lunes, 28 de febrero de 2022

Nuestra Diadema

El Salmo 132 recoge el vivo deseo de David por construir la Casa de Dios, el Templo de Jerusalén. No quiere dar descanso a sus ojos ni a sus párpados hasta que Dios tenga su Lugar Santo, de ahí que no escatime esfuerzos en  reunir grandes cantidades de oro, plata, bronce, etc., para su construcción. Será su hijo Salomón quien con todos estos preparativos edificará  el Templo. El salmo culmina con esta promesa de Dios a David: "Sobre él brillará mi diadema". David ha pecado mucho, pero fue tal su arrepentimiento que su corazón alcanzó la humildad que agrada a Dios. Nuestro corazón vuela a este pasaje bíblico: "Delante de la Gloria va la humildad (Prv 15,33). Se cumplió en David: Delante de la Diadema prometida por Dios, caminaba su corazón humilde. Lo grandioso es que esto es también una  profecía de Dios sobre los discípulos de su Hijo. Después de peregrinar por un mundo que nos odia y humilla (Jn 15,18..), Dios  realza nuestra cabeza con su Diadema: "su  Nombre Santo y Glorioso ..." (Dn 3,52), "...Verán el rostro de Dios y llevarán su nombre en la frente" (Ap 22,4).

P. Antonio Pavía

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domingo, 27 de febrero de 2022

VIII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 6, 39-45)

Jesús, enséñame a ser fiel

Hoy empieza Jesús diciendo: ¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Todo el que esté bien formado será como su maestro… Jesús viene del Padre como la Luz del mundo para poner al descubierto y sanar nuestras carencias y debilidades. Podemos rechazarle y entonces el recorrido de nuestra vida termina en el sepulcro, o dejarnos iluminar por su Luz y el recorrido de nuestra vida culmina en los brazos de Dios nuestro Padre. Jesús se encontró con muchos que rechazaron su Luz liberadora y nos da la razón del rechazo: "...vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas..." (Jn 3,19...). 

El que se deja conducir por Jesús tiene acceso a la Vida Eterna; el que camina  con alguien tan ciego como él cae junto con su guía en el hoyo. Ambos se precipitan en el abismo porque como dice Jesús en otro pasaje, construyeron su vida sobre la arena;  vinieron las tormentas - las propias que nos depara la vida - y la arena cedió abocando  todo lo construido a la ruina (Mt 7,26-27).

P. Antonio Pavía

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lunes, 21 de febrero de 2022

Jesús vive en ti

"Como el Padre tiene la vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo" (Jn 5,26). Yavhé, ese es el nombre con el que Dios se dio a conocer a Israel, significa "Yo soy el que soy", el que tiene la vida en sí mismo. Jesús el Enviado del Padre también tiene la vida en sí mismo, de ahí su resurrección y victoria sobre su muerte. La buena y extraordinaria noticia es que nos dice que ha venido del Padre para darnos vida en abundancia (Jn 10,10 b),  lo que significa que también nosotros- salvando las distancias- tenemos también la vida en nosotros mismos y es por eso que como él tenemos poder para darla sabiendo que la recuperamos: "Nadie me quita la vida, yo la doy voluntariamente, tengo poder para darla y poder para recuperarla” (Jn 10,18). Pablo, el que se enorgullece de llamarse “el prisionero por Cristo”, canta su victoria sobre la muerte con esta gloriosa proclamación: "Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi" (Gal 2,20). Este majestuoso canto de la Libertad Suprema es también el canto de todos los discípulos de Jesús porque, al igual que Pablo, él vive en nosotros.

P. Antonio Pavía

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domingo, 20 de febrero de 2022

Domingo VII del Tiempo Ordinario (Lc 6,27-38)

JUNTO A TI SEÑOR

"Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecidles no les maldigáis...,  etc". Ante tantas heridas sufridas por el mal que nos han hecho y nos hacen, pensamos que Jesús pone muy alto el listón para seguirle. El Discipulado no va de esfuerzos sobrehumanos para superar el listón. Reparemos en como inicia Jesús este Evangelio: "Os digo a los que me escucháis… "Solo quienes abren sus oídos al Evangelio reciben la Fuerza y Gracia de Dios contenidas en sus páginas capacitándonos así para poder amar en la dimensión de Jesús, es decir, incondicionalmente”. Tenemos el gran peligro de leer o escuchar el Evangelio de corrido... porque ya nos lo sabemos. De esta forma oímos datos lingüísticos pero nos quedamos sin la "Fuente de la Vida" que es la Palabra; Manantial de Dios que riega el huerto de tu alma (Jr 31,12). Acerca de la calidad de nuestra escucha fijémonos en lo que la Escritura nos dice de Samuel: "...Dios estaba con él y no dejaba caer en tierra ninguna de sus palabras…" (1 Sm, 3, 19...). Por eso Dios estaba con él y él con Dios, porque asentaba las palabras que escuchaba en su corazón... no desperdicio ninguna de ellas.

