lunes, 31 de diciembre de 2018

En el frío..

Fuego y calor bendecid al Señor,
Fríos y heladas, bendecid al Señor.(Dn 3,57_88.56).

Es fácil estar contento cuando el fuego de Dios te invade, estás tan contento y seguro ...de que todo eso es para siempre...en todo ves la mano de Dios.
Pero cuando llega el frío y tu corazón no siente nada, todo es oscuridad... bendecir es difícil .. no se ve a Dios por ningún sitio, todo es oscuridad...qué hacer me pregunto...y aquí es cuando hay que buscar en el evangelio ... Todo está ahí ...los apóstoles cuando se quedaron sin Jesús , estaban tristes, aterrados, con miedo, todo les parecería mentira... pero recordaron que Jesús había dicho que el que persevere hsasta el final se salvará ...y se pusieron a orar y el Señor se les apareció y los consoló y volvieron a verle y a sentir el fuego y calor..y la certeza que todo era verdad, que Dios estaba allí ...así tengo que hacer yo cuando el frío y heladas me invadan ...y esté triste ..pensando: será verdad....buscad que está todo en las escrituras ....   
ESTE ES NUESTRO DIOS

(Carmen Pérez)

Toque aaaal

La Pasión Inmortal por Dios es una mezcla de don y conquista personal. Me explico: Dios Padre concede este inapreciable don a quienes sin dejarse avasallar ni someter por sus pecados se abrazan incondicional y amorosamente a Evangelio de su Hijo .

sábado, 29 de diciembre de 2018

¿QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5. (Lc 2,41-52) para el Evangelio del Domingode la Sagrada Familia: Jesús, María y José Ciclo C 30-12-2018

Como todos los años, María, José y también Jesús, ya adolescente, peregrinaron a Jerusalén para la Fiesta de la Pascua. Al finalizar, emprenden el camino de vuelta en grupos como era costumbre, sin embargo, Jesús, sin que se percatasen sus padres, se quedó en la ciudad. Nos imaginamos la zozobra de María y José al constatar que Jesús no llega en ningun grupo a Nazaret. Vulelven angustiados a Jerusalén y le encuentran en el Templo, con los doctores de la Ley. Ante el requerimiento doloroso de María, Jesús responde que tenía que ocuparse de "las cosas de su Padre". Esta respuesta  nos parece  intempestiva, sin embargo, la intención catequética de Jesús es tan fuerte como clara: todo aquel que acoja su llamada para ser discípulo suyo, tendrá que anteponer "las cosas de Dios a las suyas" por excelentes que sean. 
La cuestión es que "las cosas de Dios" irradian paulatinamente la belleza infinita de su Rostro impreso en el Evangelio y desde Él, expanden esta Belleza Inmortal al mundo. Nos dice Lucas, que ni José ni María entendieron las palabras de Jesús, sin embargo a pesar de ello, no las rechazaron, es más, puntualiza que María las guardó en su corazón esperando que destilaran "El Espíritu y Vida" propio de ellas (Jn 6,63b ). La actitud de María, es una profecía: los verdaderos discípulos de Jesús guardan el Evangelio, aún sin entenderlo, esperando como centinelas a que se llene de la Luz. Los que esperan a entender el Evangelio para ser sus discípulos, jamás llegarán a serlo. Solo son unos mercenarios y bastante caprichosos.

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viernes, 28 de diciembre de 2018

Ojalá rasgases el cielo y descendieses! (Is 63,19)

Señor, ¿Por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete por amor a tus siervos y las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste y los montes se derritieron en tu presencia. Jamás el oído oyó ni el ojo vio un Dios, fuera de ti que hiciera tanto por el que espera en Él.

La última frase de Isaías, la comenta muchos años después san Pablo a los Corintios, cuando dice: “…Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que lo aman…” (1 Cor, 2,9)

¡Cómo ha de sentirse Isaías para entonar este canto de súplica! Ya que el hombre es incapaz de convertirse, es Dios quien tiene que volverse a él, que es lo que significa la conversión. Los hombres estamos de espaldas a Dios, somos incapaces de levantar la cabeza y mirar al Crucificado. Estamos apegados al mundo, y, como mucho, esperamos que un día nos volvamos a Dios. Pero ese día tarda. 

