miércoles, 30 de marzo de 2022

El Gran Desconocido

Sabemos que en buena parte del primer mundo la creencia en Dios se está desvaneciendo. Nos preguntamos cómo hemos llegado a esta situación y qué debemos de hacer los aún creyentes. Nos duele ver cómo es que Dios, que era el alma de nuestros pueblos y ciudades, pasa casi desapercibido. Hemos de reconocer que ha habido más empeño en adoctrinar a la gente a base de devociones, que sí son válidas, que en sembrar en sus corazones el Evangelio de Jesús. Hemos ofrecido al pueblo de Dios multitud de promesas, visiones, revelaciones... etc, que, siendo buenas, no están a la altura del Evangelio que engendra la fe, como escribe Pablo (Rm 10,17). Sí, la fe firme sobre la Roca, como dice Jesús (Mt 7,24). El  Evangelio contiene la Fuerza y la Gracia de Dios que crea en el hombre la Fidelidad a Jesús... y si embargo es... ¡el Gran Desconocido para muchos bautizados! Recordemos cuando Jesús multiplicó los panes para toda una multitud hambrienta. Después, al decirles que Él era el Pan Vivo bajado del Cielo, le abandonaron. Entonces preguntó a los suyos si también querían irse y  Pedro le  respondió: "Señor, Tú tienes palabras de Vida Eterna" (Jn 6,67...). Quizás sea esto lo que ha faltado, dar al hombre Palabras de Vida eterna, las propias del Evangelio de Jesús. Esto nos compete a todos... Ánimo, aún estamos a tiempo.

P. Antonio Pavía

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lunes, 28 de marzo de 2022

Maternidad Espiritual

Jesús, exhausto sube cargando la Cruz hacia el Calvario. María acompaña sus pasos con la mirada desgarrada. Tres fueron las veces que Jesús fue arrojado al polvo por el peso de la Cruz. Cada uno de sus pasos supuso para ella un auténtico martirio, unos sufrimientos parecidos a las dolorosísimas contracciones que sufre una mujer al dar a luz a su hijo. Llegan a la cima, Jesús es crucificado. El sufrimiento que siente María es indescriptible. Desde lo alto de la Cruz, Jesús, abrazándola con la entrañable ternura de su mirada, señala a Juan y la dice: "Ahí tienes a tu hijo" (Jn 19,25...). Fue entonces cuando María entendió todo. En unos segundos que abarcan la eternidad comprendió que las dolorosísimas punzadas, que como puñales herían su alma cada vez que su Hijo caía  contra el suelo aplastado por la Cruz, no fueron solo "parecidos" a los provocados por las contracciones de una mujer que está dando a luz... ¡¡Eran sus propios dolores de parto, pues estaba dando a luz a todos los Discípulos Amados de su Hijo a lo largo de la Historia!! Por la comunión con los padecimientos de Jesús, recibió de Él la sublime Maternidad Espiritual. Jesús se la otorgó en la mayor Cátedra de la Sabiduría posible: la del Calvario.

P. Antonio Pavía

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viernes, 25 de marzo de 2022

Domingo IV Cuaresma (Lc 16,11-32)

El hijo pródigo y su Padre se abrazaron

Evangelio del hijo pródigo.

Un padre tiene dos hijos; el menor no está a gusto con él y decide coger sus cosas y marcharse lejos; cree que así podrá sacar más partido de su vida. Pasada "su luna de miel" se topa con la realidad. Su vida está casi a la altura de los animales que cuida. Tiene dos  opciones:  empecinarse orgullosamente en su malvivir o volver a casa. Decide volver y en su caminar prepara su discurso: "...Padre, no merezco ser hijo tuyo, tratame como a uno de tus jornaleros..". Como todos, de una forma u otra, necesitamos una vuelta sincera a Dios transcribimos este pasaje bíblico: "Jamás se oyó decir a un Dios, fuera de ti que haga tanto por quien espera de Él" (Is 64,3). Así es; veamos cómo recibió el Padre a su hijo: "Estando todavía lejos su padre le vio y conmovido echo a correr, se le hecho al cuello y le beso efusivamente...". Estás son las sorpresas de Dios; asi recibe a todo aquel que despreciando sus mediocridades se vuelve a Él. 