P. Antonio Pavía

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miércoles, 16 de febrero de 2022

Dios, Defensor mío

"Cerca está Él Señor de los que le invocan sinceramente" (Sl 145,18). En la Biblia, invocar a Dios sinceramente quiere decir recurrir a Él como único Defensor. Es decir que si una persona ha recibido afrentas, calumnias, etc. renuncia a cualquier revancha dejando que sea Dios quien le defienda. Quién así actúa tiene la alegría indescriptible de experimentar que vale la pena confiar en Dios poniendo en sus manos la defensa ante el mal que ha recibido.  Veamos la experiencia  de David: "Misericordia Dios mío, misericordia que mi alma se refugia en ti... Invoco al Dios Altísimo, a Dios que hace tantas cosas por mi" (Sl 57,2-3). Se nota  que está pasando por una situación dolorosa, sin embargo deja que sea Dios quien le haga justicia ante el mal que le hacen. David tiene a su favor que siempre que ha puesto su causa en manos de Dios, Él ha actuado en su favor de ahí su canto triunfal: "A Dios que ha hecho tantas cosas por mi". Las ha hecho porque fiándose de Él, le escogió como su único Defensor. Apostó por Él y ganó la apuesta. Por ahí va la verdadera Fe.

P. Antonio Pavía

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Somos preciosos a los ojos de Dios

Isaías describe la Pasión de Jesucristo de esta forma tan descarnada como real. Inicia su texto profético en estos términos: "¿Quien dio crédito a nuestra noticia? ¿A quién se le reveló la Fuerza de Dios? Creció como un retoño delante de Él, como raíz de tierra árida no tenía apariencia ni presencia... (Is 53,2...). Así, despreciado por todos transcurrió la vida pública de Jesús. Despreciado, ninguneado por los hombres pero arropado por la mirada amorosa del Padre. He ahí el sello inexorable de los discípulos de Jesús; Despreciados por los hijos del mundo pero, como dice también Isaías, preciosos a los ojos de Dios, nuestro Padre: "Eres precioso a mis ojos, valiosísimo; yo te amo” (Is 43,4). Si nos acercamos a Jeremías le oímos decir: "Con amor eterno te he amado, por eso he reservado gracia para ti' (Jr 31,3). A la luz de estas y tantas otras profecías semejantes entendemos esta sublime inspiración de Juan Bautista: "Conviene que Él crezca y yo disminuya" (Jn 3,30). Dejemos que Jesús crezca en nosotros y que nos diga: Eres precioso para mí, yo te amo. 

P. Antonio Pavía

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lunes, 14 de febrero de 2022

Los sentidos del Alma

"... Desde tu morada riegas los montes, la tierra se sacia con tu acción fecunda…" (Sl 103, 13). Dios que vivifica  los campos desde su  morada actúa sorprendentemente en aquellos que por guardar su Palabra perciben asombrados cómo se abren los sentidos de su alma al permitirle levantar su morada en ella. "Él que me ama guardará mi Palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él" (Jn 14,23). Desde esta morada Dios vivifica nuestra alma abriendo sus  ojos, oídos, gusto, olfato y tacto que le conectan con Él cara a cara.  Ya decía San Agustín: "Si el cuerpo tiene sus sentidos… ¿no los va a tener el alma?”. Por su parte San Pablo con el estilo magistral que le caracteriza nos dice: "... Hablamos de una sabiduría de Dios misteriosa, escondida... Como dice la Escritura;  ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparo para los que le aman…” (1 Co 2,7-9). Alcanzamos este don inapreciable, no a base de mucho estudio sino imitando a María de Betania "que sentada los pies de Jesús escuchaba su Palabra " (Lc 10, 39). A los pies de Jesús… es decir con la disposición de hacer suya su Palabra obedeciéndole.

P. Antonio Pavía

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viernes, 11 de febrero de 2022

Domingo VI del Tiempo Ordinario ( Lc 6,20-26 )

Testigos de Jesús en un mundo que le ignora

Lucas nos ofrece las Bienaventuranzas; nos centramos en la última: "Bienaventurados seréis cuando os odien, injurien… etc. Alegraos porque vuestra recompensa será grande en el Cielo...”. Los discípulos de Jesús estamos en el mundo pero no somos del mundo (Jn 17,14-16). No es que seamos unos clasistas que pasamos  despectivamente del mundo; es más, hacemos un servicio valiosísimo a los hombres de toda raza, lengua y nación mostrándoles, por nuestro testimonio del Evangelio, el Camino la  Verdad y la Vida (Jn 14, 6). Jesús: plenitud de nuestra grandeza y dignidad. Proyectamos su Luz, que disipa las tenebrosas marañas con las que el príncipe de la Mentira (Jn 8, 44) pretende asfixiar nuestra Transcendencia. No despreciamos a nadie pero el mundo sí que nos desprecia movido por sus insatisfacciones internas. Aún así proyectamos sobre los hombres la Luz de Jesús (Jn 8, 12) que rompe las cadenas. Cargamos esperanzadamente la Cruz de las injurias porque a su vez nuestro Buen Pastor carga con nosotros. Sí... estamos hablando de la maravilla que supone ser discípulos de Jesús. 

