martes, 29 de diciembre de 2020

ARRÓPAME CON TU GLORIA

En la narración que hace Lucas del Nacimiento de Jesús señala que a los pastores les envolvió  Luz de la Gloria del Señor mientras escuchaban al Ángel. Recordemos que los pastores estaban vigilando sus rebaños por turno, dado que los robos, con sus respectivas violencias eran frecuentes en la región. ¿Cómo se entiende entonces un cambio tan radical, ya que dejando sus pertenencias en el descampado se encaminaron presurosos al encuentro del Hijo de Dios? Se entiende porque... "Les envolvió, les arropó la Luz del la Gloria de Dios al escuchar el Anuncio”. Esta es una Palabra para los que tenemos la audacia de pretender ser Discípulos de Jesús… No podremos dar un paso serio en nuestra conversión si la Luz de la Gloria de Dios rebosante en el Evangelio no nos envuelve, no nos arropa ante nuestros miedos y dudas. El Apóstol Pablo instruía a Timoteo acerca del Evangelio de la Gloria de Dios (1 Tm 1-11). Esta bellísima y liberadora noticia jamás la acogerán ni entenderán los que rebajan El Evangelio a una devoción más o una pieza de su puzle religioso. ¡¡Los pastores, ladrones, avariciosos, violentos, etc...!! Sí que la acogieron, la entendieron... y les cambio la vida… porque encontraron... la VIDA.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 25 de diciembre de 2020

Reflexión al Evangelio de la Fiesta de la Sagrada Familia (Lc 2,22-40)

AHORA SEÑOR

Presentación de Jesús en el Templo. Nos fijamos en Simeón, fiel israelita que esperaba la Venida del Mesías. Sabía por inspiración de Dios que no moriría sin haber visto antes al Señor Jesús. Movido por esta inspiración se dirige al Templo donde van a ser circuncidados unos recién nacidos. Simeón es un hombre de fe serio. El Espíritu Santo no le indico ninguna señal por la que podría reconocer al Hijo de Dios entre tantos niños. En él se cumple está promesa: "Dios se manifiesta a quien no le exige pruebas" (Sb 1,2). Fortalecido por esta fe entra en el Templo, se abre paso entre la multitud y al llegar junto a José y María, movido por el Espíritu Santo tomo al Niño en sus brazos y supo que Él coronaba su existencia… Exultante de gozo exclamó: "Ahora Señor ya puedo morir en paz porque te han visto mis ojos". No envidiemos a Simeón... todo el que se abraza al Evangelio de Jesús termina viéndole con sus ojos y escuchándole con sus oídos porque sus Palabras son "Espíritu y Vida" (Jn 6,63b).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 23 de diciembre de 2020

DIOS CON NOSOTROS

En líneas generales podemos decir que el Evangelio comienza con el Nacimiento de Jesús-Emmanuel y culmina con lo que este nombre significa: “Dios con nosotros”, como vemos en el último versículo del Evangelio de Mateo: "...Y he aquí que yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Jesús-Emmanuel no está con sus discípulos simplemente en sentido sentimental, emocional, sino sobre todo como El Buen Pastor que sosteniéndonos con su mano nos conduce al Padre que nos glorifica como profetiza el Salmista: "... A mí que estoy siempre contigo, me has tomado de la mano derecha, me guiarás con tu Palabra hacia la gloria" (Sal 73, 23-24). Está profecía-promesa nos fortalece ante el odio que el mundo descarga sobre nosotros por ser discípulos de Jesús (Jn 15, 18). Frente a toda persecución y desprecio Jesús nos sostiene, no con unos simples milagros, sino ¡con el mayor de todos ellos! Haciendo Emmanuel... Dios con nosotros… Dios con sus Discípulos... ¡¡Y se hace también Ithiel que significa Dios conmigo!! Es algo inaudito… difícil de creer… ¡¡Así es la relación de Jesús con sus Discípulos!! ¡¡Y todo esto empezó en Navidad...!! ¡¡Como para no celebrarlo por todo lo alto… a pesar de la pandemia !!

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 21 de diciembre de 2020

CELEBRAR TU CAMINO CONMIGO

De nuevo, a unos días de la Navidad, dejo que seas tú quien hable y escuche en mi corazón un año más de mi vida, qué escondes en este misterio de haber decidido venir al mundo.

Espero, como los niños sus regalos, que me digas qué celebro, más allá de lo que escucho, de palabras repetidas. Quiero saber algo más, necesito tu sorpresa porque te siento a la puerta y sé bien que me hablarás.

Y, cómo no, Señor una vez más me respondes y esta vez para decirme que celebro aquel momento en que nació tu Evangelio y, por tanto, es Navidad, el momento del inicio de tu camino conmigo.

Porque con tu nacimiento, con tu Palabra en la boca, dibujaste para mí en el suelo de la vida, las huellas que me guiaron, la luz que me iluminó y el camino que me salva.

Porque he nacido de nuevo entre los tejidos de tu Evangelio que conocí porque tú, Señor del cielo y la tierra, fuiste hombre y pronunciaste palabras de creación que hacen nacer de nuevo a quién las lee y las guarda.

Te miro hoy en esa cuna y veo que en ese mismo lugar, nací yo a la única vida que lleva a la Eternidad.

Por eso, un año más, me recojo ante ti y busco qué podría yo decirte para saber expresar con mi limitada voz cuánto te amo y doy gracias por decirme hoy al oído que has llegado a celebrar conmigo, con toda la humanidad, que un año más Tú nos salvas, que nos tomas de la mano, que seguimos caminando en las huellas de tu Palabra, y que todo eso es posible porque Dios nuestro Señor, se hizo hombre en un portal.


Olga Alonso

Navidad, Bendita Locura

Aviso importante: los más eximios especialistas en la materia avisan que corre por el mundo un tipo de locura muy seductora; se trata de la "Locura de Amor" que tiempo atrás movió a Dios a Encarnarse. A los que se dejan contagiar por ella, Jesús les llama Bienaventurados y Benditos de mi Padre. Hasta qué punto le alcanzó está Divina Locura al Emmanuel que aún siendo ignorado en su Venida y masacrado en su Muerte, en un último esfuerzo en su lecho de muerte - la Cruz- grito al Padre: ¡Perdónales, perdónales siempre, no saben lo que hacen! Queridos amigos los gérmenes de la Locura Divina corren por el mundo... y no es que corran…  vuelan cada vez  que los Discípulos del Emmanuel anuncian su Santo Evangelio. Quienes lo escuchan, también los que lo leen, están perdidos para el mundo y ganados para Dios (Mc 8,35). Una aclaración muy importante, los gérmenes de la Locura Divina sólo están activos en el Evangelio de Jesús, cuidado con los sucedáneos. Absténganse pues, curiosos, advenedizos y fanáticos... En cuanto a "los locos por el Evangelio de Jesús"... ¡Bienvenidos al Club!

FELIZ NAVIDAD, queridos.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 18 de diciembre de 2020

Reflexión del Evangelio del IV Domingo de Adviento (Lc 1,26-38)

Hágase en mí tu Palabra

La Iglesia nos ofrece hoy el Evangelio del Anuncio del ángel Gabriel a María. Sabemos su respuesta: ¡Hágase en mí según su Palabra! Su aceptación  nos indica que la verdadera dimensión de la fidelidad a Dios no se mide conforme a lo que hacemos según nuestros criterios, sino acogiendo los de Dios, que fluyen de su Palabra. Cuando nuestra relación con Dios se apoya en nuestros criterios asumimos ciertos riesgos, compromisos, renuncias, etc..., según nuestra generosidad. La respuesta de María supone un salto casi cósmico al decir a Dios: Hágase en mí tu Palabra. Pensemos que el creerse que el Hijo de Dios se encarnaría en ella por obra y gracia del Espíritu Santo no cabe en la mente de nadie, en la de María sí y por ello es Madre de la Iglesia, porque creyó que para Dios no hay nada imposible (Lc 1,37). También el Evangelio de Jesús transciende nuestra mente "tan pragmática". María es Madre del Discipulado porque, quien desea ser discípulo de Jesús, no adapta su Evangelio a sus miedos y mediocridades sino que desde sus impotencias le dice: Haz en mí el Discipulado según tu Evangelio.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 16 de diciembre de 2020

El Día de Jesús y el tuyo

Cuando los profetas decían : “¡Aquel día..!” se referían a la venida salvadora del Mesías. Es el día que marca nuestro encuentro con el Señor Jesús como Camino Verdad y Vida. Jesús dirá a los judíos que Abraham vio… a lo lejos... su Día: "Abraham exultó de gozo al ver mi Día, lo vio y se alegró" (Jn 8,56). Sabemos que Abraham obediente a Dios subió con su hijo al monte para sacrificarlo.  Allí vio… a lo lejos… al Cordero Inocente, el que sustituyó a Isaac, inmolado por nuestra salvación. Abraham no sabía cómo se las iba a arreglar Dios para dejar con vida a su hijo, lo que si sabía, porque ya conocía bien a Dios, era que su hijo Isaac no iba a ser sacrificado. En su obediencia Abraham anticipó está promesa de Jesús: "El que pierda su vida por mi y por el Evangelio la salvará" (Mc 8,35). Sí, Abraham subió a la cima, perdiendo la vida por la Palabra recibida y  recupero a su hijo... doblemente vivo dado que este constató por si mismo que todo lo que sus padres le habían dicho acerca de Dios Amoroso y Fiel no era una fábula... era verdad… el mismo fue  testigo de ello. El Aquel Día de Abraham fue también el Aquel Día de Isaac… ojalá también sea el Aquel Día tuyo y mío que surge luminoso cuando creemos en el Evangelio aunque nos asalten las dudas… la noche.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 14 de diciembre de 2020

