesús resume el cambio de nuestro corazón en unas cuantas palabras: "Convertíos y creed en el Evangelio". No nos engañemos, solo el Evangelio arranca delicadamente nuestras veleidades y nos pone, sin miedo ni recelo alguno, cara a cara con Dios.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 13 de octubre de 2021

Talladores de Diamantes

Los que predican el Evangelio de Jesús, son como talladores de diamantes. Bien saben los talladores que cuando alguien les confía una piedra que bajo su hosca apariencia esconde un diamante, este no es suyo sino de quien confío la piedra. Bien, todos los hombres somos portadores de un valiosísimo diamante: nuestra imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 26). Es la predicación del Evangelio y por supuesto la acogida de quienes lo escuchan lo que libera progresivamente a la piedra de escorias e impurezas hasta que salga a la luz el brillante escondido en ella. Después viene la segunda fase que es pulir esta joya muy delicadamente, y por supuesto también por la predicación y amorosa escucha del Evangelio. Conforme el diamante va alcanzando su brillo, el Señor Jesús lo toma en sus manos y dice: Ya eres luz del mundo, ve hacia los hombres, anúnciales mi Evangelio pues todos y cada uno de ellos son portadores de un diamante como tú. Ve, y tállales con mis palabras igual que otros discípulos míos te tallaron a ti.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

martes, 12 de octubre de 2021

Salmo 69(68) - Lamentación

Dios mío, sálvame, porque el agua
me llega hasta el cuello.
Me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie;
me estoy hundiendo en lo más hondo de las aguas, y me arrastra la corriente.
Estoy agotado de tanto gritar,
me arde la garganta y mis ojos se consumen esperando a mi Dios.

Más que los pelos de mi cabeza,
son los que me odian sin motivo.
Más duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Acaso tengo que devolver
aquello que no he robado?
Oh Dios, tú conoces mi ignorancia,
no se te ocultan mis crímenes.
Que por mi causa no queden avergonzados los que esperan en ti,
Señor de los Ejércitos.
Que por mi causa no queden confundidos los que te buscan,
oh Dios de Israel.
Por tu causa yo aguanto afrentas
y la confusión cubre mi rostro.
Me he vuelto un extranjero para mis hermanos, un extraño para los hijos de mi madre.
Porque el celo por tu casa me devora, y las afrentas con que te afrentan recaen sobre mí.
Cuando me aflijo con ayunos,
se burlan de mí.
Cuando me visto de saco,
se ríen de mí.
Se sientan a la puerta, a cuchichear,
bebiendo vino y haciendo chistes.
Pero yo, dirijo a tí mi oración.

Señor, en el tiempo propicio
respóndeme, por tu gran amor,
y ayúdame con tu fidelidad.
Arráncame del lodo, para que no me hunda, líbrame de los que me odian y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente,
ni el cieno profundo me engulla,
que la poza no cierre su boca sobre mí.
¡Respóndeme, Señor, con la bondad de tu amor!
Por tu gran compasión, vuélvete hacia mí!
¡No escondas tu rostro a tu siervo:
estoy oprimido, respóndeme enseguida! 
¡Acércate a mí, rescátame!
¡Líbrame de mis enemigos!
Tú conoces la afrenta que sufro,
mi vergüenza y mi deshonra.
Mis opresores están todos ante ti.
Su afrenta me ha partido el corazón, y desfallezco.
iEspero compasión, y no la hay!
iEspero consoladores, y no los encuentro!
Me dieron hiel para comer,
para mi sed me dieron vinagre.
Que su mesa sea su trampa,
y su abundancia un lazo.
¡Que se enturbien sus ojos y no vean, que su espalda siempre flaquee!
Descarga sobre ellos tu furor,
que el incendio de tu ira los alcance.
Que su campamento quede desierto, y que nadie habite en sus tiendas, porque persiguen a quien tú has herido, y cuentan las llagas de tu víctima.
Acúsalos, crimen por crimen,
no los declares inocentes.
¡Bórralos del libro de los vivos
y no sean inscritos entre los justos!
iPero a mí, pobre y herido, que tu salvación, oh Dios, me proteja!
¡Alabaré el nombre de Dios con cánticos, proclamaré su grandeza con acción de gracias.
Esto le agrada al Señor más que un toro, más que un novillo con cuernos y pezuñas.
Que lo vean los pobres y se alegren.
¡Buscad a Dios, y cobraréis ánimo!
Porque el Señor escucha a los indigentes. 