P. Antonio Pavía

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miércoles, 9 de febrero de 2022

¿Qué he de hacer Señor?

A pesar de todo, a pesar de ser la soberbia personificada, a pesar de su odio enfermizo hacia los cristianos llegando incluso a participar en el martirio de San Esteban, Jesús se fijó en él y le llamó, hablamos de Pablo, al Discipulado camino a Damasco. Hubo algo en ese encuentro que le llegó al alma a Jesús. Caído en tierra, Pablo vio en un instante luminoso su lamentable vida y dijo a Jesús: ¿Qué he de hacer Señor? No le prometió nada, le dio lo más valioso que tenía: puso en manos de Jesús su libertad, una hoja en blanco para que escribiese lo que quería de él. He ahí la conversión de corazón; dejar a Jesús la autonomía para marcar su camino de fe. Jesús  viendo, con este gesto, abierto el corazón de Pablo a su Gracia le confió su Evangelio para que lo anunciara por todo el Imperio Romano.

P. Antonio Pavía

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lunes, 7 de febrero de 2022

En el atardecer de la vida

Año 65 d. C. Pablo está prisionero por Jesús, feliz de poder dar su vida por Él, igual que los demás Apóstoles. Presiente que va a dejar ya este mundo e inspirado por Dios siente el deseo de legar su testimonio como Discípulo de Jesús a Timoteo, su compañero entrañable en la misión evangelizadora. Juntos han compartido penalidades de todo tipo y sobre todo su amor a Jesús, su Señor. Leemos la esencia de su legado: "Yo estoy a punto de ser derramado en libación - su martirio- el momento de mi partida es inminente; he combatido el buen combate, he mantenido la fe" (2 Tm 4,6-7). Lo que Pablo no sospecha es que Dios, que no da puntada sin hilo, al inspirarle este testimonio de fe a Timoteo, su mirada abarcaba toda la Cristiandad, generación tras generación. Si prestamos atención a las palabras de Pablo vemos que Jesús ha cumplido en él aquél deseo que expresó  a los sacerdotes de Éfeso al despedirse de ellos: "No considero mi vida digna de estima con tal de culminar el ministerio que recibí de Jesús de dar testimonio del Evangelio de la Gracia de Dios" (Hch 20, 24). De él podemos proclamar este panegírico de Juan: "… Bienaventurados los que mueren en el Señor" (AP 14,13).

P. Antonio Pavía

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viernes, 4 de febrero de 2022

V Domingo Tiempo Ordinario (Lc 5,1-11)

Pedro obedece a Jesús

Este Evangelio narra la pesca milagrosa hecha por Jesús. Nos centramos en un punto catequético que me parece central. Los Apóstoles han vuelto a la orilla con la barca vacía. Han estado toda la  noche faenando y no han pescado nada. A pesar de ello, Jesús  dice a Pedro: "Rema mar adentro y echad vuestras redes para pescar...”. Ante estas  palabras,  Pedro entra en lo que Pablo llama "el combate de la fe". Combate  en el que se  enfrentan dos razonamientos: el del Señor y el del hombre,  representado por Pedro. Este objeta; hemos pescado toda lo noche y no hemos pescado nada;  y podría añadir: nosotros somos pescadores de toda la vida igual que nuestros padres y sabemos bien que cuando no es día se pesca mientras que tú has pasado casi toda tu vida en la carpintería con tu padre. Parecidos a este son nuestros razonamientos cuando el Evangelio choca contra nuestra limitada razón. Es el momento del amor, el momento de confiar de obedecer al Señor como Pedro,  que a continuación  dijo a Jesús… "Pero por tu Palabra echaré la red".  Nuestro amigo, en vez de adaptar el Evangelio a su razón la abrazó a las palabras de Jesús, al Evangelio. Esto se llama Fe.

P. Antonio Pavía

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miércoles, 2 de febrero de 2022

¡Ven al Padre!

El  Salmo 84  canta festivamente la peregrinación de un fiel israelita a Jerusalén para encontrarse "con el Dios vivo". Es una profecía sobre los discípulos de Jesús que conducidos por Él vivimos en este mundo en camino hacia Dios nuestro Padre. No es una senda fácil, nos acechan no solo las pruebas y tentaciones, incluso sobre la fe de Satanás, sino también nuestra propia debilidad; es por eso que no nos separamos de nuestro Buen Pastor, con la certeza de que Él, anulando  la astucia del Tentador, lleva a buen término nuestros pasos. Dice Pablo que Jesús es  Fuerza y Sabiduría de Dios (1 Co 1,24). Fuerza y Sabiduría que pone a nuestra disposición para poder coronar nuestra peregrinación a buen término. Fijémonos en San Ignacio de Antioquía (Siglo II). En vísperas de su martirio escribió gozosamente..."Siento en mí una voz interior que me dice: ¡Ven al Padre!

P. Antonio Pavía

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