lunes, 29 de noviembre de 2021

Como ovejas sin pastor

Jesús mira a la multitud y le duele porque sabe que están como ovejas sin pastor (Mt 9, 36). No es que en Israel faltasen dirigentes que celebrasen el culto o les enseñasen la Escrituras; el problema es que la mayoría de ellos -sacerdotes y escribas- miraban más por su propio nombre que por el de Dios y claro, así no podían pastorear sustanciosamente a sus ovejas. Parecido dolor al de Jesús lo sufrió San Gregorio Magno seis siglos después. En sus “Comentarios al Evangelio” se lamenta porque un buen número de sacerdotes, buscando su honra y bienestar, dejaban desnutridos a sus rebaños. Aunque no en la misma proporción quizás podemos hablar también hoy de una situación parecida. Vemos  sacerdotes que parecen  académicos, profesionales, servidores de su Institución... etc. por lo que "no tienen tiempo" para pastorear a tantas ovejas que desfallecen en su fe porque no son bien pastoreadas. Ovejas que no tienen acceso al Misterio de Dios quizás  porque sus pastores, parece que viven ajenos a él. Recordemos, lo que dice Pablo, acerca de la predicación de los pastores: "Somos administradores del Misterio de Dios" (1 Co 4, 1). Estos pastores sí lo son... "según el corazón de Dios" profetizados por Jeremías (Jer 3, 15).
P. Antonio Pavía
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viernes, 26 de noviembre de 2021

Domingo I de Adviento (Lc 21,25-28/34-36)

SOLO DIOS BASTA

Hoy comenzamos el Adviento y, tiempo de espera y también de búsqueda de Dios con los ojos del corazón fijos en la celebración gozosa de la Navidad. Me llama la atención, en el Evangelio de hoy, la exhortación del Señor a velar. Es evidente que el Hijo de Dios está más que  interesado en encontrarse festivamente con todo hombre; de hecho no deja de llamarnos y atraernos de mil maneras, como vemos en este pasaje bíblico: "Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa, cenaré con él y el conmigo.” (Ap 3,20). Hay personas que se lamentan y dicen: Yo busco a Dios pero no le encuentro. No hay que hacerles grandes discursos, basta leerles el texto anterior del Apocalipsis remarcando lo que señala Jesús: “...Si alguno oye mi voz...”. El Evangelio es la Gran Llamada de Jesús a la Fe. Los que lo leen, escuchándole a Él, no a sí mismos, no solo no quedan defraudados sino que con el tiempo entienden por qué Santa Teresa proclamó desde de lo más profundo de su ser: ¡Solo Dios basta!
P. Antonio Pavía
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miércoles, 24 de noviembre de 2021

Al lado de Dios

Impactante lo que este salmista, embriagado de gozo, dice confidencialmente a Dios: "Bienaventurado el que tú eliges y acercas para que viva en tus atrios - es decir contigo-, sácianos de los bienes de tu Templo" (Sal 65, 5). Puntualizó que los bienes del Templo de Dios son: ¡Él mismo, su Fuerza, su Gloria…! etc. Quizás envidiemos los sentimientos de este salmista pero sepamos que la riqueza interior de este hombre alcanza su plenitud en Jesucristo y gracias a Él, también en sus discípulos. Fijémonos en este relato de Marcos: “...Subió al monte, llamó a los que quiso y vinieron donde Él. Instituyó Doce para que estuvieran con Él...” (Mc 3, 13-14). Hemos leído bien: Los llamó "para que estuviesen con Él", como añoraba  el Salmista. Y, que sepamos, Jesús nos llama al Discipulado por medio del Evangelio... del que fluye el Bien de Dios por excelencia: ¡La Vida Eterna! (Jn. 5,24). Y a todo esto... ¿Qué piensa Dios Padre de los Discípulos de su Hijo? Nos lo dice Él mismo: "... El Padre os quiere porque me queréis a mi...".
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 22 de noviembre de 2021