Reflexión.- En Él no somos defraudados

Este salmo nos ofrece, los sufrimientos que un israelita justo tiene que sobrellevar a causa de su fidelidad a Dios. 
Nos es fácil identificar a este hombre fiel con Jesucristo. Es una lamentación profundamente profética, ya que los rasgos del Mesías se van desgranando a lo largo del poema.
A una cierta altura del salmo escuchamos a nuestro 
protagonista dirigirse a Yavé con esta súplica: «Que por mi causa no queden avergonzados los que esperan en ti, Señor de los Ejércitos. Que por mi causa no queden confundidos los que te buscan, oh Dios de Israel!».
Jesucristo es consciente de que ha sido enviado por el Padre al mundo para librar un combate contra el mal. Sabe que solo apoyado en Él, en su Padre, puede entablar con éxito el combate.
De su victoria contra el mal y su Príncipe, depende también la victoria del hombre contra todo tipo de mal que acecha sobre él. Por ello pide al Padre que sus discípulos sean santificados en la verdad por medio de la Palabra; la misma que a Él le ha santificado. De esta forma, la victoria de 
Jesucristo por medio de la Palabra-Verdad, será también la 
victoria de sus discípulos. Estos, teniendo sus ojos fijos en Jesús, quien con la Palabra se enfrentó y venció a la muerte, no serán confundidos cuando la violencia del tentador se cebe en ellos.
Así vemos cómo Jesús, en su oración al Padre antes de 
entrar en la Pasión, le dice que se santifica a sí mismo a causa de ellos, para que sean santificados en la verdad: 
«Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú 
me has enviado al mundo yo también los he enviado al mundo. 
Y por ellos me santifico a mí mismo para que ellos también sean santificados en la verdad» (Jn 17,17-19).
Más aún, Jesús acepta que el mal del príncipe de este mundo caiga sobre Él. Así, el mundo sabrá que ama al Padre y al hombre más que a sí mismo. Es esta actitud de Jesús la que da cumplimiento a la oración del salmista: Oh Dios, que 
por mi causa no queden avergonzados, no queden confundidos los que te buscan. Veamos cuáles son las palabras de Jesús a sus discípulos: «Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene 
ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre»
(Jn 14,30-31). A partir del ofrecimiento de Jesús de su 
propia vida, el discípulo sabe que este amor incondicional 
al Padre lleva consigo la vida eterna. El Padre actuará con el discípulo igual que actuó con su Hijo: Será llamado a vivir con Él para siempre.
Siguiendo adelante con los rasgos mesiánicos del salmo, nos encontramos con esta angustiosa súplica: «Tú conoces la afrenta que sufro, mi vergüenza y mi deshonra. 
Mis opresores están todos ante ti. Su afrenta me ha partido el corazón, y desfallezco. ¡Espero compasión, y no la hay!
¡Espero consoladores, y no los encuentro». Jesús no 
encuentra nadie que tenga compasión de Él, nadie en quién 
apoyarse ni consolarse, ni siquiera en ninguno de sus discípulos: ¡Todos le abandonaron! «Entonces los discípulos le abandonaron todos y huyeron» (Mt 26,56).
 Abandono para el cual su alma ya estaba preparada y fortalecida, ya 
que su apoyo y compañía, en su tremenda soledad, habría de 
ser únicamente su Padre: El único necesario, el único que 
le podía levantar del sepulcro.
Acabamos de ver cómo es el camino de Jesús hacia el 
Padre. En Él puso sus ojos, en Él depositó su confianza, en Él apoyó su fe. Por ello, el discípulo que mira a Jesús y su trayectoria, no será ni confundido ni defraudado. Su 
fidelidad es nuestra fuerza y nuestra garantía. Podrá haber 
cosas del Evangelio que todavía no entendamos, pero sí hay 
algo que es evidente: el Hijo de Dios no es causa ni motivo de fraude para nadie. Por eso el discípulo debe tener fijos 
sus ojos en Él. Todo puede caer a nuestro alrededor menos 
Él. Como dice el apóstol Pablo, «quien crea en Él no será 
confundido» (Rm 9,33)

lunes, 11 de octubre de 2021

Caminando en la noche

Me llama la atención la respuesta que da Jesús a los Apóstoles cuando toma la decisión de ir a Jerusalén a visitar a su amigo Lázaro gravemente enfermo, a pesar de que quisieron apedrearle la última vez que estuvo allí. Les dice: "Si uno anda de día, no tropieza porque ve la luz de este mundo, pero si anda de noche tropieza porque la luz no está en él” (Jn 11, 9-10). Caminar bajo la luz de este mundo es relativamente seguro; basta con estar atentos para no tropezar. Pero, ¿cómo caminar en la noche? La cuestión es que el Camino de la Vida también se hace de noche y solo si es que tenemos dentro la luz… perdón, la Luz, es decir, al mismo Jesús, Palabra que ilumina a todo hombre (Jn 1, 9) podremos avanzar incluso en  nuestras noches a veces tan cerradas. Caminamos confiados en Jesús, nuestro Buen Pastor "experto" en abrirse camino desde lo más profundo de las tinieblas hacia la Luz Eterna. Lo hizo en el Calvario, y lo sigue haciendo con todo aquel que se pone en sus manos.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

domingo, 10 de octubre de 2021

Domingo XXVIII del Tiempo ORdinario

 El Tesoro de tu corazón

Un hombre se acerca a Jesús y le pregunta que tiene que hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dice que venda sus bienes, lo dé a los pobres y tendrá un tesoro en el cielo;  entonces podrá  iniciar el camino del Discipulado. Jesús le está proponiendo un gesto de desprendimiento tal que manifieste a quien quiere servir-adorar, si a Dios o al Dinero (Mt 6, 24). Leemos en este Evangelio que este hombre, frunciendo el ceño se alejó molesto de Jesús. En realidad el Hijo de Dios sacó a la luz con sus palabras la idolatría que había en su corazón y la antepuso a Dios que desea ser en todo hombre el alma de su alma. Abordamos otro  texto en el que vemos que un hombre encuentra un tesoro en un campo; para hacerse con el, vende sus bienes y compra el campo. Atentos: no lo hizo por un plus de sacrificio, entrega o  generosidad sino: "por la alegría que le dio" ( Mt 13,44 ) El tesoro que busca tu alma determina tu alegría eterna o bien tu crónica tristeza.

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 6 de octubre de 2021

Entra en el gozo de tu Señor

Me saciarás de gozo en tu presencia proclama jubiloso el salmista ante la certeza de que Dios le recogerá al llegar el momento de dejar este mundo (Sl 16, 11). Es en primer lugar una profecía cumplida en Jesús en su Resurrección, profecía que alcanza también a sus discípulos. Este anuncio glorioso sobre nosotros es señalado por Jesús frecuentemente por ejemplo en la parábola de los talentos; recordemos que el Señor dijo a los que los hicieron fructificar: " Pasa al gozo de tu Señor" (Mt 25, 21-23). Quizás alguno se atemorice pensando que no podrá aprovechar los talentos recibidos. No tengamos miedo; la clave para dar el fruto que agrada a Dios es que Él sea realmente "nuestro" Señor; recordemos lo que leímos antes: "Pasa al gozo de -tu- Señor”. Si Jesús es verdaderamente nuestro Señor, daremos fruto en abundancia. Que Jesús sea tu Señor no implica relación de dependencia sino como la que Él desea contigo: de profunda intimidad... la que es propiciada en el Santo Evangelio guardado en el corazón.