P. Antonio Pavía

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miércoles, 23 de marzo de 2022

El que escucha a Jesús, aprende a orar

Uno de los pasajes más ricos y profundos sobre la oración que nos ofrece  el Evangelio es aquél en el que vemos a María la hermana de Lázaro sentada a los pies de Jesús escuchando su Palabra (Lc 10,38...). La escena es bellísima. María a los pies de Jesús escuchándole representa al verdadero buscador de Dios que descubriendo sus huellas en el Evangelio de su Hijo no descansa hasta que su Presencia-Palabra se haga un hueco en su alma. María también representa a las vírgenes sensatas a quienes les urge tener su alcuza llena de aceite (La Palabra Viva) para que las lámparas de sus corazones estén radiantes de luz, tanto los días buenos como los malos. María de Betania nos enseña la actitud que hemos de tener ante la Palabra; no se lee de corrido, casi por obligación, sino lentamente, paladeando el Espíritu y Vida que fluyen de ella (Jn 6,63b). Es un escuchar con el alma rendida, enamorada  de Jesús, Palabra del Padre, que te mueve a dar crédito a sus palabras  aunque al principio no las entiendas del todo... y cuando das crédito a Jesús en lo que te dice en su Evangelio, ya eres una persona orante; lo eres porque Dios, ya ha abierto en tus entrañas la Fuente de la Vida, que es Él mismo viviendo en ti (Jn 14,23). Entonces... ya no necesitarás ningún maestro que te enseñe a Adorar a Dios en espíritu y verdad (Jn 4,23-24). No necesitarás ni maestro ni cursos ni libros, tan solo la Palabra, el Evangelio porque El Maestro ya vive en ti.

P. Antonio Pavía

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lunes, 21 de marzo de 2022

El Amor de Pedro a Jesús

En la noche de su Pasión, Jesús anuncia a sus discípulos que se van a  escandalizar  de  Él; inmediatamente saltó Pedro: "Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré" (Mt 26,33). Sabemos la respuesta de Jesús: Esta noche me negarás tres veces. Así fue. Analicemos este hecho.  Pedro sí ama, y mucho, a Jesús pero aún no ha recibido la Gracia de dar su vida por Él, por eso flaqueó a la hora de la prueba. Veamos la debilidad de Pedro a la luz de este texto de Juan: " Amemos a Dios porque Él nos amo primero " (1 Jn 4,19). Extrapolamos este pasaje. Pedro aún no puede dar su vida  por Jesús porque éste aún  no la ha dado por él; es decir que Él tiene que adelantarse dándola primero.  Una vez que la entrego por él, y por todos, revistió todo su ser de su Espíritu de Fuerza y de Gracia. Resucitado va a su encuentro y posando su mirada en él, que la tenía huidiza, le pregunta tres veces: "Pedro, ¿me amas? (Jn 21,15...). Le estás anunciando que sí, que no necesita sus  promesas, que el tiempo desgasta; ¡que ya puede dar su vida por Él! Pedro queda sobrecogido... ¡¡Se da cuenta de que Jesús ha tomado sobre sus espaldas sus incoherencias y ha sembrado en su alma!! Su Fuerza, ¡¡la de Dios!! Ahora sí... ya puede declarar su amor incondicional al Hijo de Dios, ya puede decirle, y así lo hace: ¡Señor, tú lo sabes todo, sabes que te amo! Has infundido en mi tu Espíritu, ya puedo dar mi vida por ti y recuperarla, como tú. (Jn 10,18). A ti que lees esto; si ya eres consciente de que Jesús ha dado su  vida por ti, ya estás en condiciones de que te pregunte cómo a Pedro: ¿Me amas...?

P. Antonio Pavía

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viernes, 18 de marzo de 2022

III Domingo de Cuaresma (Lc 13,1-9)

¡Señor quiero serte fiel!

Israel es la viña de Dios, la higuera simboliza su Palabra.; esto nos ayuda a entender mejor el Evangelio de hoy. El dueño de la viña no encontró fruto en la higuera. Israel que se enorgullece de ser el depositario de la Palabra de Dios no ha dado fruto. El dueño insta al encargado: si no ha dado fruto en tres años, arráncala. El  encargado, que es Jesús, le responde: Es cierto, llevo tres años predicando el Evangelio y ni siquiera mis discípulos han dado fruto, discuten sin parar sobre quién es el mayor, pero añade; espera que falta lo más importante: voy a dar mi vida por todos los hombres para que puedan dar fruto. Al morir, Jesús grito al Padre: ¡Todo está cumplido! (Jn 19,34). Su Palabra está cumplida. Con su muerte, Jesús, el "Lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14b), nos dejó en el Evangelio "su plenitud de gracia y de verdad". Ya podemos dar fruto porque el Evangelio es el que crea en el hombre la fidelidad a Dios.