La Tienda del Encuentro

En el camino de Israel por el desierto, Dios dijo a Moisés que hiciera una Tienda, llamada del Encuentro, que habría de levantar en cada etapa de su marcha, para poder hablar ambos. Dice el cronista del Éxodo que En esta Tienda: "Dios hablaba con Moisés cómo un hombre habla con su amigo" (Ex 33, 11). Sepamos, para nuestra alegría, que esta Tienda del Encuentro es una figura profética de la que Jesús levanta en el corazón de todo aquel que escucha su Palabra y la guarda en su corazón: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra y mi Padre le amara y vendremos a él y haremos morada -levantaremos la Tienda del Encuentro- en él (Jn 14, 23).  Es una promesa que colma por completo el corazón de los verdaderos buscadores de Dios; promesa que lleva a su plenitud, la vida de quien cree en ella hasta hacerla Alma de su alma. Esta promesa de Jesús contiene su Fuerza y la Gracia, propias de Él y que nos permiten crecer hasta llegar a ser discípulos suyos.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 19 de noviembre de 2021

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario (Jn 18, 33b-37)

Rey mío y Dios mío

El Evangelio de hoy -Fiesta de Jesucristo Rey- nos ofrece parte del diálogo entre Pilato y Jesús previo a su Crucifixión. Jesús dice a Pilato que es Rey, pero no de este mundo que está sometido a Satanás, padre de la mentira, que envuelve en su engañó a gente aparentemente buena como era la mayoría de los judíos (Jn 8, 42-45). Clavado en la Cruz, parodiado como Rey de Israel, Jesús irradia la Luz de la Verdad que a todos nos llega por medio de la predicación del Evangelio. Todos los que lo escuchan y lo acogen, reciben la Sabiduría y la Fuerza para decir ¡Basta a la Mentira que Satanás le ha presentado como verdad! A partir de entonces el hombre se abre a la libertad humano-divina. Oigamos lo que Jesús hace saber a quienes inician su camino del Discipulado: "Si os mantenéis en mi Palabra seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres." (Jn 8, 31-32). Es en este sentido que Jesús dice a Pilato: "Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 15 de noviembre de 2021

VENCER AL MAL CON SU OPUESTO

Ante la impotencia por la realidad que no entiendo.
Ante la rabia por la necedad y la tristeza de la ceguera del hombre.
Ante mi desesperación por el mundo que contemplo, tus brotes, como los de la higuera, gritan “sí” desde tu Cruz,
Gritan y muestran que hay que morir para vencer, morir con misericordia, superando la soberbia del enfado y la rebeldía.
Morir como tú, para vencer, escandalizar lo humano y amar hasta el final.
Vencer el mal con su opuesto. Ponerle cara de amor al rostro de la ignominia.
Comprender esta verdad y caer ante tu Cruz para entender que no hay que buscar razones, razones del mal del mundo, solo hay que morir, morir por los otros.
Qué difícil comprender la razón de tu victoria, tu cruz y tu entrega.
Pero qué fácil ver con los ojos del alma, los brotes de la higuera en tu Cruz.
Los que nos dicen que no hay otro camino más que morir todo el tiempo para repartir misericordia, que es el lenguaje de tu amor.
Aquí sigo, te contemplo y te escucho, gritando desde tu Cruz que no hay otro camino.
Que tú no me dejarás sola, que la luz de tu mirada en forma de tu Palabra será mi guía y mi aliento. Que algún día de tu mano, seré yo quien aprenda a morir por los demás, para ti.

Apariencias

"Seréis como dioses": esta es la promesa que Satanás hizo a nuestros primeros padres. Ser como dioses supone seguir los dictados del padre de la Mentira -como Adán y Eva- prescindiendo de la Sabiduría de Dios. La problematización es que estos dioses son todo apariencia como dice el salmista: "Tienen boca y no hablan, ojos y no ven, oídos y no oyen ..." (Sal 135, 15-17). A esto añade que los que se apoyan en estos dioses que no son más que apariencia, terminan siendo a imagen y semejanza suya… de su apariencia (Sal 135, 18). Los que ponen su corazón en ellos bloquean los impulsos interiores hacia la Transcendencia propia de su ser. Una persona ajena a su ser transcendente siempre será alguien incompleto aunque tenga medio mundo a sus pies, reciba agasajos y premios allá por donde pasa. Todo termina siendo  el simple confeti, porque la Vida que Dios ha puesto en su alma es infinitamente mayor que sus "éxitos y logros", que de por si no tienen por qué ser nocivos. Sea como sea, la buena noticia es que para Dios nunca es tarde cuando un hombre decide sortear el abismo que existe entre las apariencias y la Verdad. Como dijo Jesús a Pilato: "... Todo el que es de la verdad escucha mi voz" (Jn 18, 37). Nunca es tarde para arropar nuestra alma insatisfecha con la Voz de Jesús: su Santo Evangelio.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 12 de noviembre de 2021