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 4 de octubre de 2021

Nos llama para estar con Él

¿Cómo será eso sí no conozco varón? … dijo María al Ángel que le anunció la Encarnación de Jesús en sus entrañas; este le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y te cubrirá con su sombra. María creyó en sus  palabras y aconteció la venida de Jesús al mundo. Hay una similitud bellísima entre la llamada de Dios a María y al Discipulado, veámosla; Jesús pasa junto a Andrés y Pedro y les dice: "Venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de hombres”. Si es imposible  a nuestro entender la Encarnación del Hijo de Dios en una mujer, también lo es que un hombre marcado por el estigma del pecado original, alcance gracias al Discipulado que lleve grabada en su interior la imagen del Señor Jesús como afirma Pablo (Rm 8, 29). Nos abrimos a este nuestro imposible teniendo en cuenta de que Jesús llama a sus discípulos, en primer lugar, para estar con Él (Mc 3, 14). Es así… y solo así que le dejamos las manos libres para crear en nosotros el Discipulado… su "hacernos llegar a ser pescadores de hombres".

 P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapistoles.com

viernes, 1 de octubre de 2021

Domingo XXVII del Tiempo Ordinario (Mc 10,1-12)

DANOS UN CORAZON NUEVO

“Moisés permitió el divorcio entre vosotros por la dureza de vuestro corazón” dijo Jesús a quienes le preguntaron acerca del matrimonio. El corazón del hombre se enquista cuando prescindiendo de Dios y su Sabiduría se erige en único árbitro para decidir  lo que es el bien y el mal. He ahí la raíz del pecado original; Eva -que también representa a Adán- alargó su mano hacia el árbol llamado de la Sabiduría del bien y del mal, comió de él y encontró su fruto excelente para alcanzar sabiduría (Gen 3, 6). He ahí el gran problema de la Humanidad; regirse por su propia sabiduría tan expuesta al subjetivismo, también a las soluciones fáciles ante problemas cruciales, apelando incluso a la dignidad de las personas. La cuestión es que cuanto más prescindimos de la Sabiduría de Dios, más se petrifica nuestro corazón… llegando a considerar como normales y hasta beneficiosos inclinarse devotamente ante realidades destructivas como son el divorcio, el aborto, etc. Nuestra esperanza es que El Hijo de Dios, cumple en todo aquel que se lo pide lo que le suplicó David envuelto en un mar de lágrimas: "Señor, crea en mi un corazón nuevo" (Sl 51, 8).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 29 de septiembre de 2021

JESÚS VIVE EN MI

Abordamos la profunda experiencia del rey Ezequías, que aquejado por una grave enfermedad fue curado por Dios al interceder por él el profeta Isaías. Oigamos lo que salió de la boca de Ezequías antes de la intervención de Dios: “...En medio de mis días tengo que marchar a las puertas del abismo...” (Is 38,10). En medio de mis días, en la mitad de mis años, he ahí el lamento de quién tiene su vida por hacer porque no se ha preocupado buscar y guardar "Palabras de Vida Eterna en su corazón" (Jn 6,66...). Palabras que contienen la Fuerza de Dios para romper el maleficio de la muerte. Ezequías, al saberse curado, rebosante de gratitud, le dice a Dios: "...Tú libraste mi alma de la tumba vacía...” (Is 38,17). Es un canto de amor a Dios sublime por haberle salvado de la fosa de la nada... propia de los que tienen vacía su alma. Los discípulos de Jesús, morimos con el alma rebosante del Hijo de Dios por el Evangelio que hemos escuchado y acogido... y que nos permite proclamar con Pablo: "...Ya no soy yo quien vive, es Jesús quien vive en mi" (Gal 2,20).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

domingo, 26 de septiembre de 2021

Salmo 68(67) - La gloriosa epopeya de Israel

Texto Bíblico

Dios se levanta: sus enemigos se dispersan, huyen de su presencia sus adversarios. 
Tú los disipas como se disipa el humo. como se derrite la cera ante el fuego, así perecen los malvados ante Dios.
Los justos, por el contrario, se alegran, exultan en la presencia de Dios y danzan de alegría. 
Cantad a Dios, tocad en su nombre,
alfombrad el camino del que avanza por el desierto, su nombre es el Señor:
Alegraos en su presencia.
Padre de huérfanos, protector de viudas, así es Dios en su morada santa.
Dios da a los marginados una casa,
libera a los cautivos y los enriquece.
Sólo los rebeldes permanecen en tierra abrasada.
Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo y avanzabas por el desierto, la tierra tembló, se disolvieron los cielos, ante Dios, el Dios del Sinaí, ante Dios, el Dios de Israel.
Derramaste sobre tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,
y aliviaste la tierra agotada,
y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh Dios, preparó para el pobre.
El Señor da una orden,
la transmite un ejército numeroso:
«Reyes y ejércitos huyen corriendo,
y las mujeres se reparten el botín.
Mientras reposabais vosotros en los apriscos, las palomas batían sus alas plateadas, destilando oro de sus plumas.
Mientras el Todopoderoso dispersaba a los reyes, la nieve caía sobre el Monte Umbrío».
Las montañas de Basán son altísimas, las montañas de Basán son escarpadas.
Oh montañas escarpadas, ¿por qué envidiáis al monte que Dios escogió para habitar, la morada perpetua del Señor?
Los carros de Dios son miles y miles.
El Señor marcha del Sinaí al santuario.
Subiste a la cumbre, llevando cautivos, y te dieron hombres como tributo, incluso los que se resistían,
para que el Señor tuviera una casa.
iBendito sea el Señor cada día!
Dios lleva nuestras cargas:
¡Él es nuestro Salvador!
Nuestro Dios es un Dios que libera;
al Señor Dios pertenecen las puertas de la muerte.
Sí, Dios aplasta las cabezas de sus enemigos, el cráneo cabelludo del criminal contumaz.
Dijo el Señor: «Los haré regresar de Basán, los traeré desde el fondo del mar.
Bañarás tus pies en la sangre del enemigo, sangre que lamerán los perros con sus lenguas».
Aparece tu cortejo, oh Dios,
el cortejo de mi Dios, de mi rey,
camino de su santuario.
Al frente marchan los cantores,
los últimos, los tocadores de arpa,
en medio, las muchachas, tocando panderos.
«Bendecid a Dios en vuestras asambleas, bendecid al Señor en las reuniones de Israel».
Delante va Benjamín, el más pequeño, los príncipes de Judá, con sus tropeles, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
Despliega, oh Dios, tu poder,
tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro.
Que los reyes traigan su tributo
a tu templo, en Jerusalén.
Reprime a la Fiera de los Cañaverales, al tropel de Toros,
a los Novillos, de los pueblos.
que se te rindan con lingotes de plata.
¡Dispersa a los pueblos que se complacen en la guerra!
Vengan los grandes de Egipto.
Extienda Etiopía sus manos a Dios.
Cantad a Dios, reyes de la tierra,
tocad para el Señor, que avanza por los cielos, los cielos antiguos. Él alza su voz, su voz poderosa.
«¡Reconoced la fuerza de Dios!».
Su majestad resplandece sobre Israel, y su poder, por encima de las nubes.
Desde el santuario Dios impone reverencia: él es el Dios de Israel,
que da fuerza y poder a su pueblo.
¡Bendito sea Dios!