Isaías profetiza la “bajada de Dios”. Los montes, en el espíritu de la Escritura, representan los lugares donde se aposentan nuestros ídolos, donde habitan esos dioses, oro y plata, que son hechura de manos humanas y que no nos solucionan nuestros problemas. En la presencia de Jesús y su Santo Evangelio, se derriten nuestros pecados.

Nos lo recuerda Isaías: “…Así fueren vuestros pecados como la grana, cual nieve blanquearán, y así fueren rojos como el carmesí, cual lana quedarán…” (Is 1,18)

Y ese deseo se cumplió cuando el Padre envió a su Hijo para estar entre nosotros. ¡cuántas veces, al ver la situación que vive el mundo, quizá entonemos esa súplica de Isaías: ¡ Ojalá rasgases el cielo y descendieses!

Pero no; el Hijo vino sólo una vez y volverá con toda su Majestad como nos tiene prometido, y Él es fiel, es decir, cumple sus promesas. Somos nosotros, los cristianos, los que queremos ser sus discípulos, los que tenemos la misión de llevar su Palabra al mundo, con nuestra vida y nuestro ejemplo. No nos hace falta ya que se “persone” rasgando el cielo. Tampoco le creerían…Lo tenemos en el Sagrario siempre, hasta el último día. Y desde ahí podemos hablar con Él y contarle lo que ya sabe, lo que inquieta nuestra alma; y pedirle que podamos descubrir cada día nuestra misión, la que Él nos ha preparado para ser sus testigos.

En palabras del santo Padre san Juan Pablo ll: ¡Abramos las puertas a Cristo!


(Tomás Cremades)

jueves, 27 de diciembre de 2018

Ser pequeño ante Tí

 “Jesús se estremeció de gozo en el Espíritu Santo y dijo:
Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra porque
has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las
has revelado a los pequeños.”

Lc 10; 21-22

He conocido el Misterio
de la auténtica humildad,
la que nos hace pequeños
ante Ti y para Ti.

Tú me lo has revelado:
los verdaderos pequeños
los pobres, los desvalidos
son los que buscan tu Rostro.

No es aquella pequeñez
de la que los hombres hablan
es la otra, la escondida
la que solo Tú conoces.

No es cuestión de voluntad
no depende de nosotros
depende solo de Tï
de que tus ojos nos miren
y sintamos, de repente
ese misterio insondable
de ser pequeño ante Ti.

Y es ahí donde comienza
tu historia con nosotros
solo ahí plantas tu Tienda,
en nuestra debilidad.

Y la compensas con gracia
con dones, con tu Palabra
y somos realmente fuertes
cuando sabemos vivir
en tu divina pobreza.

Porque es allí donde el hombre
ya cansado, derrotado
abandona sus recuerdos
su persona, su pasado
se vacía todo entero
y se hace oquedad para Ti.

Y entonces, toda tu Gloria
inunda el corazón nuevo
y descubrimos así
que la Gloria verdadera
es que nos ocupes siempre,
que vivamos en tu seno.

Y asistimos, casi atónitos
al milagro insondable
de sentir que nos invades
que tocamos con las manos
tu Espíritu que es Vida Eterna.

“Tu cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia.”

Salmo 64; 10-12

(OLGA ALONSO)

martes, 25 de diciembre de 2018

Feliz Navidad

Agranda la puerta, Padre
Porque no puedo pasar
La hiciste para los niños
Yo he crecido a mi pesar
Si no me agrandas la puerta
Achícame, por piedad 
Vuélveme a la edad aquella
En que vivir es soñar

Feliz Navidad
(T. Cremades)

Contentos por Navidad

Dios ha nacido hoy
Para quitarme mi impronta genética del pecado original
Para confortarme en toda mi vida
Para guiarme hacia la Verdad y la Vida
Para quedarse conmigo para siempre
Y estar dentro de mí, en las profundidades de mi ser
Dios ha nacido, para hacerme ver el sentido de mi vida 
Para no dejar que me engañe el mal y ayudarme en mi lucha contra el pecado mentiroso
Para hacer que brille su obra de la creación en mis ojos 
Para enseñarme a amar
Para transformar mi vida en un camino hacia La Luz
Dios ha nacido, para decirme que la muerte no es el final, que Él estará ahí para que me agarre a su mano 
Para dejarme su Palabra, ¡sí! la misma que existía en el principio