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario (Mc 13, 24-32)

Fíate de Jesús

En el Evangelio de hoy Jesús nos dice que el sol y la luna se oscurecerán, las estrellas del cielo caerán... etc. Los sensacionalistas, que siempre los ha habido y los habrá, nos marean pregonando el fin del mundo… y ya van varios siglos alertándonos. Empecemos por aclarar que Jesús dice que todo esto del sol, luna, estrellas sucederá en su propia generación y como dicen los biblistas, se estaba refiriendo, en un lenguaje cósmico, como el del Apocalipsis, a la destrucción del Templo de Jerusalén - Honor y Gloria del pueblo elegido- que efectivamente tuvo lugar en el año 70 por las tropas de Roma. Recojamos el sentido real de lo dicho hoy por Jesús: que este mundo incluido sus astros caerá y que lo único que es Eterno es… su Palabra: "cielo y tierra -el mundo visible- pasará, mis palabras no pasarán”, y aquí entramos nosotros. Jesús llamó a sus primeros discípulos en estos términos: "Yo os haré llegar a ser pescadores de hombres " (Mc 1, 16-17). Sabemos que estos primeros discípulos de Jesús dieron rienda suelta a sus ambiciones, vanidades, rencillas... le traicionaron en su Pasión. Sin embargo Jesús mantuvo su Palabra, su elección. Resucitado les reunió y les hizo llegar a ser pescadores de hombres: les envío a predicar el Evangelio de la Gracia y la Elección por todo el mundo.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Erguida en el Calvario

Recordemos lo que dijo el Ángel Gabriel  a María en la Anunciación: "Llena de gracia, el Señor está contigo... concebirás  al Hijo de Dios...". A lo que María respondió: "Hágase en mi según tu Palabra". Damos un salto en el tiempo y nos asomamos al Calvario;  ahí la vemos, a María, en toda su plenitud. Está dignamente erguida a pesar de su dolor indecible. Erguida porque Jesús, Crucificado, está a punto de vencer a la Muerte mientras ella, elevándose sobre su atroz  sufrimiento, manifiesta su victoria sobre el desfallecimiento que le provoca la espada que atraviesa su alma (Lc 2, 35). Doble es su sufrimiento; al hecho de ver, como madre, el despojo humano al que ha quedado reducido Jesús por parte de los hijos de la Mentira, se une la desolación en cuanto hija de Israel al constatar la brutal "apostasía de su elección". No han tenido bastante con condenar a muerte al "Mesías Esperado"; han decidido que muera fuera de Jerusalén para que Jesús, el Impuro y Maldito, no contamine la Gloria de Dios que reposa en el Templo. No vieron que cuando Jesús traspasaba Jerusalén con la Cruz a cuestas, la Gloria del Templo salió con Él hasta el Calvario. Desfallecida, pero no vencida, ahí está Ella erguida. Se dan en su ser los dos extremos: el máximo desfallecimiento y la plenitud de toda dignidad. Allí junto al Hijo de Dios y también suyo, palpándose ambos los entresijos de su alma, María dio a luz al Discípulo Amado... a la Iglesia. Por eso es nuestra Madre. En el Calvario dio a luz a todos los Discípulos Amados de Jesús. Sí, Ella, la Erguida, la Victoriosa.