Interiorizando el Misterio

Estamos afligidos, tristes ante la perspectiva de una Navidad desangelada. Es una aflicción que alcanza no solo a quienes viven la Navidad un poco al margen de la fe; también golpea a quienes nos adentramos en el Misterio de la Encarnación, con su consiguiente fiesta y algarabía. Sin embargo pienso que en medio de la pandemia Dios nos abre la puerta para Interiorizar el Misterio de su Encarnación como lo interiorizaron María y José. Volvamos nuestros ojos hacia ellos en la Noche Santa del nacimiento de Jesús... en la más absoluta soledad. En esa absoluta soledad Dios creó en el corazón del hombre la Ternura Infinita. Imaginemos a José mirando con esta Ternura a María y ella con la misma Ternura a José. Ternura Infinita que brotó en sus corazones desde la Ternura Infinita que acababa de nacer y que tenían en sus brazos: Jesús, Dios con nosotros. Esta Ternura es el Patrimonio que Jesús nos trajo con su Encarnación. Esta es la Navidad Perfecta. No, no nos faltará la Fiesta... la llevamos dentro.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 11 de diciembre de 2020

Reflexión del Evangelio del Tercer Domingo de Adviento

La alegría por tu Presencia

En este Evangelio se nos dice que Juan Bautista no era la Luz sino testigo de ella, para que por él, por su testimonio, todos creyeran en Jesús. Es muy importante esta puntualización ya que dado el poso de idolatría que el pecado original ha dejado en nuestro corazón somos dados a apegarnos, más allá de lo razonable, a santos, por supuesto reconocidos como tales por la Iglesia, dejando un poco de lado a Jesús el Enviado del Padre como Fuerza de nuestra Salvación. Entendemos ahora el grito de Juan Bautista: ¡No os fijéis en mí, dirigid vuestra mirada hacia Él! Un  pastor de Jesús no busca su propia gloria, busca el bien del rebaño que Jesús le ha confiado, por eso antes de que a sus ovejas les den “tics” idólatras les dice con la misma convicción que Juan Bautista que fijen, como señala enfáticamente el autor de la carta a los Hebreos, sus ojos en Jesús el único que da inicio y plenitud a su fe (Hb 12,2).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Nuestra vida oculta en Dios (Col 3,3)

Los discípulos de Jesús crecemos ante sus ojos, no ante los de los hombres. No olvidemos que así fue como creció Jesús, a los ojos de su Padre, como fue profetizado : "Creció en su presencia - la de Dios - como raíz de tierra árida" (Is 53,2). Sí, hemos leído bien, Jesús creció, como raíz aparentemente seca en un erial: recordemos que los dirigentes del pueblo de Israel rechazaron sistemáticamente el Evangelio que su Padre ponía día tras día en su corazón y en sus  labios (Jn 12,49-50). Lo rechazaban porque atentaba contra la gloria humana de la que eran esclavos a pesar de sus aparentes piedades. Prefirieron someterse a la aprobación de los hombres antes que a la Ternura con la que Dios envuelve a quienes se abrazan al Evangelio de su Hijo. Todos tenemos la tentación de encaramarnos al pedestal -de barro- de la mirada complaciente de los demás. Tentación que se desvanece cuando tomamos conciencia de que vivir como Jesús bajo la amorosa mirada de Dios, supone estar en su Presencia. Así es como vamos creciendo... y cuando dejamos este mundo... nuestra alma ya está lista para apretarse contra Él, como ardientemente desea el salmista (63,9).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 7 de diciembre de 2020

MARÍA INMACULADA

Hoy víspera de la celebración de María Inmaculada os invito a mirarla amorosamente como hijos, pidiéndole que nos ayude a tener una relación con Dios tan intensa y profunda como la suya. Sabemos que su "Hágase en mi según tu Palabra" marcó un antes y un después en toda relación de intimidad del hombre con Dios. Fue a partir de su "Hágase" que la Palabra se hizo carne en ella y es a través de ella que Dios nos muestra la fe y fecundidad del Discipulado. Crecemos como discípulos de Jesús en la medida en que su Evangelio crece en nuestro corazón. Un verdadero hijo de María deja que el Evangelio se asiente en su corazón y su alma hasta que, como dice Pablo, se reproduzca en sus entrañas la imagen del Hijo de Dios (Rm 8,29). Lo realmente, no maravilloso sino incluso divino, es que es entonces cuando, igual que Pablo, podemos, con un gozo indescriptible, decir: “Ya no soy yo quien vive, es Jesús quien vive en mi" (Gal 2,20).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

domingo, 6 de diciembre de 2020

PREGUNTAME SEÑOR

!! PREGUNTAME SEÑOR !! 

Jesús Resucitado va al encuentro de Pedro y mirándole a los ojos le pregunta: ¿Me amas ? Acariciamos el la sencillez evangélica de su respuesta : ! Señor sabes que te amo! Si grande fue  estremecimiento interior de Pedro ante esta pregunta mayor aún fue la ternura de Jesús al decirle :  Apacienta mis ovejas. El mayor milagro que el Hijo de Dios hace a una persona es el de darle Sabiduría para apacentar sus ovejas; significa que pone en su corazón y en sus labios sus mismas Palabras de Vida y Espíritu ( Jn 6,63) para que las ovejas que le confía crezcan hasta alcanzar el Discipulado. San Agustín dice que  apacentar las ovejas de Jesús supone el mayor grado de amor hacia El. Hacemos nuestra  la pregunta-propuesta de Jesús,más divina que humana y creo que solo podemos decirle: Señor,sabes que no estoy a la altura de esta misión que me confías...pero no dejes de preguntarme que si te amo. Cada que me lo preguntas mi alma salta de gozo apretándose contra ti. Preguntamelo una y otra vez. Se muy bien que en el lecho de mi muerte me lo preguntarás por última vez y también se que entonces- con la misión de apacentar tus cumplida - mi alma saltará exultante de gozo hacia ti y tu te apretaras contra mi. Podremos decir entonces juntos.." Bienaventurados los que mueren en el Señor" ( Ap 14,13)
P.Antonio Pavia comunudadmariamadreapostoles.com

Mira que estoy a la puerta y llamo

"Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo". Ap.3-20 ¿Qué frutos te gustaría ofrecer a Dios? El fruto que deseo ofrecer a Dios es el de la santidad, ya que Jesús dice en Mt. 6-9 "santificado sea tu Nombre;" y Jesús mismo me enseña que la única manera de santificar el nombre de Dios es dando Frutos como lo dice en Jn 15:8 "Mi Padre es glorificado si dais mucho fruto y sois mis discípulos" al formar yo parte del Cuerpo Místico de Cristo soy esencia del mismo Cristo, por eso debo pedir al Padre mismo que me Glorifique para que yo pueda glorificarle a Él "Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti."Jn 17;1…………………………………………………………………………………. y como podría alcanzarlo. Cómo puedo alcanzar la santidad, Jesús me dice: "Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho. Seguid unidos a mí, que yo lo seguiré estando con vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid, así tampoco vosotros si no estáis unidos a mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo en él, da mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada."Jn 15;3-5 Primero que nada, lo que pido a Dios es que me dé un perfecto conocimiento de mí misma, que me abra los ojos a mi realidad como se la abrió al ciego del evangelio: "Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con barro los ojos del ciego Jn 5-6;9. Aquí yo veo la acción creadora de Dios Padre, en su infinita misericordia crea unos ojos nuevos al ciego, como en la creación cuando creó al primer hombre, lo hizo de barro, Gn 2;7 pero aquí hay algo más poderoso y es su saliva, su Espíritu Santo, la saliva es parte fundamental de la palabra, sin la saliva no se puede hablar, y a través del Espíritu Santo el Padre transmite la palabra a este ciego de nacimiento que soy yo, solo reconociéndome como tierra, que solo la Santísima Trinidad es Dios y solo Él está en el Cielo( Mt. 6;9) y es Luz yo puedo ver a través de su misma Luz. Algo indispensable aquí es la obediencia, Jesús manda al ciego a lavarse “y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo” Jn 9;7 La obediencia a Dios hizo que el ciego vea y ya viendo vuelva a Dios. Me llama a obedecer. Pero también estoy sorda por eso necesito que Jesús me abra los oídos y desate mi lengua. "Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!» Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente." Mc 7; 32-35 Jesús me impresionas, me llevas a parte quieres estar en intimidad conmigo y oras al Padre por mí, más que orar suplicas al Padre por mí (Sal 130;2). Y, «levantando los ojos al cielo, dio un gemido Mr 7-33» Gimes por mí para que el Padre cree en mí unos oídos nuevos. Señor que se desate mi lengua para que yo pueda alabarte “Señor ábreme los labios y mi boca proclamará tu alabanza” Sal 51,15. Al abrirme los oídos Jesús pone sus palabras en mi boca, en mí corazón y esto es lo que hace que yo hable correctamente. Si Dios Crea en mí un corazón puro Sal 51-10 Todo absolutamente todo lo que hay en mí viene de Dios, porque todo lo que sale de mi boca sale de mi corazón Mt 15-19, y al tener un corazón puro todo lo que sale de mí sale de Dios Jesús si los ojos son el espejo del alma te suplico que mi mirada sea pura, solo para ti, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme (Sal 51:12), rocíame con el hisopo (Sal 51:9) que es tu mismo Espíritu: "El Espíritu Santo, el que el Padre enviará en mi nombre, él os lo enseñará todo y os recordará todo lo que os he dicho Jn 14;26"... Tú mismo dices: "Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado."Jn 15;3 que tu palabra Señor se haga carne en mí y quede limpia, lávame y quedaré más blanca que la nieva (Sal 51:9). Lávame con tu Sangre Señor y realiza esta alianza nueva que sellaste conmigo desde la cruz: "De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. Lc 22;20" Solo conociéndome a mí misma tal y como soy, por pura misericordia de Dios puedo ver la viga en mi ojo (Mt7;4) y la necesidad que tengo de que Dios me la saque. He aprendido a que debo escuchar porque al ser parte del Cuerpo Místico de Cristo "vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte." 1 Cor 12;27 Dios me habla a través de sus miembros, especialmente de sus pastores. Y así escuchándole podré subir con Él al monte Santo (Sal 24,3) a escuchar su palabra. Me llama a ser Humilde: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Mt. 3-11 A ser mansa, es decir a tener un dominio total de mi carácter para así tratar con caridad a todos mis hermanos: Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Mt. 3;4 A dolerme por los pecados de los otros pidiendo y gimiendo a Dios por la conversión del mundo (Sal. 130;2): Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Mt. 3;5 A tener hambre de Dios, de su amor infinito, desear y orar para que Reine en todo el mundo, que venga y brille su Gloria: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados”. Mt. 3;6 A pedir a Dios me regale un poquito de su misericordia para saber perdonar como Él me perdona y amar a mis hermanos como Él me ama: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” Mt. 3;7. Me regale un corazón puro que me permita ver a Dios en mis hermanos y en la Santa Misa especialmente en la Eucaristía. “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” Mt. 3;8. A revestirme de Cristo Col 3 12;15. “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mt. 3;9. A no tener miedo a proclamar su nombre, y olvidarme de los respetos humanos: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Mt. 3;10 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa." Mt 5;3-11………………………………………... Y Pablo, en Corintos 1;13 1-8 me enseña que para que se realicen en mi las bienaventuranzas debo aspirar al don más elevado que hay que es el mismo Dios, el Amor. Ya que Dios es amor y nosotros somos su creación, creados por amor. Pablo me enseña que Dios es Paciente, Servicial, no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. Dios nunca falla. Me enseña a que debo revestirme de la armadura de Dios: "Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos. Col 3 12;15. Cómo puedo yo alcanzar estos frutos primero siendo agradecida por encima de todo revistiéndome de su amor, de Él mismo Col 3 14, pidiendo a Dios con suplicas y gritos si es preciso: “!Señor escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos al clamor de mis súplicas! Sal.130;2. Así me llama a cambiar mi pecado en gracia, es decir someter mi carácter como lo hizo Pedro cuando se lanzó al agua en el Lago Tiberiades "Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Jn 21;7 "mortificándome a mí misma, cambiando la impaciencia por paciencia, la ira por paz, la intolerancia por tolerancia. Sembrando mi pecado en lo más hondo de la tierra, para así morir a mí misma y poder nacer a una vida nueva cayendo en lo más hondo, pasando a ser sima “En tus manos están las simas de los montes” Sal. 94;4 en tus manos están los humildes. Como dice Pablo: "Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta. 1 Cor 37 Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. 1 Cor 42-44 Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!" 1Cor 54-57 Jesús me invita a vivir en mi interior allí mana la Fuente de Vida, en mi bautizo Dios se donó a mí la tercera Persona de la Santísima Trinidad: Dios Espíritu Santo, y puso su fuente de agua viva que mana a la vida eterna Ez 47 1-12. Me enseña que debo ir desde el levante, es decir dejarme dirigir por su palabra que es el agua viva desde el amanecer de mi fe, en sus veras hay todo tipo de árboles frutales, y en sus aguas peces en abundancia, los frutos de su palabra nunca se acabarán. Me invita a estar pendiente de su llamada, como las 5 vírgenes de las parábolas del evangelio Mt 25;9, como Mateo Mt 9;9-13, que, sentado en el despacho de los impuestos, de su propio pecado, lo llamó él lo dejó todo y lo siguió. Jesús se dirigió a la casa de Mateo que es su propia alma y dese allí sacó todos sus dominios y le enseñó a ser misericordioso Misericordia quiero, que no sacrificio Mt 9;13. Señor dame la gracia de ser ese alguien que te ama, enséñame a guardar tu palabra. Ven a hacer morada en mí "Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. " Jn 14_23 Qué escuche tu llamado Señor y que te abra las puertas de mi alma, las nuevas y las antiguas “¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria” Sal 23:9, que deje salir de mí mi pecado el nuevo y lo viejo Mt 13;52, y dejar que entre Jesús en mi alma y con un Látigo eche todos mis pecados fuera Jn 2; 15-16 En resumen, todo se reduce al AMOR. Abrir las puertas de mi alma para que Jesús entre en ella, como con los discípulos de Emaús (Lc 24;13-25) me parta la palabra y haga una pascua conmigo como en la última cena con sus discípulos Lc 22; 7-20. Señor que mis oídos mis ojos y todos mis sentidos vean para el levante. Siempre toda yo fija en ti y se cumpla tus palabras en mí No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca. Jn 15;16 Esta es la vida eterna que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado Jesucristo Jn 17, 3 Dios me llama a ser y dar testimonio “Pero también vosotros daréis testimonio porque estáis conmigo desde el principio” Jn 15-27 CAYTA