¡Podemos estar maravillados, agradecidos y contentos de que Dios haya nacido!

lunes, 24 de diciembre de 2018

Es Navidad

Es Navidad

Un día le dije a Dios que tenía miedo del mundo que me rodeaba y también de mi mismo, pues temia terminar siendo una figura inerte más, en la gélida e inhóspita sociedad que, orgullosa de sí misma, había decidido que toda Transcendencia era prescindible. .una forma "elegante" de afirmar que no te necesita Señor. 
Era tal mi zozobra, e incluso angustia, de convertirme en un glaciar andante entre millones de glaciares supuestamente vivos, que, haciendo acopio de una audacia inaudita, rogué a Dios que me diera algo de su Fuego, aunque no fuese más que una chispa. 
Se inclinó amorosamente hacia mí y en un susurro que parecía el murmullo que hace el agua al deslizarse por un venero, oí que me decía: Escucha, pon atento tu oído, porque aún no te has enterado: *El Fuego se hizo carne y prendió entre vosotros* ...y continuó: ¿A qué esperas? ¡Deja de quejarte..tienes mi Fuego a tu alcance..! ¿No ves su resplandor en el Evangelio de mi Hijo?

ES NAVIDAD 

(A. Pavía)

Toque Es Navidad 1

ES NAVIDAD

Dice al Señor el autor del Libro de la Sabiduria "Dame la Sabiduría que se sienta junto a tu trono.  y no me excluyan del número de tus hijos,que soy un siervo tuyo.." (Sb 9,4-5) y lo enlazamos con estas palabras de Jesús que considera a sus discípulos sino amigos.." No os llamo ya siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos porque todo lo que he oído a mi Padre ( sus Palabras..El Evangelio .) os lo he dado a conocer.Jn 15,15
Jesús llama amigos suyos a sus discípulos porque conocen el Evangelio desde el corazón...y recordemos que en la Espiritualidad Bíblica ,amigo significa : !! MI OTRO YO!!

ES NAVIDAD 

(A. Pavía)

Toques Es Navidad 0

Es Navidad

Belén hace dos mil años...
Una joven pareja hace su entrada en la pequeña aldea.Han llegado exhaustos, polvorientos,hambrientos, sedientos.. Ella,María, toda ternura, está a punto de dar a luz... él, José, nobleza en estado puro, llora impotente ante la indiferencia de los belenistas. Por más que golpean una puerta tras otra, nadie les recibe; no es que no tengan habitaciones disponibles, las hay pero están llenas de pertenencias apiladas unas sobre las otras. Seguro que no les sirven de gran cosa pero son "sus pertenencias". Al final, María y José dan con un pesebre.. en él nacerá el Hijo de Dios.
Estamos a punto de celebrar un año más su Nacimiento, ¡¡quien sabe si nuestro interior está también hasta arriba de pertenencias ridículas y pesadas: rencores retorcidos que nos retuercen, ofensas no perdonadas, ofendidos a quienes no hemos pedido perdón, vanidades que se elevan como diosas.. que bloquean el paso al Hijo de Dios..!! Señor Jesús, ¡apiádate de nosotros.. también de mí, no permitas que repita la misma historia!!

Es Navidad

(A. Pavia)

domingo, 23 de diciembre de 2018

Salmo 28(27).- Súplica y acción de gracias

A ti clamo, Señor. 
Roca mía, no seas sordo a mi voz. Que tu silencio no me deje como los que bajan a la fosa.

Escucha mi voz suplicante cuando te pido auxilio, cuando alzo las manos hacia tu santuario.

No me arrebates con los malvados, ni con los malhechores, que hablan de paz con el prójimo, pero tienen la maldad en su corazón.