Reflexiones: Dios vive en los pequeños

Este es un canto épico que narra las maravillosas y 
deslumbrantes hazañas de Dios para con su pueblo. Se cantan 
no solamente los hechos extraordinarios que Yavé ha 
realizado con Israel a nivel de lo que pudiéramos llamar una protección divina. Es mucho más que eso. Se entona, con gozo exultante, el hecho sin par de que Dios protege al pueblo no desde arriba, sino actuando en medio de ellos. 
Dios mismo, al sacar a su pueblo de Egipto, está presente en Israel; más aun, va delante de él conduciéndole a la libertad y posesión de la tierra prometida: «Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo y avanzabas por el 
desierto, la tierra tembló... Derramaste sobre tu heredad, 
oh Dios, una lluvia copiosa, y aliviaste la tierra agotada, 
y tu rebaño habitó en la tierra».
Ya Moisés, cuando entonó el canto triunfal de alabanza a Yavé al dividir las aguas del mar Rojo para que su pueblo pudiera abrirse a la libertad, hace presente con énfasis que es Yavé el que lleva y planta a su pueblo en la heredad que sus propias manos prepararon. Escuchemos esta elegía lírica de Moisés: «Tú le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar que tú le has preparado para tu sede, ¡oh Yavé! Al santuario, Señor, que tus manos prepararon» (Éx 15,17).
Dios, lleno de bondad y de misericordia, ha puesto sus 
ojos en este pueblo porque amó su pequeñez y debilidad: «No 
porque seáis el más numeroso de todos los pueblos se ha prendado Yavé de vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los pueblos; sino por el amor que os tiene...» (Dt 7,7-8).
Además, como vemos en el salmo, Dios volvió su mirada hacia su pueblo no solo por ser el más pequeño de todos, sino también porque es un rebaño humano totalmente desvalido. Es tal su impotencia que no tiene dónde 
apoyarse, nadie a quien pedir ayuda. Pues bien, Dios mismo 
será su apoyo y su ayuda y les proporcionará el cobijo de 
una casa, una morada protectora donde reposará su gloria. 
Dios establecerá su propia morada en medio de ellos: «Padre 
de los huérfanos y tutor de las viudas es Dios en su santa 
morada; Dios da a los desvalidos el cobijo de una casa, abre a los cautivos la puerta de la dicha».
La majestad de esta epopeya tiene su momento culminante cuando Dios mismo escoge su lugar para habitar. 
En todos los pueblos primitivos, las montañas aparecían como signos de la presencia de las divinidades. Esta presencia era tanto más convincente cuanto más altas e
imponentes eran, cuando sus cumbres casi tocan el cielo. Es 
normal que, ante la majestuosidad de estas montañas, los diversos pueblos hayan visto en ellas representadas a sus dioses. El Dios de Israel cambia estos conceptos de los hombres. Habiendo en Samaría los montes altos y escarpados de Basán, Dios los excluye para fijarse en lo que no era ni siquiera monte, apenas una colina, la de Sión en Jerusalén. 
Allí será edificado el templo de su gloria. En él reposará la gloria de Yavé. Veamos cómo el salmista transcribe poéticamente esta decisión de Dios: «Las montañas de Basán son altísimas, las montañas de Basán son escarpadas. Oh 
montañas escarpadas, ¿por qué envidiáis al monte que Dios 
escogió para habitar, la morada perpetua del Señor?».
Dios escoge siempre lo más débil e insignificante para 
manifestarse y salvar. Si escogiera lo fuerte y lo grandioso, lo perfecto y deslumbrador, serían las fuerzas y  poderes del hombre lo que se manifestaría, y no Dios; si lo 
que se manifiesta es la fuerza y grandiosidad de los hombres, la salvación no acontece. Sólo Dios salva, y Él sabe muy bien a quién escoge para que el hombre no quede deslumbrado por fuerzas y poderes que no son Él. Ningún ser 
humano, por extraordinario que sea, puede salvar a otro; o, como dice Jesús, un ciego no puede guiar a otro ciego (cf Lc 6,39).
De la misma forma que Dios escogió a Israel débil e 
impotente, para manifestar su gloria, también hoy día 
escoge a hombres y mujeres débiles y sin pretensiones; 
hombres y mujeres «de barro» para que la luz y la fuerza de 
Dios sean visibles a todos.
El apóstol Pablo es perfectamente consciente de esta 
forma de actuar de Dios. Hablando de él mismo y de los demás apóstoles, define a todos los evangelizadores con este título: «recipientes de barro». Y tiene que ser así para que aparezca que la fuerza del Evangelio viene de Dios 
y no de ellos: «Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros» (2Cor 4,7).
Jesús mismo compara el reino de Dios a una semilla de 
mostaza, que es la menor de todasla  d☺☺s semillas. Sin💩💩💩🛋️💺🚽🚗🏍️ embargo, al desarrollarse, echa ramas tangrandes que las aves del cielo anidan en ellas: «El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza... Es la más pequeña de 
todas las semillas, pero cuando crece es mayor que las 
hortalizas, y se hace árbol hasta el punto que las aves del 
cielo vienen y anidan en sus ramas» (Mt 13,31-32).