EL BUEN SAMARITANO (Lc. 10, 33-36)

 EL BUEN SAMARITANO (Lc. 10, 33-36)

“Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendo sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él
Al día siguiente, sacando dos denarios se los dió al posadero y dijo: Cuida de él y si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.”

Vemos en esta Palabra lo que a cada uno de nosotros nos ha pasado en algún momento de la vida; nos hemos encontrado “tirados al borde del camino” heridos, lacerados, ultrajados; sin ningún aliciente para seguir luchando,  o como ahora lo denominan los psicólogos en una tremenda  “crisis existencial“.

Dios que entregó al mundo a su propio Hijo Jesucristo para salvarnos, no se cansa; lo sigue enviando en forma del Buen Samaritano a vendar las heridas y a curarles con el aceite y el vino (símbolos de los Sacramentos del Bautizo y de la Eucaristía.
“Su propia cabalgadura “... La Cruz..... “escuché hace 27 años...  en la Comunidad Jesús Caminante de Quito-Ecuador de boca de Padre Antonio Pavia en una de sus profundas exégesis con que nos alimentó. “El hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”... Qué ignominia, solo en la Cruz reclinó su cabeza..... y qué difícil para nosotros inclusive “doblar rodilla“ ante aquel tosco madero del cual hemos huido desaforados sin encontrarle sentido...... Oh, cuánto cuesta hacer la voluntad del Señor.... y no que sea su voluntad vernos aplastados, sino que a manera de la plantita que necesita morir para que florezca su semilla, así tenemos que morir a nuestros caprichos mundanos y abrirnos a su gracia.... pero no por nuestros méritos....
Es que cuando el Señor nos invita a seguirle es bajo una condición: “Dame tu carga y toma mi yugo...” qué diferencia tan grande entre la situación de “cargar por cargar” esa cruz que se ha hecho tan pesada porque no hemos tenido la menor delicadeza de regresar a ver a ese “varón de dolores” que con su resurrección destruyó las tinieblas y venció a la muerte.
El yugo es de a dos; como los bueyes que equiparan el peso de su trabajo... y, qué grata presencia nos acompaña!!!  qué ligera se hace la carga!!! ya no nos aplasta, el peso lo lleva El y lo que nos corresponde es más que ligero....
“Una posada” símbolo de nuestra madre Iglesia, donde El mismo nos cuida. Entregó dos denarios; Su Cuerpo y su Sangre que se hacen presentes en cada Eucaristia; y ofreció pagarle al posadero todo cuanto gaste cuando El vuelva.
El mismo pagará lo que nos falta para quedar totalmente justificados ante nuestro Padre Celestial. Amén.

Nancy Andrade Galindo

Dad la vuelta en torno a Sión, contando sus Torreones

 Salmo 47  

Dad la vuelta en torno a Sión, contando sus Torreones, Fijaos en sus baluartes observad sus palacios 


Sión ...es la Iglesia,los terrones ,y baluartes,los discípulos del Señor Jesús,los Santos que conocemos y otros muchos que solo Dios conoce.... 

Que fuerza tan extraordinaria les dio Dios a los Santos ,a Santa Teresa para poder hacer todo lo que hizo.San Francisco,y San Pablo ,y todos en su debilidad ,Dios cumplió en ellos su palabra ,de si tenéis fe  ...podreis mover montañas ..

Señor danos esa fe que tú comparaste a un grano de mostaza ... 

ÉSTE ES NUESTRO DIOS

Carmen Pérez

Partir la Palabra: Si volvéis a Él de todo corazón y con toda el alma

 Tobías 13,6-7 : " Si volvéis  a Él de todo corazón y con toda el alma, siendo sinceros con El , El volverá a vosotros y no os ocultará su rostro. Veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena, bendeciréis al Señor de la justicia y ensalceréis al rey de los siglos".  El Señor quiere llenarnos de su Vida abundante , quiere hacer de cada persona una criatura nueva , quiere infundir su Espíritu en cada corazón y transformarlo y adornarlo con su santidad. Ezequiel 33,11: " El Señor no quiere la muerte del pecador sino que se arrepienta y viva.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles

Salmo 33(32),16-19 : " No vence el rey por su gran ejército, no escapa el soldado por su mucha fuerza, nada valen sus caballos para la victoria, ni por su gran ejército sr salva. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre".  Señor, si tí no podemos hacer nada.  Necesitamos tener los ojos fijos en tí, en tu Santo Evangelio. Tu eres Señor nuestra Fuerza . El Evangelio es nuestra Fuerza que nos libra de la muerte espiritual y nos reanima y sacia nuestra hambre de tí. Como dice en el Salmo 126,1-2 : " Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. Es inútil que madruguéis , que veléis hasta muy tarde , que comáis el pan de vuestros sudores: Dios lo da a sus amigos mientras duermen".  Todos nuestros proyectos los realizas tú. Esperamos en tí Señor, confíamos en tí. Guíanos , condúcenos .

¿A QUIEN PERTENECES TÚ?

¿A QUIEN PERTENECES TÚ?

Unos judíos provocan a Jesús sobre si hay que pagar tributo a Roma o no. Si dice que si, aprueba el dominio de Roma sobre Israel; si responde que no sería, ante los ojos de los romanos, un alborotador. Jesús pasa de la maldad de estos hombres y la aprovecha para darnos a todos una catequesis magistral. Toma una moneda y les pregunta: ¿De quién es esta imagen y está inscripción? Del César responden; les dice entonces: al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios. Al hilo de esta respuestas surge esta pregunta: ¿Y tú a quien perteneces? ¿Al príncipe de este mundo con su imagen de muerte? (Jn, 14, 30-31). ¿O a Dios? cuya imagen es VIDA. Jesús, al hablar de imagen e inscripción, se refiere a una pertenencia a Dios, en la línea de su Catequesis sobre el Buen Pastor, que es Él en la que nos dice que llama a cada de sus ovejas por su nombre. (Jn. 10, 3) Nos llama por nuestro nombre diciéndonos: “He dado mi vida por ti yo, tu Buen Pastor, te llevaré a mi Padre que es también tu Padre”. Jesús nos dice hoy, día mundial de las Misiones, que hay millones de ovejas que están esperando que alguien les dé a conocer a su Buen Pastor, y como dice San Pablo:¿Cómo lo van a conocer si nosotros no se lo anunciamos? 
P. Antonio Pavía. comunidadmariamadreapostoles.com

Por Jesucristo estoy sufriendo hasta llevar cadenas como un malhechor

Por Jesucristo estoy sufriendo hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la Palabra de Dios no está encadenada" (2 Tm 2,9)

Impresionante este testimonio de Pablo. Él, que lo ha sido todo, incluso hombre de confianza del Sumo Sacerdote, está arrojado como un perro en una mazmorra de Roma. Ni una queja, ni un lamento ni maldición contra quienes le han encadenado. ¿Esta loco este hombre? ¿Ha llegado a una apatía tan denigrante que todo le da igual? En absoluto.