¡Trátalos conforme a sus obras, según la maldad de sus acciones!
¡Dales conforme a la obra de sus manos, págales el salario que merecen!
No conocen las acciones del Señor, ignoran las obras de sus manos.
¡Que él los arrase y que no vuelvan a alzarse!

¡Bendito sea el Señor, que escuchó mi voz suplicante!
El Señor es mi fuerza y mi escudo, en él confía mi corazón.
Me socorrió, mi carne florece y le doy gracias de todo corazón.

El Señor es la fuerza de su pueblo, fortaleza que salva  a su ungido
¡Salva a tu pueblo! iBendice tu heredad! iSé Tú su pastor y guíalos siempre!


Reflexiones al Salmo 28: Tu Palabra me da la Vida

En este Salmo encontramos una súplica que un hombre angustiado lanza a Dios, desde su situación de abandono y desamparo: «A Tí clamo, Señor... ».
Como vemos, este hombre emplaza a Dios a que pronuncie una Palabra sobre él, pues sabe que toda palabra que sale de la boca de Dios le dará la vida y le levantará de su postración y abandono.

Jesucristo es la Palabra hecha carne, que Dios envía para dar vida a todo hombre que, en sus angustias y aflicciones, se siente identificado con nuestro salmista. Escuchemos cómo inicia San Juan su evangelio: «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres» (Jn 1,1-4).
Esta Palabra-Vida, que es la salvación del hombre, la entendió muy bien el apóstol Pedro cuando, a la pregunta que Jesús, hizo a los apóstoles de si también querían marcharse, respondió en nombre de todos: «Señor, ¿dónde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68).

Volvamos al salmista que prorrumpe en una exultante alabanza a Dios porque ha sido escuchado en su oración. Es una primicia de la definitiva alabanza salida de Jesucristo cuando su Padre lo levantó del sepulcro. Recogemos sus palabras: «¡Bendito sea el Señor, que escuchó mi voz suplicante! El Señor es mi fuerza y mi escudo, en Él confia mi corazón. Me socorrió; mi carne florece y le doy gracias de todo corazón».

Jesucristo hace de su vida un continuo escuchar al Padre; por eso tiene conciencia de que puede ir a la muerte sabiendo que la Palabra-Vida que lleva consigo no puede morir, y es en sí la garantía de su resurrección.
Pero esta victoria de Jesús no es solamente para Él. Muere para hacer partícipes de su triunfo a todos aquellos que encarnan la Palabra-Vida. Le oímos hablar así en el siguiente texto: «Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano» (Jn 10,27-28).
Detengámonos en la secuencia de esta cita evangélica: «Las ovejas escuchan la Palabra», que las permite entrar en comunión con Dios. «Yo las conozco». A partir de esta comunión, pueden seguir al Hijo de Dios. «Ellas me siguen». Siguen a Jesucristo y ¿a dónde va Él? Sabemos que va al Padre (Jn 14,12). Por eso Jesús tiene autoridad para proclamar la gran promesa: «Yo les doy Vida eterna».
Todas estas promesas que hemos escuchado están cumplidas en Jesucristo y, al mismo tiempo, están contenidas en la Palabra. Ser cristiano significa que un hombre es tan sabio que acoge la Palabra como lo más importante de su vida. En ella, el hombre experimenta vivencialmente que Dios le ama con un Amor tan infinito y eterno como infinito y eterno es el Evangelio que le salva. Por eso nadie, ni siquiera la muerte, nos «arrebatará de su mano».

(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)

Toque: Es Navidad

Es Navidad

"María a los pies de Jesús escuchaba su Palabra" (Lc 10,39-42).
Muchas cosas buenas pasan junto a nuestra alma rozándola pero Maria queria muchísimo más que un simple roce, buscaba ese algo que la atravesase por completo.. y encontró el Algo: la Palabra que salía de la boca de Jesús envolvió por completo su alma y a ella misma. No es pues de extrañar que Jesús dijera: "María ha escogido la mejor parte". Escogió la Vida, el Evangelio... y Jesús atravesando su alma se encarnó en ella.