P. Antonio Pavía

viernes, 24 de septiembre de 2021

Domingo XXVI del Tiempo Ordinario - Mc 9, 38-48

En el Nombre de Jesús

Expulsar demonios, hacer milagros... etc. son prismas luminosos que surgen del inconmensurable haz de luz que es en sí la predicación del Evangelio. Hay sin embargo un signo por el que Jesús reconoce como suyos a quienes predican el Evangelio y es que lo anuncien en su Nombre marcando así la diferencia frente a los que se sirven de la predicación para el lustre de su propio nombre, en aras de su gloria. Esto es propio de los fariseos tantas veces desenmascarados por Jesús como por ejemplo cuando les dice: "Muchos me dirán aquel Día: Señor, profetizamos, hicimos milagros en tu nombre...”. Yo les diré: ¡Apartaos de mi agentes de iniquidad! (Mt 7,22-23). Los fariseos de todos los tiempos son tan necios que ni siquiera se percatan de que anteponen su propio  nombre y  gloria al Nombre y  Gloria del Hijo de Dios. En cuanto a aquellos que  desprecian la gloria de los hombres al predicar el Evangelio, al morir, oirán un resonar de voces en el Cielo, aclamándoles así: ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor! (Mt 21,8-9).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 22 de septiembre de 2021

El Sabio y el Necio (Sal 92)

Un israelita dice amorosamente a Dios: "Con tus hechos Señor me regocijas... qué profundos son tus designios". Este hombre por medio de la Palabra conoce la intimidad con Dios, proclama que se sabe amado por Él, no solo por lo que hace a su favor sino también por sus designios, que marcan su vida. Una lectura superficial de esta proclamación nos podría hacer pensar que a este hombre todo le ha ido muy bien, de ahí su gratitud hacia Dios. Sin embargo no es fácil acoger los designios de Dios. Con frecuencia el júbilo da paso a desánimos, noches oscuras, incomprensiones por mantenernos en el Discipulado... etc. que tambalean los designios de Dios que un día acogimos con gozo, claro que su experiencia de amores únicos con Dios, amores que no se los ha inventado, es más, están escritos en su alma, mantienen su fidelidad a Dios, por eso es Sabio. En este Salmo también aparece el Necio que ante las mismas pruebas que sufre el sabio se hunde, no le entran en la cabeza como dice el salmista: "El necio no entiende... no comprende estas cosas."No entiende por qué siempre ha ido a remolque respecto a Dios”, nunca le ha buscado.

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 20 de septiembre de 2021

La diosa razón

En la revolución francesa (1789) sus promotores movidos por su escepticismo respecto a Dios decidieron prescindir de Él sustituyéndolo por la diosa razón a la que atribuyeron el poder para  discernir acerca del bien y del mal, cosa que la prepotente Europa acogió con entusiasmo. Al principio la diosa encumbrada se sintió halagada pero pronto empezó a preocuparse al ver que el bien y el mal tan nítidamente definidos estaban siendo oscurecidos por la subjetividad dando paso a una sociedad anestesiada y así hasta hoy que hemos sido visitados por la pandemia. Ante ella los  gobiernos se dejaron de subjetivismos y promulgaron leyes rigidísimas para atajar la pandemia incluida la de recluir a la población en sus casas. El problema es que habían anestesiado tanto a la gente que está echando mano del subjetivismo que se les había inculcado, desafiando toda ley siguieron haciendo sus encuentros festivos, celebraciones callejeras, botellones... etc. Vista la situación la diosa razón se retiró avergonzada a sus aposentos de los que salió al poco tiempo para saludar a la multitud que la aclamaba. Todos se quedaron de piedra al ver que llevaba una banda al pecho que decía: "diosa de la insensatez”.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 17 de septiembre de 2021

Domingo XXV del Tiempo Ordinario - Mc 9, 30-37

¡Convertíos al Evangelio!

Una vez más Jesús dice a los suyos que será condenado a muerte pero que resucitará; una vez más sus discípulos no quieren saber nada de esto arguyendo que no le entienden. El hecho, sonrojante, es que no le entienden porque mientras Jesús les habla ellos están en lo suyo  enzarzados en discusiones sobre quién de ellos era el mayor. Este Evangelio es una catequesis fortísima para todos nosotros: es imposible entender a Jesús si nuestros intereses prevalecen sobre su Evangelio, intereses que nos ponen de perfil ante sus Palabras de Vida. Los profetas no cesan de denunciar al pueblo de Israel porque aún yendo al Templo o sinagoga desprecian la Palabra que allí se proclama echándosela a las espaldas. Escuchemos a Jeremías: "Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros mi pueblo... más ellos no escucharon ni prestaron oído... se pusieron de espaldas…" (Jr 7,23-24 ). Escuchemos también la denuncia dirigida por Esteban, el primer mártir de la Iglesia, al Sanedrín: "Incircuncisos de corazón y oídos, vosotros siempre resistís al Espíritu Santo" (Hech 7, 51).
Señor Jesús… Conviértenos a tu Santo Evangelio. 
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Jesús somete nuestra muerte

Sondeamos la confesión de fe de este salmista a raíz de las maravillas hechas por Dios con su pueblo en su salida de Egipto. “Tú te abriste camino por las aguas caudalosas sin dejar rastro de tus huellas" (Sal 77,20). Este hombre proclama la supremacía de Dios sobre el poder de Satanás representado por las aguas devastadoras, abriéndose un camino sobre el mar Rojo para que Israel accediese a la libertad. Es una profecía que anuncia que gracias a Él la muerte no tiene la última palabra, ni un rastro, ni una huella de ella  prevalece sobre nosotros. Todos en Jerusalén fueron testigos de la muerte de Jesús y todos fueron testigos o conocieron  su Resurrección. Ya antes Jesús había hecho ver a los Apóstoles que era el Señor que imponía su poder sobre las aguas de la muerte al verle caminar sobre ellas cuando estaban a punto de destrozar su barca (Mt 14,22…). Al someter a la muerte con su Resurrección… sometió también la nuestra. Oímos a Pablo: "Si con Él morimos, viviremos con Él" (2 Tm 2,11). 
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 13 de septiembre de 2021