El breve pasaje que hemos leído es un canto glorioso a la libertad; nunca fue Pablo tan libre, tan dueño de sí; consciente de su plenitud de vida proclama su gloria y su orgullo por las cadenas que amarran sus pies, porque no hay cadenas, ni opresión, ni cárcel en el mundo capaces de enmudecer la Palabra de Dios. La mayor Gloria de un discípulo de Jesús en la Iglesia Primitiva era percibir dentro de sí que la Palabra había llegado a ser "Alma de su alma" y tenemos testimonios bellísimos e imperecederos a este respecto como por ejemplo el de San Ignacio de Antioquía (siglo I): "He llegado a ser Palabra de Dios". ¿Es ésta nuestra meta, o nos desvivimos por asentarnos en pedestales de barro?

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

sábado, 5 de diciembre de 2020

Salmo 92(91), 12: Mis ojos despreciarán a mis enemigos

 

Salmo 92(91), 10-12:

Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.
Dame Señor las gracias necesarias para vencer toda tentación.
Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé.

Este versículo me lleva al salmo 117, 10 al 12:
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Ezequiel 36, 27 :
Gracias Señor. Hágase en mi tu Voluntad.

Paloma

viernes, 4 de diciembre de 2020

Reflexión al Evangelio del 2º Domingo de Adviento (Mc 1,1-8)

Necio según la Escritura, es aquel que se sirve de Dios, de su Palabra y la deforma para su propio provecho, gloria o de la institución o movimiento religioso al que pertenece. Con esta necedad bloquea la Presencia de Dios a aquellos que le escuchan o siguen. Claro que respecto a estos también habría que decir que les viene bien la mediocridad de sus dirigentes pues ,al igual que ellos, no están convencidos de que Jesús y su Evangelio- son inseparables- les den  la Vida en abundancia (Jn 10,10b). Frente a estos falsos dirigentes y falsas ovejas se levanta vehementemente Juan Bautista con un grito ensordecedor: ¡¡Fijaos en Él, en Jesús, no en mi!! Yo solo soy su mensajero, Él es el Enviado del Padre, abrid vuestros oídos a su Palabra. Solo así podrá abrirse un camino que alcance vuestro corazón y sanearlo. ¡Escuchadle hasta que oigáis que pronuncia vuestro nombre! Entonces, desbordantes de gozo por haberle encontrado, le seguiréis.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 2 de diciembre de 2020

¿LE DEJAREMOS QUE NOS AME?

Si conocieras el don de Jesús, si supieras que el amor que te tiene aviva y enciende tu ser, a veces alicaído y mortecino. Si tuvieses conciencia de que cada de las páginas de su Evangelio es un canto de libertad que crea en ti la Fiesta que no tiene fin, buscarías de mil modos la manera de buscarle y dejarte amar por Él. Al encontrarle inmediatamente le cogerías de la mano y le suplicarías, consciente de lo débil que eres, que hagas lo que hagas.. ¡¡No te suelte!! Jesús te respondería… ¿Soltarte? He sido enviado por mi Padre al mundo para llevarte hasta sus brazos... Es que mi Padre tiene una, sólo una debilidad... es tanto el amor que te tiene que suspira por abrazarte. Toma mi Evangelio, sabrás de qué abrazo te estoy hablando. Esto que lees no es poesía... es la gran verdad de nuestra vida, sólo queda un problema, que sólo tú puedes resolver : ¿Te dejarás amar así...? 

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 30 de noviembre de 2020

PRONUNCIASTE MI NOMBRE

Se hizo el encontradizo conmigo y me dijo: ¡Sígueme! Le seguí. Iba muy a gusto con Él cuando de pronto encaminó sus pasos al Calvario. Le dije: Señor, ¿Me quieres llevar a ese maldito monte? Me respondió: escucha bien lo que te voy a decir: es justamente al pie de la Cruz donde mis discípulos saben que sus pecados no tienen ya ningún poder sobre ellos. Fue en el Calvario donde desde la Cruz, fijé amorosamente mis ojos en los de mi Padre y le dije: ¡Perdónales, Padre, perdónales, no saben lo que hacen! En ese cruce de miradas que fue un instante eterno de perdón, más eterno aún si cabe, pronuncié tu nombre… sí, y también nombre a Isabel, Fernando, Juan, María, Rafael, Eloy, Luisa, Antonio, Carmen... nombré a todos y todos los que se dejan conducir por mí hasta el pie de la Cruz oyen su nombre, resonó en mi corazón hace 2000 años y aún resuena. Los que lo oyen saben que han vuelto a nacer, son libres de todo miedo… ya pueden quitarse la mordaza, mirar al cielo y decir con gozo indecible: Sí, tú eres mi Padre. Por eso te quiero llevar hasta ese monte no maldito sino Bendito.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 27 de noviembre de 2020

Reflexión al Evangelio. I Domingo de Adviento (Mc 13,33-37)

¡VELAD Y ORAD!

En este Evangelio Jesús nos dice una y otra vez: ¡Velad! No es que tengas que velar porque Dios te necesite sino porque tú le necesitas a Él. Es un velar que nos remite a la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos. Acuciado por la debilidad -en cuanto hombre- siente tal angustia ante la inminencia de su Pasión que elevando sus ojos al Padre le dice: "Si es posible, que pase de mí este cáliz...". Jesús necesita la Fuerza de lo alto para asumir su misión, es por eso que vela y ora. Fortalecido por su Padre puede decirle... “no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres tu" (Mt 26,39). Esa es la razón por la que insiste tanto en que velemos y oremos: para poder hacer la Voluntad de Dios. Sólo con esta disposición adoraremos a Dios "en espíritu y verdad” (Jn 4,24). Solo desde la Sabiduría y Fuerza que nos vienen por velar y orar así puede alguien decir a Dios: Aquí estoy. Velar con este espíritu nos introduce en la Adoración perfecta, la que agrada a Dios, la que excava los cimientos del Discipulado.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

https://youtu.be/Vi8EnHvva7o


miércoles, 25 de noviembre de 2020

INCLINANDO LA CABEZA

Jesús después de sufrir durante tres años toda clase de insultos tales como: endemoniado, embaucador, ignorante, loco, etc... fue elevado en la cruz en la que como nos dice Juan:  "Inclinando la cabeza, entregó el espíritu"(Jn 19,30b). Tengamos en cuenta que  en Israel la cabeza de una persona representa su máxima dignidad por lo que entendemos lo que Juan nos está queriendo decir. El peso de tanta vejación, dolor, desprecio, burlas… que cayeron sobre Jesús con la muchedumbre injuriándole a gritos, arremolinada al pie de la Cruz, propició que Jesús desprovisto de la más mínima dignidad inclinase la cabeza... y entregase su Espíritu. Al entregarnos su Espíritu nos dio en herencia su infinita riqueza: sus Palabras de Vida -El Evangelio- su relación con el Padre, su cercanía  a nosotros como Buen Pastor... etc. Si todo quedase ahí, podríamos admirar a Jesús como un héroe más, un gran benefactor de la humanidad... La cuestión es que nos indica a todos dónde radica la verdadera dignidad del hombre, la que no se marchita... la Eterna. El Padre al levantarle del sepulcro levantó su cabeza, la que fue abatida por el hombre. El Padre elevó y realzó su cabeza humillada hasta el extremo como había sido profetizado por el salmista: "Tú, Yahvé, eres mi gloria, tú realzas mi cabeza" (Sal 3,4). Termino con una pregunta: ¿A qué dignidad aspiramos?

P. Antonio Pavía

lunes, 23 de noviembre de 2020

CADA CUAL ELIGE A SU PASTOR

Todos morimos según la calidad de vida de nuestro existir. Calidad  no tanto respecto a logros profesionales y sociales, que también cuentan, sino esa calidad de vida que elevándose majestuosamente frente a la llamada ineludible de la muerte, la somete. Una calidad de vida así, que somete a la muerte no se alcanza por haber tenido más o menos suerte; la tiene todo aquél que escoge como acompañante de sus pasos a Jesús, El Buen Pastor; su Evangelio es la Fuente, el Manantial de la Vida. Quien se deja pastorear por Él, incluso con momentos de "tira y afloja" porque las dudas, que son normales, le asaltan, encara la muerte amparado por Aquél por quien se dejó pastorear, Jesús que tomándole en sus brazos como un cordero, lo lleva hasta su Padre: Dios. Hay quienes viven ingenuamente como si la muerte no fuera con ellos. La verdad es que no viven, más bien malviven y como dice el Salmista, se dejan pastorear por la Muerte, encima "están contentos con su suerte" (Sal. 49,14-15).