Es Navidad

(A. Pavía)

sábado, 22 de diciembre de 2018

¿QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5. (Lc 1,39-45) para el Evangelio del IVDomingo de Adviento 23-12-2018

El Evangelio de este domingo, nos presenta a María de Nazaret, con la Palabra ya hecha carne en su seno, yendo al encuentro de su prima Isabel. Riquísimas son las variantes catequéticas que como haces de luz surgen de este texto. Nos fijamos en la que fluye de las palabras que dice Isabel al final del pasaje: Eres Bienaventurada, es decir llevas el sello de Dios, no tanto porque tienes tu agenda llena de compromisos, reuniones, simposios..etc, sino porque te has creído el Anuncio que Dios te hizo llegar por medio del Ángel Gabriel y porque lo creíste, se cumplirá en ti, a pesar de ser el Imposible de todos los imposibles a los ojos de los hombres.
No hay cómo creer que Dios se haga carne en un ser humano, tú si lo creiste. Al llamarla Bienaventurada por hacer suyo el Anuncio sin matices ni recortes para hacerlo " más comprensible", está proclamando que toda ella quedó revestida del Espíritu de las Bienaventuranzas ( Mt 5,1-11). 
Un lector y oyente del Evangelio del Hijo de Dios es, al igual que María, Bienaventurado cuando acoge el Evangelio como es..sí..Imposible de cumplir, sin embargo confía humildemente que el Espíritu Santo se lo grabe en el alma. Entonces entiende todo..y el que así entiende, actua en consecuencia sin que le empujen ni presionen.

(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
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jueves, 20 de diciembre de 2018

Reflexiones al Salmo 89 (Saciarse De Dios)

Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación…” Bien cierto, que Dios ha estado siempre con mirada providente sobre nosotros; pero el problema es que nosotros no nos damos cuenta de ello…Él ha actuado en nuestra vida, y siempre hemos pensado en la suerte, la nuestra o la de los demás.

Normalmente hemos pensado que el otro tenía más suerte que yo. Y el salmista, inspirado por Dios, aclara esto que quizá nunca habíamos pensado: que Él siempre ha sido nuestro refugio.

Y continúa: “…antes de que naciesen los montes, desde siempre tú eres Dios. Efectivamente, antes que naciesen los montes…Los montes donde habitan nuestros pequeños dioses, que nos apartan de Dios. Estos dioses, aparentemente más agradables, nos apartaron de Dios. Eran más agradables porque nos hacían importantes a los ojos de los demás, no denunciaban nuestra conducta, y acallaban nuestra conciencia, adormecían nuestra fe, nos separaban de Dios.

Y Dios esperaba, y esperaba. Por eso dice el Salmo: “…aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan…” Y qué razón tiene el Salmo; todos hemos comprobado que, con el paso de los años, el tiempo vuela!!

Y si miramos un poco atrás, vemos lo que pudimos hacer y no hicimos, o lo que hicimos mal, porque Dios no era el Único; era, en el mejor de los casos, de los primeros alicientes de nuestra vida. Nos recuerda el Salmo: “…enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato…”

Un corazón que sepa discernir, porque  la vida se acaba y hemos de mirar nuestras manos vacías…Ahí está la sensatez. Solamente Dios podrá hacer prósperas las obras de nuestras manos, tal como termina el Salmo.


(Tomás Cremades) 

TUS TEXTOS

Este es el camino que yo elegí para ser hijo tuyo.

Estos textos, estas palabras que me envuelven y me evocan tiempos, momentos, lugares, espacios de mi vida, me hacen preguntas y me dan respuestas.

Y en esta conversación mía con tus palabras, estás Tú.

Detrás de cada una de ellas se abre un mundo de sabiduría que creas para mí, sólo para mí.

Y aquí, entre ellas, en tus textos, encuentro mi casa, hallé mi hogar

Aquí me has traído y aquí vuelvo cada día a navegar en este mar de palabras que susurran tu presencia y abren mi corazón a la Verdad………la única verdad.