P. Antonio Pavía

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miércoles, 16 de marzo de 2022

Mi amigo, mi otro yo

San Pablo dice que Jesús es la Sabiduría de Dios (1 Co 1,24). Los primeros cristianos sabían que Jesús era "La Palabra del Padre" por lo que podemos afirmar que Jesús es la Sabiduría del Padre que viene a nuestro encuentro cada vez que leemos y escuchamos hambrientos su Evangelio. Esto reviste vital importancia a la luz del siguiente pasaje bíblico: "Esta -la Sabiduría- entrando en las almas santas forma en ellas amigos de Dios" (Sb 7,27…). Almas santas son aquellas que buscan incansablemente a Dios como la Fuente de su vida. Respecto a que la Sabiduría convierte a estos buscadores en amigos de Dios oigamos esto que dice Jesús a sus discípulos: "A vosotros os llamo amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer" (Jn 15,15b). Jesús abre su corazón a los suyos y confidencialmente les hace saber que todo lo que su Padre le ha hablado al oído se lo ha anunciado a ellos: El Santo Evangelio que brotó como Manantial de Aguas Vivas del corazón del Padre hacia el suyo, y del suyo hacia su boca de donde brotó con su predicación (Jn 12,49-50). Es por eso que les llamo y nos llama también a nosotros sus amigos. Tengamos en cuenta que en la Espiritualidad  Bíblica, la palabra amigo significa "mi otro yo" por lo que podemos afirmar que  todo  aquel que vive abrazado al Evangelio, es considerado por Jesús como "Su otro yo…". 

P. Antonio Pavía

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lunes, 14 de marzo de 2022

En tu Luz vemos la luz

Hasta el más escéptico de los hombres que se empecina en negar la existencia de Dios percibe, a pesar suyo, ráfagas de transcendencia que golpean la fortaleza en la que protege su increencia. Ráfagas como por ejemplo: ¿realmente solo hay la nada después de la muerte? A esta pregunta le sucede le sucede un deseo tantas veces arrinconado: ¿si Dios existe, cómo encontrarle? Una respuesta a esta pregunta que llevamos escrita en nuestra alma nos la ofrece este salmista: "En ti está la fuente de agua viva y en tu Luz vemos la luz" (Sl 36,10). No es que la intuición de este salmista convenza a los escépticos pero sí empieza a minar sus convicciones; de hecho algunos se asoman a sus interioridades y se abren a una vida Transcendente. Juan, en el Prólogo de su Evangelio, nos ofrece el pleno sentido de la intuición del salmista: "La Palabra es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Jn 1,9). La Luz verdadera, es decir, la que ilumina nuestras tinieblas, la que abre los ojos de nuestra alma, como diría San Agustín, y nos pone en comunión con "el Dios vivo" (Sl 42,3). Es en definitiva la Luz que guía nuestros pasos hacia  la Vida que todos buscamos consciente o inconscientemente.

P. Antonio Pavía

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viernes, 11 de marzo de 2022

II Domingo de Cuaresma (Lc 9,28-35)

¿Cómo Resucitamos?

El Evangelio de hoy, narra la Transfiguración de Jesús; junto a Él están Moisés y Elías, también transfigurados, piedras angulares de Israel. Con esta visión en el monte Tabor, Jesús quiere mostrarnos a todos, representados por Pedro, Santiago y Juan,  como resucitan "los que mueren en El Señor" (Ap 14,13). Ya en otro pasaje Jesús había anunciado que... "los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre" (Mt 13,43). Fijémonos que no dice en el Reino del Padre, ni de mi Padre… sino de "su Padre". toda una declaración de intenciones. Los primeros cristianos no fantaseaban acerca del paso de su cuerpo corruptible a uno incorruptible; bien sabían que a su muerte participarían de la Gloria de su Señor Resucitado. Leamos este  testimonio  de Pablo: "... El cual -Jesús- transfigurará  nuestro cuerpo corruptible en un cuerpo glorioso como el suyo" (Fil 3,21)... y también este: "Cuando aparezca Cristo, Vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis  gloriosos con Él" (Col 3,4). En la transfiguración de Jesús se oyó la Voz del Padre, dándonos su único Mandamiento a lo largo de todo el Evangelio: "Este es mi Hijo amado ¡Escuchadle!". Sí, escuchemos a Jesús pues fue su Padre el que  susurró al oído El Evangelio de la Vida Eterna que nos predicó. 

P. Antonio Pavía

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miércoles, 9 de marzo de 2022