Mi amigo, mi otro yo

Leemos la súplica que dirige a Dios este  israelita: "Dame la Sabiduría asentada junto a tu trono y no me excluyas del número de tus siervos" (Sb 9,4). Este buen hombre se conforma con que Dios le acepte como siervo suyo, sin embargo esto para Dios es muy poco y lo sabemos por lo que Jesús dice los suyos: "No os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; os llamo amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer" (Jn 15,15). ¿Qué es lo que Jesús ha oído del Padre y nos lo da a conocer? ¡¡¡EL EVANGELIO!!! Jesús dirá a sus discípulos que las palabras -EL EVANGELIO- que oyen de Él, se las enseña su Padre (Jn 8, 28). Es pues está Sabiduría Divina la que nos hace amigos de Jesús. Enriquecemos esta mini catequesis con una apreciación fortísima. En la Escritura la palabra amigo tiene un alcance desconocido para nuestra cultura.  En la Escritura el amigo es " mi otro yo". Un discípulo de Jesús ilumina al mundo con su Luz porque es, como decían por ejemplo de San Francisco, "Jesús en el mundo". Recordad ¡¡no somos siervos, menos aún esclavos!! Recordad: estamos llamados a ser amigos de Jesús, "su otro yo" en el mundo.
P. Antonio Pavia - comunidadmariamadreapostoles.com

sábado, 11 de septiembre de 2021

ME ATÉ A TI

Me caía y me até a ti. Con oraciones sostuve mi corazón a tu mano y caminé sin ver, sin creer pero obedecí y puse mi fe en tantas promesas de quienes antes de mi creyeron.
Me até a ti y me ato cada día cuando el viento de la vida me levanta sobre el suelo y me quiere arrastrar.
Siento miedo de este viento y también de mí, de la voz que desde dentro engaña con melodías que se apagan y dejan el corazón abandonado al silencio.
Me ato a tu palabra cada día para que se prenda en mí y sea una conmigo
Me ato a tu voluntad y quiero decirte “si” más allá de mi deseo
Me ato a la libertad de ser para ti en ti
Me ato, Señor, a la única esperanza que da alas, que libera, y que permite volar y dejar al corazón crecer y abrazar el cielo….. me ato a tu yugo ligero
Olga Alonso

viernes, 10 de septiembre de 2021

Domingo XXIV del Tiempo Ordinario - Mc 8, 27-33

La Palabra en la boca y en el corazón

Jesús pregunta a los apóstoles: ¿Quién decís que soy yo? Pedro iluminado por el Espíritu Santo responde: ¡Tú eres el Cristo! Añadimos la puntualización de Mateo: ¡…El Hijo de Dios vivo! (Mt 16, 16). La confesión de fe de Pedro es perfecta, sin embargo y para nuestra sorpresa al anunciar Jesús su pasión, muerte y resurrección, el apóstol, que acaba de confesar su fe el Él, intenta disuadirle provocando está respuesta de Jesús: ¡Apártate de mi vista Satanás, tus pensamientos no son los de Dios sino los de los hombres! Nos encontramos con una catequesis sobre la fe que agrada a Dios fortísima y siempre válida. De poco o nada sirve tener el Nombre de Jesús en la boca si no habita en el corazón por medio de su Palabra ( Jn 14,23) Es una catequesis que nos alcanza a todos… pero no nos desanimemos. Los Apóstoles que eran como eran terminaron guardando el Evangelio de Jesús en su corazón y nosotros si le buscamos con corazón sincero también.
P. Antonio Pavia - comunidadmariamadreapostoles.com

HAY UN LUGAR

Hay un lugar en nuestro interior, Señor, un lugar escondido al que no llega nada si no eres tú.
Un espacio que duele cuando está vacío, un espacio que se queja y reclama un encuentro.
Ese lugar, Señor, está hecho de ti y es para ti. Es donde nos encontramos y dónde estás: es tu casa.
Caminamos por el mundo buscando. Dirigimos nuestros pasos anhelando, planeando, esperando.
Sólo hay que quedarse muy quieto para ver ese lugar y , si uno permanece en silencio, puede incluso verlo allí , en el interior, silencioso y tú en él.
Llegar a ese santuario, dedicarle tiempo, silenciar la voz, desear tocarlo y todo ocurre.
Allí si hay paz, esa que buscábamos, esa que nos salva. Ese es el hogar que tú has creado para cada hombre. ¡Que lo sepamos encontrar , Señor! ¡Llévanos allí de tu mano!
Olga Alonso

jueves, 9 de septiembre de 2021

ME PUSE JUNTO A TI

Me puse junto a ti un día y, desde entonces, vivo en tu abrigo
Si la vida pasa y pasan los días con su devenir de cosas vacías, a veces me pierdo, te suelto la mano y me entretengo en algún lugar donde suena música, donde brilla algo y me quedo allí, casi deslumbrada, por aquella fiesta, la fiesta del mundo.
Y pasan los días y creo que sigo aquí, junto a ti, pero no es así. 
Mi mano te agarra pero el corazón se llena de voces que no son la tuya
Otra vez confundo el sitio , el lugar y quiero encontrar la felicidad donde no estás tú, ni tú ni tu fiesta.
Y entonces recuerdo, porque duele el alma y atenaza el miedo, que tengo un hogar que está junto a ti y que me alejé.
Ese “junto a ti” que este corazón olvida tan pronto por lugares huecos, donde tú no estás y que es nuestra casa
Ahora regreso, como tantas veces y de nuevo tú esperas paciente.
“Ven” me dices, Señor. “Ponte junto a mí que aquí no hace frío, que aquí crecerás con un corazón siempre protegido, con un corazón hambriento de Dios”
Olga Alonso

miércoles, 8 de septiembre de 2021

LAS NOCHES OSCURAS

Dame una palabra que yo guarde dentro y que sea luz en mis noches oscuras.
Dame una palabra que sostenga el miedo, que traiga la calma y que no se vaya hasta que mis ojos alcancen el sueño.
Ven Señor, tú mismo, en esa palabra, déjame sentirte, quiero verte cerca y ya no habrá nada que turbe mi alma.
Mírame Señor, ten piedad de mí, ven aquí a mi lado, tu que puedes todo no me dejes sola
Yo sé que tú estás pero si no siento hoy tu compañía será el mismo miedo que atenaza el alma el que venza y pase conmigo esta noche.
Dame una palabra, llénala de ti , cuídame, protégeme y no me abandones.
Y que esa palabra, se convierta en brazos donde recostarme, donde descansar.
Olga Alonso