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 8 de noviembre de 2021

Sois la Luz del mundo

Hemos conocido el terrible accidente sucedido en Madrid estos días a las puertas de un colegio;  murió una niña. La conductora del coche y la madre de la fallecida eran y son amigas. La chiquilla cayó ensangrentada; su madre instantáneamente se volcó hacia ella, la estrechó entre sus brazos acariciándola, besándola y susurrando en sus oídos palabras inefables jamás escritas porque fueron recogidas del poemario del corazón de Dios. Cuando vio que su hija había elevado el vuelo hacia Jesús, alzó su mirada y vio a su amiga totalmente desfigurada por el dolor. Fue hacia ella y las dos de fundieron en un abrazo eterno. Digo eterno porque Dios impulsando sus corazones hizo una señal al tiempo para que se detuviese o quizás fue el resplandor de estas dos mujeres el que paralizó las agujas del reloj. De los corazones ardientes de estas madres se elevó una llamarada que alcanzó las estrellas iluminando este nuestro mundo tan conformado a sobrevivir en penumbra. Gracias mujeres de Dios, Él revistió vuestra riquísima humanidad con su sello de divinidad para que seáis luz del mundo (Mt 5, 14)... y lo sois. Desde vuestro indecible dolor podéis decir con San Pablo: "Así mientras nosotras morimos -interiormente- el mundo recibe la Vida" (2Co 4, 12). Gracias de corazón, vuestra Luz nos mueve a buscar más a Dios.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 5 de noviembre de 2021

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (Mc 12, 38-44)

La Mirada de Dios

El Evangelio de hoy nos muestra la diferencia existente entre la mirada de Dios y la de los hombres. La nuestra está condicionada por el destello de las vanidades  que seducen nuestros sentidos, haciendo que toda vanidad sea  " agradable a la vista" como le pasó, aunque en otro contexto, a Eva. (Gen 3,1...) Lo escribas, fariseos, etc., a quienes les gusta presentarse con amplios y vistosos vestidos y mantos son la imagen de todos los que viven esclavizados por las apariencias. Los Apóstoles no están exentos de esta seducción tan banal como ridícula. En este contexto Jesús les y nos indica cómo es su mirada. Tanto Él como los Apóstoles ven a unas personas echando sus contribuciones en el arca del Templo. Los ricos echan grandes cantidades bien a la vista de todos; otra forma de deslumbrar. En esto llega una pobre viuda y echa dos moneditas. Seguro que nadie reparo en ella, no valía la pena. Jesús sí; la miró con entrañable amor y dijo a los suyos. Está pobre mujer dio lo que tenía para vivir. Los otros que tanto os deslumbraron dieron de lo que les sobraba. Jesús, no alaba la generosidad de esta mujer sino algo infinitamente mayor: su confianza en Dios; su certeza de que Dios, su Padre, que provee la comida a las aves del cielo y que viste regiamente las flores del campo, con mucha más razón cuidaría de ella. Se llama de adulta y Jesús habla de ella: (Mt 6, 25...). 

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 3 de noviembre de 2021

AJUSTADOS A DIOS

San León Magno en su Comentario a las Bienaventuranzas dice sobre la cuarta: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia...", que el sustantivo justicia tiene su verbo correspondiente que es ajustar. En este contexto, comenta que Jesús llama Bienaventurados a los que tienen el vehemente deseo -hambre y sed- de ajustarse a Dios... alcanzar la comunión con Él. Es una comunión que es fruto de participar de su Fuerza y de su Gloria. El Salmo 63 contiene una confesión de fe de David bellísima. Está lejos de Jerusalén pues Saúl busca su muerte y se le parte el alma al recordar el Culto y la Liturgia del Templo Santo. Era tan palpable la Fuerza y la Gloria que emanaba de la Presencia de Dios que David se sentía revestido de ellas... hasta el punto de proclamar... "Tu gracia vale más que la vida". Con esta proclamación está anunciando esta Buena Noticia de Jesús: "El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará" (Mc 8, 35). Recordemos a este respecto que Pablo no llama al Evangelio: "El Evangelio de la Gracia de Dios", que sí, que vale más que la vida, como profetizó el rey David. Es el Evangelio el que nos ajusta a Jesús el Señor.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com