P. Antonio Pavía

viernes, 20 de noviembre de 2020

Reflexión al Evangelio Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario. Fiesta de Jesucristo Rey. (Mt 25,31-46)

A FAVOR O EN CONTRA DE JESÚS

El Evangelio de este domingo no puede ser más explícito; lo que hacemos o dejamos de hacer por los demás, especialmente por los más vulnerables, lo hacemos o dejamos de hacer por Jesús, el Señor. Nos ilumina enormemente a este respecto lo que le preguntó a Pablo cuando le hizo caer del caballo: ¿Porqué "me" persigues? (Hch 9,4-5) No le dice: ¿Por qué persigues a estos hombres y mujeres cuyo único delito es que creen en mi y en mi Evangelio? Sino ¿Por qué me persigues a mí? Pablo solo acierta a decir: ¿Quién eres Señor?
Jesús le responde: Soy Jesús a quien "tú" persigues. El Apóstol de los Gentiles  comprendió que  aquellos  a quienes perseguía con tanto odio personificaban a Jesús y se rindió ante Él ,sí, se rindió ante Dios que no se avergüenza de vivir en el corazón  de sus discípulos, en el corazón de los más pobres y abandonados. La inmensa mayoría de los Santos canonizados lo fueron, ayudados - indirectamente- por  estos pobres y abandonados a quienes sirvieron porque en ellos reconocieron y vieron vivo a Jesús. Y como muestra de nuestros tiempos ahí tenemos a Santa Teresa de Calcuta.
P. Antonio Pavía

https://youtu.be/lnie5XSHtbA

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Nuestra alegría colmada

Apasionante el susurro de Jeremías con Dios: "Cuando encontraba tus palabras las devoraba pues eran la alegría de mi corazón" (Jr 15,16). Los que leen la Biblia por curiosidad o por cumplir con una práctica religiosa se limitan a eso, a leerla y no la disfrutan. Los buscadores de Dios la leen con tanta hambre de Dios que Él les concede palpar la Vida con las manos del alma y llegan a conocer la alegría del corazón de la que habla Jeremías. Volvamos al profeta. No se limita a  comer la Palabra, alimento del alma, sino que la devora; la exultación de alegría de su corazón es muchísimo más que una emoción, es su certeza íntima de que, por su relación tan entrañable con las palabras que Dios le da como alimento de lo alto, recibe junto con ellas el Nombre de Dios, es decir, que su nombre pasa a ser: ¡Jeremías de Yahvé! ¡Jeremías de Dios! Ya es pertenencia suya. A esa alegría incontenible y colmada se refiere Jesús cuando dice a sus discípulos de todos los tiempos: "Os he dicho esto para que mi alegría este en vosotros y sea colmada" (Jn. 15,11).

P. Antonio Pavía 

lunes, 16 de noviembre de 2020

MADERA DE SANTO

Una señal inequívoca de que la tibieza se ha adueñado de un hombre es que ante palabras del Evangelio como: "Ama a tus enemigos, perdona siempre, no devuelvas mal por mal...”etc., se excusa diciendo: "No tengo madera de Santo". A personas así hay que abrirles los ojos, no con sermones sino con la Luz de la Palabra con pasajes como por ejemplo este: "El Señor me ha abierto el oído y yo no me resistí... ofrecí mis espaldas a los que me flagelaban..." (Is 50,5-6). Es, como sabemos, una profecía de la Pasión de Jesús que alcanzan también a  los que pretendemos ser  Discípulos suyos... el mayor título que existe ante los ojos de Dios Padre. Dicho esto, los que somos o aspiramos "a este título" no nacemos con madera de Santos, eso sí, somos conscientes de que llegaremos a serlo apropiándonos de la Fuerza Divina con la que Jesús revistió su Evangelio, la misma Fuerza que le permitió a Él sobreponerse al terror y angustia que sintió en el Huerto de los Olivos ante la inminencia de la llegada de Judas y compañía (Mc14, 33). Solo así, revestidos de la Fuerza que no tenemos, puede una persona acercarse a Jesús y decirle: “Aquí estoy Señor para ser tu Luz, tu Fuego, tu Esperanza para aquellos que de tanto fingir que son felices ya no son más que mechas humeantes". Sí,  mechas humeantes pero enormemente queridas por Ti (Is. 42,3). Tu Evangelio Jesús, es tu Fuego, dame Fuerza para ir con él a mis hermanos.

P. Antonio Pavía

viernes, 13 de noviembre de 2020

Reflexión al Evangelio del Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario (Mt 25, 14-30)

Los talentos y el Evangelio


Leemos en este Evangelio que un hombre se ausento y que dejó sus bienes a cargo de sus siervos a quien dio cinco, dos y un talento para que los negociaran. Veamos el sentido alegórico de esta parábola.

El hombre es el mismo Jesús que confía sus bienes a sus discípulos. Sus bienes son sus palabras que da a quien a ellas se abran a la vida eterna. (Jn 6, 68). La cuestión es qué criterio tiene Jesús para confiar los bienes eternos de su Evangelio a sus discípulos. Bueno, según nuestra perspectiva pragmática, criterio ninguno. Fijémonos por ejemplo en Pedro; es un bocazas: "¡Aunque todos se escandalicen… yo no te negaré!" (Mt 26, 33-35). A la primera de cambio le negó tres veces. ¿Cuál fue la reacción de Jesús ante un hombre tan poco o nada de fiar? ¡Confiarle sus ovejas rescatadas al precio de su sangre! Le pidió que las apacentara (Jn 21, 15). Así hace con todos y todos somos tan poco de fiar como Pedro. ¿Qué podemos decir de Pablo? Soberbio hasta la médula, perseguidor y asesino de cristianos (Hch 26, 10-11). Jesús le llamó. Me pregunto cómo temblaría todo su cuerpo cuando escribió: "Se fio de mí, me hizo capaz y me confío su Evangelio" (1 Tm 1, 12). Entendemos ahora lo necio que fue el que enterró el talento. Representa a quien se desvive por mil cosas, incluso dentro de la Iglesia y no sabe para qué sirve el Evangelio, quizás una pieza más en su puzle "de perfeccionismo"… eso es enterrarlo, pasar de él.

P. Antonio Pavía

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Mi Casa de oración

"Mi Casa será llamada Casa de oración"(Mt 21,13).

Jesús no se refiere a una casa concreta sino a "su Casa", la edificada por Él que prevalece ante el poder destructor del Mal. Alguien objetase que la Historia contradice la presunta prevalencia de la Casa del Señor, dado que la lista de iglesias destruidas por terremotos, incendios, vandalismos... es enorme; de acuerdo pero el Señor no está hablando de iglesias  construidas por el hombre, lo que es encomiable, sino la contenida por Él y su Padre: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él" (Jn 14,23). Es la Casa interior, Invisible que permanece erguida ante todo poder visible. Casa interior, verdadero Santuario en el que podemos afirmar a Dios "En espíritu y verdad" (Jn 4,24). Casa firme frente a cualquier desastre y calamidad porque Él es la Roca sobre la que se ha construido (Mt 7,25). Bellísima esta promesa del Señor, que lleva cumpliéndose 2000 años… y es que como dice Pablo hablando de los discípulos de Jesús que cada cual con su carisma, anuncia su Evangelio: "Atribulados en todo más no aplastados... derribados más no aniquilados. Llevamos en nuestro cuerpo el morir de Jesús para que la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo" (2Co 4,8-10). Este es nuestro Santuario indestructible y en él nos gloriamos.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

lunes, 9 de noviembre de 2020

Nuestro Buen Pastor

Jesús, el Buen Pastor sale en búsqueda de cada oveja que se le pierde. Creo que todos los que leemos este texto, nos hemos perdido y marcado distancias más de una vez con Él. Al encontrarnos, gozoso nos ha cargado sobre sus hombros llevándonos hacia el Padre ya que como dijo a Tomás: "Nadie va al Padre sino es por mi" (Jn 14, 6). Es así como los discípulos de Jesús traspasamos el umbral de la muerte; la sortea porque Él es la Vida y nos introduce en el seno del Padre con Él (Jn 1, 18). Este glorioso desenlace está preanunciado en la parábola del hijo pródigo. Recordemos como le recibió su padre: "conmovido corrió, se le echó al cuello y le besó efusivamente" (Lc 15, 20b). Asé es como nos recibe en nuestra muerte. Dice Jesús en el pasaje de la oveja perdida (Lc 15, 4) que hay una gran fiesta en el Cielo por cada oveja que se deja encontrar y cargar por El Buen Pastor. Sí, una gran Fiesta, y para que nos hagamos una idea de cómo será ésta, un Jesús nos habla de la que mandó celebrar el padre del hijo pródigo ante su vuelta: "¡Aprisa ,traedle el mejor vestido, ponedle el anillo, matad el novillo cebado... celebremos una gran fiesta!” (Lc 15, 22). Fiesta, cuyos primeros compases y agasajos resuenan en todo nuestro ser cuando nos hemos dejado encontrar, amar y llevar por Jesús, El Buen Pastor.

P. Antonio Pavía comunudadmariamadreapostoles.com

viernes, 6 de noviembre de 2020

Reflexión al XXXII Domingo del Tiempo Ordinario (Mateo 25, 1-13)

Tu Alma en Dios.

Parábola de las diez vírgenes; cinco sensatas y cinco necias.

Todas portan su lámpara, que simboliza el alma, más sólo las sensatas llevan consigo el aceite que hacen posible que en sus almas prenda una "llama de amor viva", como dice San Juan de la Cruz.

Nos fijamos en las necias. No se preocupan de llevar aceite, tan solo de su lámpara creyendo que ya es suficiente para "contentar a Dios". Son los que viven de apariencias, incluso su relación con el Señor Jesús. Se les cierran las puertas del banquete. Los que creen en un Dios justiciero piensan que ahí acaba todo. Pues no, esta parábola de Jesús, como todas, está abierta a la inconcebible Misericordia de Dios. Que se hayan cerrado las puertas del banquete no impide que Jesús golpee en las tuyas y si se las abres, le dejamos hablar a Él : "Mira que estoy a la puerta y llamo; quien oiga mi voz y me abra… cenaré con él y él conmigo" (Ap 3, 20). Cenaremos juntos; velada íntima que sondeamos a la luz, nuevamente de San Juan de la Cruz:
"Quedeme y olvideme,
el rostro recliné sobre mi Amado,
cesó todo y dejeme,
dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado"

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

"En ese pondré mis ojos: en el humilde y abatido que se estremece ante mis palabras"

"En ese pondré mis ojos: en el humilde y abatido que se estremece ante mis palabras". (Isaías 66,2)

Este versículo me conduce a Lucas 10,39: " María sentada junto a los pies del Señor escuchaba su Palabra. Marta en cambio andaba inquieta y preocupada con muchas cosas, pero María había escogido la mejor parte y no le sería quitada. María encarna totalmente ese espíritu humilde y abatido que se estremece ante las Palabras de su Señor Jesús y por eso Él pone sus ojos en Ella (María) y se complace en esta mujer que supo dar prioridad a las palabras de su amigo y Maestro. Para todos los discípulos de Cristo  que damos prioridad en nuestra vida a su Palabra, se cumple lo que dice Jeremías 31 "Su alma será como un huerto regado" y experimentan lo que dice el Salmo 119(118), 103: "Qué dulce al paladar tu Palabra: más que miel en la boca!".