Dame tu mano Señor

Señor Jesús, a la luz de tu Santo Evangelio recibí la bellísima intuición de que amándote a ti más que a mí mismo, mi vida alcanzaría su plenitud.  Mi corazón salto de alegría por está intuición pero al mismo tiempo me entristecí ante mi impotencia para amarte con todo mi corazón. Viniste en mi ayuda haciéndome viajar en el tiempo hasta que mis ojos se posaron en tus primeros discípulos: Pedro, Santiago, Juan, etc. con sus debilidades. Entonces un soplo de libertad, el soplo de tu Espíritu, me liberó de mis miedos y tristezas. Me hiciste ver qué Tú, mi Buen Pastor recorrerías conmigo el camino del Discipulado, y que estarías entrañablemente cercano a mí al atravesar valles de tinieblas (Sl 23,4). Aún así te dije: ¿Me darás tu mano para poder seguirte ? Me tranquilizaste con estas palabras: "Mis ovejas escuchan mi voz... nadie las arrebatara de mi mano" (Jn 10,27-28). Estremecido por tanta solicitud conmigo te dije: ¡Aquí estoy Señor Jesús, dame tu mano! 
P. Antonio Pavia - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 6 de septiembre de 2021

CAER... LEVANTARSE

Has recorrido conmigo el camino tantas veces…….
Nunca te cansas, tu paciencia es mi consuelo.
Y aunque a veces pienso si mirarás a otro lado la próxima vez, cuando caiga, me vuelves a mirar y me dices: “sigo aquí”.
Ahora tropiezo, pero no es igual porque siento tu mirada profunda, como Pedro cuando te negó, y la rabia y el dolor dan paso a la esperanza.
En cada caída me encuentro cara a cara con mi vida y descubro un corazón que necesita de ti, que espera en ti y que sabe que sin ti, no es nada.
Caer…. levantarse por la fuerza de tu mirada.
Estrechar el camino y descubrir que no hay otra forma de entrar en tu luz.
Vivir para conseguir un alma luminosa construida con pequeños retazos de luz que tu enciendes en mi cuando caigo………. cuando me miras.

Domingo XXIII del Tiempo Ordinario (Mc 7,31-37)

Al aire de Jesús

Llevan donde Jesús a un sordomudo que en vez de sanarle sin más como suele hacer con otros enfermos realiza una especie de ritual para que pueda oír y hablar. Por cuestión de brevedad expongo solo el ritual que desarrolla con este hombre. Mete sus dedos en la oquedad de sus oídos, eleva sus ojos al cielo, es decir, a su Padre y emite un grito: ¡Effeta! es decir: ¡Ábrete! Con este ritual Jesús señala el punto de partida del Discipulado. No se puede llegar a ser discípulo de Jesús si no nos dejamos abrir el oído por Él a fin de acoger sus palabras como Él acogió las palabras de su Padre (Jn 12,49-50). Oigamos esta profecía de Isaías sobre Jesús: "El Señor me ha dado lengua de Discípulo... mañana tras mañana me abre el oído." (Is 50,4 ). El alma que decide escuchar la Palabra empieza por inclinar - obedecer- su oído hacia ella (Sl 45,11). Los que así actúan ya no van a su aire sino al aire de Jesús.
P. Antonio Pavia - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 3 de septiembre de 2021

Salmo 67(66) - Oración pública después de la recolección anual

Texto Bíblico

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se conozcan tus caminos, en todas las naciones, tu salvación. 
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que se alegren y exulten las naciones, porque juzgas al mundo con justicia,
juzgas a los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto:
es el Señor, nuestro Dios, quien nos bendice.
¡Que Dios nos bendiga, y hasta los confines del orbe lo temerán!

Reflexiones Salmo 67 Luz para todos

Israel es consciente de haber sido elegido por Dios para ser no sólo depositario de su luz, sino también 
instrumento para que la luz de Dios llegue, por su medio, a todos los confines de la tierra. Y, efectivamente, el Mesías nace en el seno de Israel, descendiente del tronco de David. Los profetas ya lo habían anunciado como luz de todas las gentes: «Yo, Yavé, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes» (Is 42,6).
El Hijo de Dios viene como luz del mundo, y así se define a sí mismo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12). 

El apóstol Pablo, que se sabe enviado por Jesucristo, es consciente de que está proclamando la nueva y definitiva alianza de Dios con el hombre por la fuerza del Evangelio.
Este ha sido comprado por Jesús con su sangre para el hombre. Es la nueva y definitiva alianza otorgada gratis para nosotros. Gratis porque el precio lo pagó el Hijo de Dios con su vida. Por eso, el apóstol distingue muy bien entre ley –letra–, y Palabra –espíritu–. Y así se lo oímos 
decir en la segunda Carta a los corintios: «Jesús nos capacitó para ser ministros de una nueva alianza, no de la letra, sino del espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida» (2Cor 3,6).
Jesús, luz que ilumina las tinieblas de todos los hombres, escoge a sus discípulos para que también ellos  sean luz en las tinieblas. Jesucristo vive en los cristianos para privilegio no solamente de ellos sino de todos los hombres. 
La misericordia de Dios alcanza a toda la humanidad, aunque la misión de ser luz no sea para todos.
En este contexto percibimos a los discípulos como servidores de sus hermanos, haciéndoles visible la luz para que todo hombre pueda glorificar a Dios y encontrar así la salvación: «Vosotros sois la luz del mundo. 
El apóstol Pablo, en su catequesis –carta– a los cristianos de Filipos, les anuncia que Dios les ha llamado para brillar como antorchas en el mundo. Y más aún puntualiza, que los hombres recibirán la luz cuando les sea presentada la palabra de vida. 
El mismo apóstol dirá a los efesios que la Palabra que ha llegado sobre ellos es la luz que les ha rescatado de las tinieblas. Y lo dice con unas palabras fortísimas en el sentido de que no sólo vivían en tinieblas, sino que eran tinieblas; así como ahora no solo viven en la luz, sino que son luz: «Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz» ( Ef 5,8) 