(Olga Alonso)

domingo, 16 de diciembre de 2018

Salmo 26(25).- Plegaria del inocente

Texto Bíblico:

Hazme justicia, Señor, pues soy inocente,y confío en el Señor, sin vacilar.
Examíname, Señor, y ponme a prueba, pasa por el crisol mis entrañas y mi corazón: tengo ante los ojos tu amor, y camino en tu fidelidad.
No me siento con los impostores, ni me junto con los hipócritas.
Detesto las bandas de malhechores y no tomo asiento con los injustos.
En la inocencia, lavo mis manos,
 rodeo tu Altar Señor proclamando mi acción de gracias y contando todas tus maravillas.
Señor, yo amo la belleza de tu casa, el lugar donde reside tu gloria.
No me juntes a los pecadores, ni mi vida con los asesinos: tienen la infamia en las manos, su derecha está llena de sobornos.
Yo, en cambio, camino en la integridad. iSálvame, ten piedad de mí!
Mi pie está firme en el camino recto, en la asamblea, bendigo al Señor. 

Reflexiones. al Salmo 26: La belleza del Templo

El salmista, está siendo objeto de murmuración por parte de los que le rodean, pero sabe que es inocente, y es tal su confianza en Dios, que se conjugan en su alma la inocencia y la mansedumbre. 

No se defiende frente a nadie sino que se apoya íntimamente en Dios sabiendo que Él le hará justicia:
Su mansedumbre es la misma que en la plenitud de la revelación anunciará el Hijo de Dios: «Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán en herencia la tierra» 

El corazón de este hombre está preparado para contemplar la belleza del Rostro De Dios, y así lo manifiesta: «Señor, yo amo la belleza de tu casa, el lugar donde reside tu gloria». 

El Espíritu Santo le llena de sabiduría, y en él anticipa que el hombre verá un día la gloria de Dios en el templo que es Jesucristo, el templo donde el hombre de  siervo pasa a hijo. 

El profeta Ageo denuncia al pueblo de Israel a la vuelta del destierro, porque no encuentran tiempo ni recursos para edificar el templo en ruinas. Se preocupan más de sus asuntos, de sus propias casas, que de edificar la casa de Dios.

Jesucristo, en cambio,  prescindirá de procurarse una casa, puesto que su corazón está pendiente de levantar la casa de Dios.
Así, entendemos la respuesta de Jesús a aquel escriba: «Maestro, te seguiré adonde quiera que vayas. Dícele Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza» 

Para Jesucristo es más importante levantar con su propio cuerpo el verdadero y definitivo templo de Dios que afanarse en edificar una casa donde reposar. 
El Hijo de Dios solo reposó su cabeza en su muerte, donde brilló en todo su esplendor la gloria de Dios. A partir de este acontecimiento, el hombre puede amar la belleza del nuevo Templo y está capacitado para amar la sabiduría de Dios, que brilla en el santo Evangelio, 

Dar prioridad a la búsqueda de Dios por encima de nuestras legítimas y naturales preocupaciones, se llama edificar el templo de la belleza y la gloria de Dios dentro de nosotros mismos.


(Padre Antonio Pavía- Misionero Comboniano)

Salmo 27(26).- Junto a Dios no hay temor

El Señor es mi luz y mi salvación: ¿A quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida: ¿ante quién puedo temblar? 

En la tienda del Señor voy a ofrecer sacrificios de aclamación.
Tu rostro es lo que busco, Señor. 
¡No rechaces con ira a tu siervo, pues tú eres mi auxilio!
¡No me dejes, no me abandones, Dios, mi salvador! 

Cuando me asaltan los malhechores para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. 
¡Que acampe un ejército contra mí! ¡Mi corazón no temblará!¡Que me declaren la guerra! ¡Yo seguiré confiando!

Una cosa pido al Señor, y sólo eso es lo que busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su templo.
Pues él me esconde en su cabaña en el día de la desgracia; me oculta en lo escondido de su tienda, y me alza sobre una roca. 
Ahora levanto la cabeza sobre el enemigo que me cerca.
¡Voy a cantar y a tocar en honor del Señor! 
¡Escucha, Señor, mi grito de súplica, ten piedad, respóndeme! 
Oigo en mi corazón: «¡Buscad mi rostro!»
No me escondas tu rostro.
Mi padre y mi madre me han abandonado. Pero el Señor me ha recogido. 
¡Señor, enséñame tu camino! ¡Guíame por la senda llana, pues me están acechando! 
No me entregues al capricho de mis adversarios, porque se levantan contra mí testigos falsos, que respiran violencia. 
Espero ver la bondad del Señor en la tierra de los vivos. 
¡Espera en el Señor, mantente firme! ¡Ten ánimo y confía en el Señor! 