Paloma

jueves, 5 de noviembre de 2020

VOSOTROS TAMBIÉN ESTAD PRONTOS...

VOSOTROS TAMBIÉN ESTAD PRONTOS, PORQUE A LA HORA QUE NO PENSÁIS ES CUANDO VENDRÁ EL HIJO DEL HOMBRE.  (Lucas 12,40)

Estas palabras me  conducen a la parábola de las vírgenes necias y prudentes, que tomando sus lámparas salieron al encuentro del esposo. Las cinco necias no se proveyeron de aceite, en cambio las cinco prudentes se llenaron alcuzas de aceite con las lámparas, pero como el esposo tardaba,  les entró sueño,  y todas se durmieron. A media noche se oyó una voz... "¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!".
Las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite,  que se nos apagan las lámparas "..pero las mandaron  a comprar a la  tienda por si no había para todas.  Mientras tanto  llegó  el esposo y las que estaban preparadas entraron al banquete de bodas,  y se cerró  la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: "Señor, Señor, ábrenos. Pero él respondió: "En verdad os digo que no os reconozco. Por tanto velad y orad, porque no sabéis ni el día ni la hora" (Mt. 25).
En el Huerto de los Olivos, cuando Jesús estaba orando y a punto de ser entregado, también dijo a sus discípulos al encontrarlos dormidos: "Y volvió a los  discípulos y los encontró dormidos; dijo a Pedro: ¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en tentación, pues el espíitu está  pronto, pero la carne es débil. (Mt. 26,41).
Que el Señor nos conceda la  sabiduría de las vírgenes prudentes para estar siempre en vela, en oración, y cuando llegue el esposo, vayamos jubilosos al encuentro del Señor, con la luz de la fe siempre encendida y la Palabra en el corazón. Estemos  siempre alerta, escuchemos hoy su voz, y rebose el aceite del Espíritu de Dios. No se apaguen nuestras lámparas, sino, que con ellas encendidas veamos al  Señor. 
"Velad y orad", dijo Jesús, y estemos preparados para vencer al tentador y no dejarle entrar a horadar nuestra casa, nuestra alma, lo que Dios ha sembrando en nuestro corazón, y no retorne a él de vacío, pues "Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá. (Lc.12,48)

María Pilar Pérez

miércoles, 4 de noviembre de 2020

EL TESORO ESCONDIDO

"El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. Un hombre lo encuentra y vuelve a esconderlo y por la alegría que le da vende todo lo que tiene para comprar el campo. (Mt 13, 44)

Partimos con el estremecimiento que precede a la Adoración estás palabras de Jesús a la luz de lo que inspirado por el Espíritu Santo nos dijo Orígenes, Padre de la Iglesia del siglo III. Nos dio a conocer que la Escritura tiene un cuerpo -las palabras escritas- y un Espíritu -el Soplo de Dios- que alienta en el interior de lo escrito. Las palabras escritas, en cuanto tales nos emocionan, incluso nos mueven al crecimiento pero la realidad de nuestra debilidad es muy tozuda y pronto desistimos por falta de fuerzas. El sabio según Dios, consciente de su debilidad se adentra en el Soplo de Dios que habita en las palabras. Estas palabras serían el campo sin más; el Tesoro oculto es el Soplo de Dios que habita en los textos escritos. El sabio intuye que el Tesoro está en el campo y vende lo que tiene para hacerse con el campo, con su Tesoro oculto en él. ¡Atención! No vende lo que tiene por un derroche de generosidad, porque es el mejorcito de la clase, eso es muy voluble, sino como dice Jesús: "Por la alegría que le da". ¡A ver cuándo damos la vuelta a la tortilla!

El Generoso es Dios contigo que pone a tu disposición su Espíritu y Vida (Jn 6, 63) a todo aquel que "sabe hacer cuentas" y por ello tiene sus ojos y su corazón más en el Tesoro del campo que en sus cosas. En cuanto a "vender todo lo que tiene"… El mismo Espíritu que buscas te orientará cómo y de qué manera, y por supuesto "sin que la mano derecha sepa lo que hace la izquierda" (Mt 6, 1-4)

P. Antonio Pavía

Sálvanos Señor, que se acaban los buenos,

"Sálvanos Señor, que se acaban los buenos, que desaparece la lealtad entre los hombres: no hacen más que mentir a su prójimo, hablan con labios embusteros y con doblez de corazón " (Salmo 12,11)

Solo Dios es bueno se lo dijo Jesús al joven rico  cuando le preguntó:" Maestro bueno, qué haré para heredar la vida  eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie más bueno que Dios". ¿Acaso son buenos aquellos que dicen de sí....jamás cometer falta alguna? yo diría que buenos no son, son mentirosos,  pues ya dice en la Biblia que quien dice que no tiene pecado es un mentiroso. En Lc. 18, "El fariseo, erguido, oraba  así  en  su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como  los demás hombres, ladrones,  injustos,  adúlteros, ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo".

Entiendo que el salmista, la bondad de la que nos quiere hablar es la  de la pureza de corazón. "Bienaventurados los limpios de corazón  porque  ellos  verán  a Dios", o sea, la bondad  creada por el Espíritu Santo como fruto de  abrazarse al Evangelio; como  dice el salmo "Las palabras del Señor son palabras auténticas como plata limpia de  ganga,  refinada siete veces....con  aludiendo a los siete  Sacramentos, que  unidos a la Palabra de Dios guardada, abrigada y acogida con toda  el alma...como respuesta de amor al Amor. El Evangelio disipa nuestras tinieblas  y sombras de  muerte. Lc. 1-79. Así  responde el Señor en este mismo Salmo versículo 6:"Por la opresión del humilde, por el gemido del pobre, yo  me levantaré, y pondré a salvo a quien  lo  ansía ".

Nuestra misión es  anunciar y presentar a Nuestro Señor Jesucristo, sin juicios ni condenas. Todos somos pecadores,  pero dentro de que somos pecadores estamos llamados a  anunciar la luz del Evangelio.

Pilar Pérez

martes, 3 de noviembre de 2020

Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia

Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mt.16;18.

Francisco tú eres Pedro.
Aunque a veces no comprendamos ni entendamos nada, pongámonos bajo la acción del Espíritu Santo, y «Con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándonos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos» Efe.4;2-6.
Dios nos llama a la unidad, abandonarnos totalmente en sus brazos por amor. No tengamos miedo, dejémonos guiar por nuestro pastor el Papa. Dios nos guía a través de él con su mismo  Espíritu Santo. «Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo. Sal. 22;4.

Claudia

lunes, 2 de noviembre de 2020

Los que mueren en el Señor (Ap 13, 14)

Celebramos hoy la fiesta de los fieles Difuntos, los que, como dice el Apocalipsis, mueren en el Señor. Alcanzaron la Victoria de todas las victorias porque -cada cual a su manera- vivieron abrazados al Evangelio que hace posible que la muerte solo sea un trámite para encontrarnos con Dios. Leemos en el Evangelio que en el principio existía la Palabra, que en ella estaba la vida y que ésta es la luz de los hombres que brillando sobre las tinieblas las disipan (Jn 1, 1). Penetramos en este pasaje sabiendo que nos adentramos en el Misterio de Dios. El Evangelio de Jesús que sus discípulos intentamos hacer nuestro, está lleno de Vida y de Luz; ambas nos llevan de la mano a una categoría existencial infinitamente más sublime de la que nos puedan ofrecer todos los sabios y santurrones de este mundo  pues la Vida y la Luz del Evangelio al tiempo que nos introduce en el Misterio de Dios, capacita nuestra alma, y con ella todo nuestro ser para vivir en intimidad con Él. Cuanto más crece el Evangelio en nuestro corazón mayor es nuestra intimidad con el Señor. Es entonces cuando sentimos la urgencia de compartir nuestro Fuego interior con los demás, cercanos o lejanos. Un compartir al que Jesús puso este titular: ¡¡Anunciad mi Evangelio para que el hombre viva!!

P. Antonio Pavía

Desastre se presenta

Cuando las aguas, bajan turbias debido a la tormenta, decimos: "desastre se presenta".

Y cuando vemos, que este mundo cambia de rumbo, decimos, ruina a la vista.

Cuando el odio y la venganza, es más grande que el Amor, de Dios decimos, hemos dejado solo a Nuestro Señor.
Cuando un virus domina la tierra, decimos, desastre total.
Esto nos pasa por olvidarnos de Nuestro Creador, que tan orgulloso, está, o estaba de nosotros.
Hemos metido la velocidad máxima a nuestro motor, y el motor se ha vuelto loco, la aguja del cuenta kilómetros, está a punto de saltar, el motor ya hecha humo, el motor, va a explotar, pero nosotros seguimos frenéticos en esa carrera de locos, que nos hemos montado. Ya no nos damos cuenta del peligro que corremos. Nuestro cerebro, se ha embadurnado de miseria, y nuestros ojos ya no son ojos humanos  sino ojos llameantes de luz infernal, todo se va a ir, por el sumidero, esto va a quedar en nada, si Dios no lo soluciona, porque al hombre, todo esto se nos ha ido de las manos. Maldito Satanás, qué listo eres, tu sabes que tendrás tu final, y te aprovechas de ello, pero pronto muy pronto, acabarás amarrado, Jesús ya te venció en su pasión, muerte y resurrección, prepárate para lo que te espera, maldito "ángel" rebelde. Jesús, tiene el Reino, el Poder y la Gloria, por siempre... tú tendrás la derrota y el infierno, por todos los siglos de los siglos.