(P.Antonio Pavía)

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Salmo 66(65) - Acción de gracias pública

TEXTO BÍBLICO

Aclamad al Señor, tierra entera,
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué admirables son tus obras! Por tu inmenso poder, tus enemigos te adulan».
¡Que toda la tierra se postre en tu presencia!
Que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles acciones en favor de los hombres:
transformó el mar en tierra firme,
atravesaron el río a pie.
Exultemos de alegría con Dios,
que gobierna con su poder para siempre.
Sus ojos vigilan a las naciones,
para que no se subleven los rebeldes.
Pueblos, bendecid a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas.
Él es quien nos mantiene vivos,
y no deja que tropiecen nuestros pies.
Oh Dios, tú nos pusiste a prueba,
nos refinaste como refinan la plata.
Nos hiciste caer en la trampa,
echaste una carga sobre nuestros hombros:
Dejaste que un mortal cabalgara sobre nuestro cuello.
Pasamos por fuego y por agua,
pero nos dejaste recobrar el aliento.
En tu casa entraré con holocaustos,
cumpliré las promesas que te hice, las que pronunciaron mis labios y prometió mi boca en la angustia.
Te ofreceré pingües holocaustos,
con el humo de carneros;
inmolaré bueyes y cabritos.
Vosotros que teméis a Dios, venid a escuchar. Os contaré lo que ha hecho por mí.
A Dios gritó mi boca, y lo ensalzó mi lengua.
Si hubiera tenido malas intenciones, el Señor no me habría escuchado.
Pero Dios me escuchó,
y atendió a mi grito suplicante.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su amor.

REFLEXIONES AL Salmo 66 :Venid a ver las obras de Dios

El salmista, movido por el Espíritu Santo, hace una invitación. no sólo al pueblo de Israel, sino a todas las 
naciones de la tierra, a entonar un himno de gratitud y alabanza a Dios..
El salmo hace hincapié en las acciones salvíficas de Dios sobre el pueblo; concretamente los pasos del mar Rojo en Egipto y del río Jordán ya en la tierra prometida. 
Sabemos que en ambos casos las aguas se separaron para que 
el pueblo pudiese avanzar a pie. 
Aparece en este salmo, con toda su fuerza, la universalidad de la bondad de Dios para con todos los 
pueblos, razas y culturas. Todos los hombres del universo son invitados a volver sus ojos al Dios que, al hacer presente su acción salvífica con un pueblo concreto, está 
manifestando implícitamente que su salvación no está sujeta 
a límites ni fronteras. 
Salvación universal que es anunciada ya explícitamente 
por Jesucristo, el enviado del Padre. Él da su vida para 
que multitud de ovejas que no son del redil-Israel, puedan 
escuchar la Palabra que salva al hombre, de forma que todos 
constituyan un solo rebaño y un solo pastor: «También tengo 
otras ovejas, que no son de este redil; también a esas las 
tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo 
rebaño, y un solo pastor» (Jn 10,16).

El autor de la Carta a los hebreos llama eficaz a la Palabra por el hecho de que abre un camino dentro del que la escucha, y lleva la luz de Dios hasta los sentimientos y pensamientos del corazón, donde acontece la conversión real 
del hombre a Dios: «Ciertamente, es viva la palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, 
hasta la junturas y médulas; y escruta lo sentimientos y 
pensamientos del corazón» (cf Heb 4,12).
Volvemos a nuestro salmo y puntualizamos el hecho de 
que se anima al pueblo a bendecir a Dios, porque es poderoso para devolver la vida al alma y fortalecer los pies del hombre en su búsqueda de Dios. Él devuelve nuestra 
alma a la vida y no deja que vacilen nuestros pies.
«Devuelve nuestra alma a la vida». Jesucristo, que es la palabra del Padre, anuncia que con Él ya ha llegado la hora en que estas almas exhaustas hasta la muerte 
anunciadas por el salmista, cobrarán una nueva vida por el 
hecho de tener el oído atento a su Palabra. Así lo vemos expresado por san Juan: «En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella) en que los muertos oirán 
la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán» (Jn 5,25).
Dios, que hizo emerger la creación de la nada por el poder de su Palabra, ha otorgado al Hijo el poder de devolver la vida a todos los que por estar lejos de Él, están muertos en espíritu. En Jesucristo ha llegado la salvación para todo hombre, lejano o cercano. 
La salvación acontece porque la Palabra es anunciada, es escuchada y es acogida. 
El apóstol Pablo anuncia con toda claridad que Jesucristo, el Hijo de Dios, ha venido a reconciliar desde sí mismo a todos los hombres 
con Dios: «Porque Él es nuestra paz; el que de los dos 
pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba...
Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que estabais lejos y 
paz a los que estaban cerca. Pues por Él unos y otros 
tenemos libre acceso al Padre en un mismo espíritu» (Ef 
2,14-18). Vemos, pues, cumplida la profecía del salmo: en 
Jesucristo todos estamos reconciliados con Dios... En 
Jesucristo se despiertan las entrañas de todos los hombres 
para alabar y bendecir a Dios llenos de gratitud.

(P.Antonio Pavía)

sábado, 28 de agosto de 2021

T El estremecedor susurro

El estremecedor susurro del Salmista : " ¡Tu Rostro buscaré Dios mío! Fortaleció tanto al hijo pródigo que decidió levantarse y caminar hacia su Padre..Dios.