*Reflexiones al Salmo 27.- Señor, buscamos tu Rostro*
El salmo 27, es una continuación del anterior; el Espíritu Santo pone estas palabras en la boca de nuestro salmista: «Una cosa pido al Señor, y sólo eso es lo que busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor».
Vemos a este hombre no sólo con el deseo de una contemplación estática de la belleza del Templo que, personifica el Rostro de Dios; sino que, en una actitud activa, el salmista desea vivamente vivir con Dios y saborear su dulzura. 
¿Cómo puede un hombre mantener y llevar adelante estos deseos e impulsos cuando a veces tenemos la impresión de que Dios no aparece por ninguna parte, cuando miramos dentro y fuera de nosotros mismos y sólo percibimos su angustiosa ausencia? ¿Hay algún motivo para seguir confiando?
Dios nos responde por medio de su propio Hijo Jesucristo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca halla; y al que llama se  le abrirá» 
El Evangelio proclamado por Jesús es la Voz de Dios; quien la escucha saborea la dulzura de Dios como pedía el salmista; 

Aún en esta nuestra pobreza, aún cuando en la tentación bajemos a lo profundo de nuestros abismos, siempre queda, por muy débil que sea, el grito de nuestro propio corazón insatisfecho. Como dice san Agustín: «Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón no reposará hasta que descanse en Ti». 
Sean cuales sean los caminos por donde ha sido llevado un hombre y, por muy imperceptible que sea el grito de su corazón..., Dios lo oye, actúa y salva. No es en nuestros méritos, sino en las infinitas y misericordiosas entrañas de Dios, donde se apoya nuestra esperanza. 
Dios envió su Hijo al mundo para que todo el que se vuelva hacia Él buscando su rostro, sea cual sea su situación moral, no quede defraudado. 
Jesucristo, proclama esta buena noticia: «Venid a mítodos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.» 

Es en el Evangelio en el cual está transparentado en toda su plenitud el Rostro de Dios que busca el Salmista.)

(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)

viernes, 14 de diciembre de 2018

¿QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5. (Lc 3,10-18) Para el Evangelio del 3º Domingo de Adviento 16-12-2018

El pasado Domingo, Juan Bautista nos invitaba a preparar el camino al Señor y el Evangelio de hoy se abre con ésta pregunta que los judíos le hicieron: ¿Que hemos de hacer para preparar el camino al Señor que viene a nuestro encuentro?Cómo acogerle con esta realidad nuestra tan desajustada y a veces traumatizada?Juan tiene clara la respuesta y no se anda con rodeos, sabe bien que todo hombre que quiera encontrarse con Dios debe discernir a qué Dios escoge: si al Dios Vivo o al Dios muerto, al Dinero,  por eso les dice: " El que tenga dos túnicas dé una a quien no tiene, el que..." Jesús es totalmente explícito a este respecto: "No podéis servir a Dios y al Dinero" (Mt 6,24) Para que nuestra elección no se reduzca a un simple titular documental, hemos acoger el Evangelio como es..y no pasarlo por el aro de nuestras tibiezas. Me explico; el que piense que el Evangelio de Jesús está lleno de exigencias, es un pobre hombre que no ha entendido nada ni del Evangelio ni de Jesús, el Hijo De Dios. Un discípulo de Jesús, alcanza la libertad para disponer de parte de sus bienes en favor de los pobres..y lo hace sin que le dé una úlcera de estómago, como a los avaros. Un discípulo de Jesús, sabe que está haciendo la mejor inversión de su vida, inversión de la que ya disfruta en su paso por el mundo. Se llama: Sabiduría.


EL MAL SE VENCE A BASE DE BIEN

Esta afirmación, en los tiempos que corren, puede carecer de sentido: la venganza está presente en todos los estamentos de la sociedad. Es el “ojo por ojo y el diente por diente” de la Ley. Incluso está reflejado en la Escritura., hasta que vino el Hijo del Hombre, Jesucristo, a poner luz y taquígrafos en la ley. 