José Damián

viernes, 30 de octubre de 2020

Reflexión al Evangelio de la Fiesta de todos los Santos. (Mt 5,1-12)

En el lenguaje bíblico se llaman Bienaventurados a quienes llevan reproducida en su alma la imagen de Jesús (Rom 8,29). Nos centramos en la tercera Bienaventuranza:" los mansos”; ellos poseerán la tierra, el Reino de Dios. Jesús se refiere a los mansos por elección, no a los que por cobardía no hacen frente a quienes les ofenden pero se vengan de ellos a sus espaldas, por ejemplo difamándoles. Jesús es el Cordero Inocente  que se dejó aplastar por el mal para vencerlo. No abrió su boca ni al ser juzgado (Mt 26,59-63), ni en su crucifixión sino para decir: "Padre, perdónales, no saben lo que hacen". Jesús es el Cordero manso que se dejó aplastar por el mal, como única posibilidad de vencerlo. Entregado a Pilatos por envidia, bien lo sabía este (Mt 27,18), nos libró a todos de la opresión ineludible de la muerte. La venció y victorioso nos lo presenta el Apocalipsis: "Vi en el trono de pie a un Cordero como degollado" (Ap. 5,6). Degollado porque venía del sepulcro, pero de pie que es la postura de los vencedores. Sí, Bienaventurados los mansos porque con su audacia y sabiduría evangélica nos enseñan a todos el camino de la victoria, el de la Vida en abundancia (Jn 10,10).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

jueves, 29 de octubre de 2020

«Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo» (Lc. 11.41)

«Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo» (Lc. 11.41)

Dios quiere que no solo dé a mis hermanos de mis bienes materiales, quiere que me dé de corazón a los demás. Dando una parte de lo que tengo dentro, un poco de mi tiempo, paciencia, amistad, lealtad; siendo constante en mi entrega a los demás estoy entregando mi vida a Dios. Dar limosna de lo que tengo dentro, Dios me lo dio todo y me pide solo un poco, así quedaré limpia.

Cayta Montero

miércoles, 28 de octubre de 2020

Rayos de Luz

Todos sabíamos que vivíamos en un estilo de vida irreal e insípida; lo sabíamos pero disfrazamos nuestras frustraciones abrazándonos a la quimera de una autorrealización casi insultante, incluso escondimos nuestras carencias transcendentales bajo la alfombra de mil bullicios y pomposidades. Lo peor es que consentimos y capitulamos ante el engaño, consentimos también en adormilarnos hasta que nos alcanzó esta pandemia que de un manotazo puso en evidencia nuestra brutal indigencia. Arrancadas las caretas se hicieron visibles nuestras impotencias y desdichas y hasta nuestras debilidades mentales. Sin embargo entre las tinieblas que nos envuelven surgen rayos luminosos que nos invitan a todos a la esperanza. ¿Qué o quiénes son estos rayos luminosos? Son los discípulos de Jesús, son su Luz en el mundo (Mt 5, 13). Son los que nadando contra corriente en una sociedad satisfecha con ser nada ni nadie reflejan, sin condenar a nadie, la Vida en abundancia que les viene de Jesús (Jn 10, 10). Sufren la pandemia y sus inconvenientes y limitaciones como todos pero no sé abaten, es más son portadores de una alegría inagotable... y es que Jesús les dijo que nada ni nadie, ni siquiera esta pandemia conseguiría arrebatársela (Jn 16, 22).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

Salmo 92 (91), 2. 10: Es bueno dar gracias al Señor.

Salmo 92 (91), 2. 10:

Es bueno dar gracias al Señor.

Los malhechores serán dispersados.
Recuerdo un pasaje del Evangelio en el cual el Señor sana a varios leprosos y sólo uno se volvió para agradecerle. Una pena que sólo uno agradeciese la gracia recibida.
Me emociona mucho el Evangelio en el que la pecadora llora arrepentida sus pecados y derrama un perfume en los pies de Jesús y los besa. Es un gesto bellísimo de amor y de agradecimiento al Señor.
Es bueno dar gracias al Señor por todas las gracias que derrama en nuestros corazones y por todas las maravillas que hace en nuestra vida.
Este versículo me lleva al Magníficat en el cual se dice: "dispersa a los soberbios de corazón".  Señor crea en mí un corazón manso y humilde como el tuyo.

Salmo 92(91), 12:

Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.
Dame Señor las gracias necesarias para vencer toda tentación.
10 Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé;
11 me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé;
12 me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé.

Este versículo me lleva al salmo 117, 10 al 12:
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Ezequiel 36, 27 :
Gracias Señor. Hágase en mi tu Voluntad.

Paloma Sebastián

martes, 27 de octubre de 2020

Os infundiré mi Espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos

"Os infundiré mi Espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos" Ezequiel 36,27


¿Cuál es el camino por el cual dice el Señor que quiere que caminemos para que según sus preceptos los guardemos y cumplamos?
Jesús dijo: "Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn. 14-6), no hay otro camino, sino, Jesús y su Palabra, ÉL mismo es la Palabra. 
ÉL es la Verdad que preserva nuestros pasos del mal y sus mentiras y seducciones. "Si permanecéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" Jn.8, 31-32).
ÉL es la vida en plenitud, el alimento y la fuerza para nuestra alma: "Buscadme y viviréis" (Amós 5,4).  
"Yo he venido para que tengáis vida, y para que la tengáis en abundancia" (Jn. 10,10).
Mas Jesús, conociendo la precariedad e indefensa humana les dijo a sus discípulos:
"El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante porque sin mí no podéis hacer nada (Jn. 15,5). Pero les dijo: "Os infundiré mi Espíritu", un defensor... el único defensor... y lo hizo el día de Pentecostés: "Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas que se dividían partiéndose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse". Desde este momento el Espíritu de Jesús actúa en nosotros y nos da la fuerza necesaria para poder guardar y cumplir lo que por nuestras propias fuerzas no podemos... vivir y anunciar el santo Evangelio.

María Pilar Pérez Rodríguez

lunes, 26 de octubre de 2020

PARTIR LA PALABRA. Salmo 5

SALMO 5,8:

"PERO YO POR TU GRAN BONDAD ENTRARÉ EN TU CASA, ME POSTRARÉ ANTE TU TEMPLO SANTO CON TODA REVERENCIA".

ESTE VERSÍCULO ME LLEVA A ESTE OTRO VERSÍCULO: SALMO 122 (121), 1-2: "QUÉ ALEGRÍA CUANDO ME DIJERON VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR, YA ESTÁN PISANDO NUESTROS PIES TUS UMBRALES JERUSALÉM." 

LA IGLESIA ES MI CASA, NUESTRA CASA Y EN ELLA RECIBIMOS AL SEÑOR EN  SU PALABRA, EN LA EUCARISTÍA. EN LA IGLESIA TENEMOS A NUESTRO ALCANCE LOS SACRAMENTOS QUE EL SEÑOR NOS HA REGALADO EN SU INFINITA MISERICORDIA PARA NUESTRA SALVACIÓN.
¡QUÉ ALEGRÍA ENTRAR EN TU CASA, SEÑOR!
SOMOS PEREGRINOS HACIA LA PATRIA ETERNA Y ALLÍ TAMBIÉN NOS TIENES PREPARADA UNA MORADA JUNTO A Ti.

SALMO 5, 12- 13:

"QUE SE ALEGREN LOS QUE SE ACOGEN A TÍ CON JÚBILO ETERNO; PROTÉGELOS PARA QUE SE LLENEN DE GOZO LOS QUE AMAN TU NOMBRE".

ESTE VERSÍCULO ME LLEVA A HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5, 41, EN EL CUAL SE NOS DICE QUE LOS APÓSTOLES SALIERON CONTENTOS POR HABER MERECIDO PERSECUCIÓN  A CAUSA DEL NOMBRE DE JESÚS. 
CONCÈDENOS SEÑOR A TODOS LOS QUE NOS ACOGEMOS A TÍ ESA SANTA ALEGRÍA DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS.

SALMO 5, 3:

"HAZ CASO DE MIS GRITOS DE AUXILIO".

ESTE VERSÍCULO ME CONDUCE A ESE PASAJE DEL EVANGELIO EN QUE UN CIEGO GRITABA CADA VEZ MÁS FUERTE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN DE JESÚS. 

EN ESTA MAÑANA MI SÚPLICA AL SEÑOR, MI GRITO ES POR TODAS LAS PERSONAS QUE ESTÁN FUERA DEL CAMINO DE JESUCRISTO, PARA QUE LO ENCUENTREN Y SE ABRACEN A ÉL Y PARA QUE YO PERMANEZCA EN ESE MISMO CAMINO HASTA EL FINAL DE MIS DÍAS Y NADA NI NADIE ME PUEDA SEPARAR DEL AMOR DE DIOS.

Paloma

viernes, 23 de octubre de 2020

Reflexión al XXX Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 22, 34-40)

SOLO QUIEN ESCUCHA A DIOS LLEGA A AMARLE

El Evangelio de hoy pone en nuestros oídos La Palabra por excelencia: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. No hay duda que es un pasaje que nos estremece y seduce sin embargo son tantos nuestros desvaríos internos y externos que nos viene demasiado grande. La cuestión es que la firmeza y madurez de nuestro corazón para amar a Dios incondicionalmente depende de la calidad de nuestra escucha a su Palabra. Escuchar la Palabra para aprenderla o porque no queda más remedio, “porque hay que ir a Misa ", no produce ningún enderezamiento en nuestros desvaríos y cualquier propósito de cambio de vida termina en el punto de partida de siempre. A estos quizás se les pueda decir lo que Jesús dijo a los fariseos, no para humillarlos sino para que abriesen sus oídos al Evangelio que rechazaban: “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios, vosotros no las escucháis porque no sois de Dios” (Jn. 8, 47).

P. Antonio Pavía

Les das a beber del torrente de tus delicias

"Les das a beber del torrente de tus delicias, porque en ti está la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz".  (Sal 35,9-10)

¿Cuál es ese torrente en el que se encuentran las delicias del Señor?

Ese torrente son las Sagradas Escrituras, especialmente el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Las Palabras que manan de dicho torrente son Espíritu y son Vida como dice en Juan 6,63. Y como dice en Juan1,9: "Jesús es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre". La Luz de Jesús se refleja en el Evangelio del cual estamos llamados a beber y a dejarnos iluminar para poder irradiar la gloria del Señor. Jesús es "el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte", tal y como se expresa en el Benedictus. Jesús ilumíname, ilumínanos. Haz que guarde tu Palabra. "El que me ama guardará mi Palabra y vendremos a él y haremos morada en él". Ese es mi deseo que Tú mi Dios, Santísima Trinidad, mores en mí y me sacie de tu Amor.