Por el honor de su Nombre

Frecuentemente vemos en la Escritura esta rúbrica que acompaña las promesas hechas por Dios a su pueblo o a alguien en particular: "Por el honor de mi Nombre". Está rúbrica asegura que Dios cumplirá su promesa pues de no ser así, su honor quedaría en entredicho. Nos asomamos al Salmo del Buen Pastor y vemos que su autor, inspirado por Dios, adelanta proféticamente el bellísimo pastoreo que el Mesías hará con sus discípulos. El salmista declara que El Señor es su Pastor y por eso nada le faltará: le llevará por verdes praderas -los verdes prados de la Palabra, comenta San Agustín-, le conducirá a fuentes reparadoras, confortará su alma…, e incluso cuando vaya por valles de tinieblas no temerá porque Él le acompaña... y lo hará por el honor de su nombre... etc. (Sl 22). Sabemos que el Antiguo Testamento es, en general, una macro profecía sobre el Mesías, Jesús y por eso podemos afirmar que sus promesas están certificadas por la rúbrica señalada: "Por el honor de mi Nombre" aunque no esté explicitada. Por ejemplo, al llamar a sus primeros discípulos, hombres que no distinguían la mano derecha de la izquierda, les prometió: "Os haré llegar a ser pescadores de hombres" (Mc 1,16-17). Lo prometió y lo cumplió con todos. Con todos incluso con Pedro, más no con Judas pues prefirió la muerte antes que ser perdonado y abrazado por Él, por Jesús.

P. Antonio Pavía 

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lunes, 7 de marzo de 2022

Con tu Fuerza Señor

Al confiar Jesús a Pedro sus ovejas para que se las apacentara (Jn 21,15...), le concedió también la Fuerza para cumplir esta misión. También Él recibió la Fuerza del Padre para cargar el mal del mundo, mal que le llevó a la crucifixión. Pedro representa a todos los discípulos de Jesús;  tanto sacerdotes como seglares que recibimos de Él la misión de apacentar-evangelizar al mundo con la premisa de que éste nos odiará como le odió a Él (Jn 15,18..).  Al igual que Jesús somos enviados "como corderos en medio de lobos" (Lc 10,3). Jeremías es una figura bellísima de Jesús y de sus discípulos. A causa de  su misión profética, fue perseguido y despreciado por los suyos, tanto que muy dolido llegó a decir: " La Palabra del Señor ha sido para mí motivo de desprecios oprobios cada día." Sin embargo no desiste de su misión pues… seguimos su relato: "Pero el Señor es mi fuerte defensor..." (Jr 20,13 ). Oigamos ahora el testimonio que nos da Pablo sobre la Fuerza que  los anunciadores y testigos del Evangelio reciben de parte de Jesús: "Llevamos este tesoro -el Evangelio que anuncian- en vasos de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria viene de Dios, no de nosotros. Atribulados en todo más no aplastados, desvalidos más no desesperados..." (2 Co 4,7-10).

P. Antonio Pavía 

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viernes, 4 de marzo de 2022

I Domingo de Cuaresma (Lc 1,1-13)

Cuaresma: Tiempo de amores con Dios

Una vez bautizado Jesús fue al desierto donde fue tentado por Satanás  rememorando las tentaciones sufridas por Israel también en el desierto. Nos centramos en la primera tentación de Jesús. Le dice el demonio: "Di a estas piedras que se conviertan en panes".  Jesús le responde: "No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios". La cuestión no es comer pan o no sino, que es lo primero que debe de buscar y cuidar el hombre: si la vida del alma o la material;  porque el que busca primero la material nunca tendrá bastante y descuidara la vida de su alma. Dice Jesús a este respecto: "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y el resto se os dará por añadidura" (Mt 6,33). El término justicia tiene  diversos significados en la Biblia. En este texto de Mateo, dice San León Magno que se refiere al deseo del hombre de ajustarse -que viene de justicia- a Dios, a su voluntad. Un ajustarse que nos recuerda a David cuando en un susurro dijo a Dios: "Aprieta mi alma contra ti..."(Sl 63,9).

P. Antonio Pavía

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miércoles, 2 de marzo de 2022

Miércoles de Ceniza

Hoy iniciamos la Cuaresma, tiempo de gracia que nos mueve a intensificar nuestra relación con Jesús; de acrecentar nuestros deseos de ser, como Juan, Discípulos Amados suyos dejando que el Divino Alfarero haga de nosotros, con  su Evangelio,  un hombre nuevo como dice Pablo (2 Co 5,17). Muchos fueron los israelitas que mantuvieron su fidelidad a Dios en medio de sus pruebas y que de una forma u otra suplicaban a Dios la venida del Mesías que crearía en ellos un corazón nuevo. Entre ellos señalamos a David (Sl 51,12). Sus pecados fueron enormes pero fue tal su dolor y arrepentimiento que viene a ser una figura profética de todos aquellos que dieron un giro completo a su vida y siguieron a Jesús. Jesús diría de David lo mismo que dijo de aquella pecadora pública que durante un banquete se acercó a Jesús y con sus lágrimas lavó sus pies -que simbolizan el Evangelio- y los secaba con sus cabellos. Jesús le dijo ante los comensales que no entendían nada: "Sus muchos pecados les son perdonados, porque ha amado mucho" (Lc 7, 48…). Así es como nos ama Jesús, ¿Te lo vas a perder?

P. Antonio Pavía 

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