Paloma Sebastián

jueves, 22 de octubre de 2020

Me llamó por mi nombre

Me llamó por mi nombre

Aquí estoy Señor, le dije y le digo
Todos somos llamados por nuestro nombre a través del Bautismo
Estuve y estoy feliz por aquella llamada. En mi caso me afecta de modo particular: la palabra “llamada”, “vocación”.  La vida cristiana comienza con una llamada y queda siempre una respuesta, hasta el final. Y esto tanto en la dimensión del creer como en la del actuar
Me llamó por mi nombre, para encontrar a ellos. Humildad, por tanto, no es una palabra cualquiera, una como modestia, algo... sino que es una palabra cristológica. Imitar al Dios que desciende hasta mí, que es tan grande que se hace mi amigo, sufre por mí, ha muerto por mí. Esta es la humildad que hay que aprender, la humildad de Dios. Quiere decir que debemos vernos siempre en la luz de Dios; así, al mismo tiempo, podemos conocer la grandeza de ser una persona amada por Dios, pero también nuestra pequeñez, nuestra pobreza, y así comportarnos justamente, no como amos, sino como siervos. Como dice san Pablo: “No pretendemos imponer nuestro dominio sobre vuestra fe, lo que queremos es aumentar vuestro gozo" (2Cor 1,24)
Queridos hermanos de la Comunidad os aconsejo que os miréis a vosotros mismos a través de los ojos de Dios

Miguel Iborra

miércoles, 21 de octubre de 2020

Jamás se oyó decir

Jamás se oyó decir

"Jamás se oyó ni se escuchó, ni ojo vio, a un Dios que hiciese tanto por quien espera en Él" (Is. 64,3) 

Nos adentramos en este pasaje de Isaías a la luz de la experiencia de Pedro en la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28.) Jesús le llevo junto con Juan y Santiago al monte Tabor y se transfiguró ante ellos. Pedro, nos centramos en él, se quedó tan estremecedoramente  impactado ante la visión de Jesús resplandeciente que, olvidándose de todo solo acertó a decir: ¡Señor qué bueno, qué maravilloso es estar aquí contigo! ¡haremos tres tiendas!

Para Pedro y para cualquier hombre, limitados como somos en nuestras aspiraciones, esto ya es más que suficiente, no así para Jesús. Recordemos lo que pidió al Padre para sus discípulos la noche en que fue entregado por Judas: "Quiero que mis discípulos estén conmigo y contemplen mi gloria" (Jn 17,24) Contemplar es un verbo que tiene matices riquísimos en la Espiritualidad de la Palabra, en este sentido Jesús, que sabe que tras su muerte volverá resucitado al Padre, le está pidiendo que sus discípulos resuciten también y contemplen-participen de su Gloria, es decir, de su Transfiguración. Es por estas palabras de Jesús por las que Pablo nos dijo que Jesús "transfigurará nuestro cuerpo corruptible y llegará a ser glorioso como el suyo" (Flp. 3,21).

Recordemos el texto de Isaías "Jamás se oyó decir...". Pedro da fe de ello, pidió ver a Jesús Transfigurado desde la distancia, y el proyecto de Jesús sobre él y sobre ti era y es ¡Transfigurarle! ¡A Él y a ti! 


P. Antonio Pavía

"Velando medito en Ti"

"Velando medito en Ti".

Jesús en el Evangelio, en Mateo 26, 41, nos dice: "Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil".
¡Qué necesario es para el alma velar y orar meditando la Palabra de Dios! Ya que de Ella sacamos la Fortaleza y Sabiduría de Dios para no caer en la tentación. 
Los apóstoles no fueron capaces de orar y velar una hora junto al Señor en el Huerto de los olivos, se quedaron dormidos. Tenemos que estar despiertos para combatir a nuestro enemigo el diablo. En 1Pedro 5, 8 se nos dice: "Sed sobrios y velad porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar".
Velando y orando dejamos desarmado al demonio.

Paloma

martes, 20 de octubre de 2020

Por la mañana te expongo mi causa, y me quedo aguardando (Sal 5)

....por la mañana te expongo mi causa,

y me quedo aguardando. Y me pregunto, ¿sabemos esperar a Dios? ¿sabemos crecer en esa espera?. La espera es parte de esa escuela que nos convierte en discípulos porque nos dice a nosotros mismos y a Dios que, de verdad aceptamos su voluntad y entramos en su tiempo. La espera en Dios siempre tiene respuesta, como la tuvo para el anciano Simeón (Lc 2, 29), "Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz", y esa respuesta, aunque tarde según nuestro tiempo, viene acompañada de confianza y, por tanto de abandonarnos a la voluntad de  Dios como lo hicieron Abraham, Isaac, Jacob, Job, Jeremías... Cuánto nos cuesta esperar sin saber qué tendrá preparado para nosotros nuestro Señor y, sin embargo, sólo se puede crecer así, confiando, esperando, muriendo a nuestro tiempo, a nuestros planes, a nuestra propia desesperación y naciendo de nuevo al tiempo de Dios con un corazón paciente y entregado a su voluntad (Isaías 55:8). "Mis planes no son vuestros planes, mis caminos no son vuestros caminos". Esperar para crecer y hacerlo bajo sus alas, como esperó María a que se cumpliera la promesa que Dios le había dado a través del Ángel.  La esperanza de María fue como la esperanza de Abraham, de quien San Pablo dijo: “Esperó contra toda esperanza” (Rm.4,18).

Olga Alonso

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LUCES DEL ALMA DESDE EL CONFINAMIENTO”.A LA COMUNIDAD BIBLICA MARIA MADRE DE LOS APOSTOLES.

He podido ver a lo largo de cuanto ha ocurrido en mi vida que lo verdaderamente importante sucedido en ella "en Su Nombre", es tener conciencia de saber esperar, porque ÉL es el que quiere hacer en mí Su Voluntad.
Le pedí permiso al Padre Antonio para presentar el libro a la Comunidad, y me fue concedido.


Dadas las circunstancias de no poder hacerlo personalmente, ahí va el texto:
 
A modo de presentación
Mi reflexión de cada mañana comporta una sensación de pureza, de limpieza interior, de aire limpio y de estar dispuesto a servir y el corazón se me desborda. Total que  considero que empiezo bien el día, ya no sé si al final de la jornada habré sido testimonio, o he dejado en los aires la vibración sonora de un anhelo.
Mañana mi corazón volverá a florecer.
Manzoni escribía: “Deberíamos pensar más en hacer el  bien  que  en  estar  bien,  y  al  final  estaríamos también mejor”.
En definitiva  estoy refiriéndome a descubrir a Dios, porque también Dios nos necesita para moverse libremente  en  el  espacio  de  nuestra  alma  y  de nuestra vida.
Y  mira  por  donde,  a  raíz  de  una  pandemia,  la situación clínica y hospitalaria nos obligó al confinamiento.
Han sido muchas, muchísimas las ocasiones que he pensado en la triste insatisfacción de tantas y tantas personas que desde años ha, están confinadas por la ausencia de Dios en sus vidas.
Para todas esas  personas  que nunca  han querido abrir la puerta de su corazón y las que se han cerrado al  amor  que  congela  toda  espiritualidad,  el  libro Luces del alma desde el confinamiento, también les va a liberar de muchos miedos y condicionamientos externos.
Han  sido  muchos  días  recluidos  y  aunque   una mayoría  conocíamos el camino, ha sido en la noche cuando   hemos  aprendido  a  percibir  e  intuir  esas “luces del alma” que tenían que haber alumbrado con más fuerza  en nuestro interior y que ahora  se  nos ofrecen como un cielo abierto, porque es presencia indispensable ya que han  sido pintadas en el interior de nuestro corazón. Ambas cosas hoy son muy necesarias.
!Lo que no pase este año!
¡Qué ganas de buenas noticias!
Por ello este libro, prodigiosamente hilvanado, aspira alentar esa llama que arde en todos y cada uno de nosotros  y que nos acercará más y más a Dios.
Hay que demoler todas esas estatuas y falsos dioses que  invaden  nuestra  sociedad  y  se  adueñan  de nuestro corazón.
Desde “Luces del alma del confinamiento” muchas personas pueden y deben buscar el verdadero rostro divino.
Luces del alma desde el confinamiento, es la novedad donde devienen nuevos y originales sentimientos, de resonancias evangélicas, de gracia y esperanza reclamando nuestra atención, hacia la fuente donde emerge nuestro Redentor.
La salvación, por la Palabra, que hace latir lo humano con la palpitación de lo divino, como un signo de fraternidad, como nosotros la hemos recibido recientemente con esas caricias intimas y calladas de trigo limpio y en la  abundancia de espigas y grano, el Señor.
Es verdad que en nuestro país se conservan, aún, muchos valores espirituales que muestran nuestras raíces, pero también lo es, que poco a poco, nos vamos deslizando por otros caminos, por ello es importante dar por escrito la PALABRA y es nuestra obligación distribuirla para que sea degustada, como le agrada a Dios.
Felicito y agradezco de corazón al autor y a las personas que han colaborado y por supuesto a los miembros de la Comunidad Bíblica María de los Apóstoles, que vive siempre de cara al corazón, gracias por vuestra constancia, por vuestra fe y por vuestra generosidad.
La edición de este libro, tan humano y sencillo, ha sido un gran acierto en un momento oportuno y muy necesario.
¡Hoy es un día de los grandes!
Ya se ha roto el silencio, y muchas miradas anuncian otra reclusión, donde de nuevo llorará Dios y pasará un   día,   otro      y   otro   y   nosotros   seguiremos reclamando otras luminosas luces del alma, porque muchas personas continuarán ensombrecidas y angustiadas.
¡Buscad  a  Dios,  acaso ignoráis que  vivís sin esperanza y que vuestro corazón os lo pide!
Lo demás…
Agradezco de corazón vuestras oraciones y reconocimientos, pero yo no he hecho nada extraordinario, solo lo que tenía que hacer, quizá un sobre esfuerzo dada mi situación de movilidad, pero la Comunidad se merece todo esto y más.
Yo, sigo buscando nuevas respuestas, en el prójimo más vulnerable, que me acerquen a Dios”.
Miguel Iborra Viciana