Las leyes humanas, en un ordenamiento jurídico actual, en la mayoría de los países civilizados de nuestro entorno, aplican con mayor o menor rigor las leyes humanas que permiten sobrevivir, con mayor o menor satisfacción por parte del individuo administrado.
Pero salvando este inicio, el texto quería referirlo a un tema más cercano, más, incluso, familiar, que se propicia por las pequeñas rencillas, que provocan grandes enfrentamientos. Va en aumento la llamada “violencia de género”, sobre todo contra las mujeres, como ser más débil en cuanto fuerza física, aunque también hay casos contra el varón.
No es este texto para buscar las causas que inducen a tan horrible situación, lacra de esta sociedad, que no sabe a dónde va. Nunca tales actuaciones podrán ser admitidas ni consentidas. Me refiero, más bien, a pequeños enfrentamientos “inter pares”, ente “iguales”, o más o menos “iguales”. Las desavenencias conyugales son un ejemplo de ello. Cítese como ejemplo la aspereza de la relación, el desinterés por el otro, el descrédito de actos bien realizados, quitando méritos a cualquier cosa incluso pequeña; el descrédito en público de la mujer al marido, o viceversa, considerando a éste o a ésta incapaz de determinada situación…Los silencios entre personas que conviven en una casa, padres, hijos…que muchas veces son más elocuentes que las propias palabras…
Pero hay desavenencias entre trabajador y jefe, hay desavenencias incluso en la calle, en el tráfico…Y me pregunto: ¿A dónde va la humanidad? ¿Estamos condenados a esta infelicidad? ¿Es que no se encarga ya la vida misma, con sus propios quehaceres, de hacernos difícil la convivencia, para añadir más leña al fuego?
Existe solución. Y la solución pasa por levantar los ojos a Dios. El mal se vence a base de bien. No responder al mal con el mal; no responder con el:”tú más”, vergonzante de los políticos, de algunos, no de todos. 
Esto requiere mucha paciencia, y sobre todo, en primer lugar, “tomar conciencia” primero de la existencia del problema, y poner en práctica el precepto evangélico: No hacer  a otro lo que no quieres que te hagan a ti.
El Evangelio, única forma de conducta fiable, fiable para la Vida que anhelamos, nos pone Luz en nuestras tinieblas, la Luz de Cristo. Nos dice Jesús, en el discurso Evangélico de las Bienaventuranzas: “…Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no os resistáis al mal; al que te abofetee la mejilla derecha, ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, ofrécele también el manto; y al que te obligue a andar una milla, vete con él dos…” (Mt 5, 38 y ss)
 
¿Queremos seguir a Jesús? La respuesta está dada. 
Si todas las religiones tienen una “semilla de Dios”, la única que mantiene estos preceptos es la de Jesucristo, la religión Católica.

(Tomás Cremades)
 

jueves, 13 de diciembre de 2018

ENTRASTE EN JERUSALÉN

Entraste en Jerusalén sin esconderte , ante todos , mostrando frente a aquellas personas que te aclamaban tus intenciones, sin estratagemas , sin engaños .


Asi, con esa misma limpieza y esa pequeñez comienzas este día tratando de acceder a ese Jerusalén que es nuestro corazón,  para ser allí,  donde levantamos nuestros altares,  el lugar en el que quieres morir y resucitar ,


Por eso tú muerte en el madero es para cada uno de nosotros una llamada a nuestra puerta, a la de nuestro corazón, para culminar la razón por la que viniste a este mundo .
Una llamada a nuestro Jerusalén interior para que abramos y te dejemos paso entre las piezas que sostienen nuestra vida.
Para que te permitamos subir al Calvario a ese calvario interno que cada uno tenemos en el interior.
Hasta allí llegas para llenar de vida lo que estaba muerto.
En este domingo en qué acudimos a que tu agua impregne de bendiciones nuestro Ramo, ponemos en tus manos nuestro corazón para que lo alcance ese agua que es tu palabra .

Este corazón nuestro que tanto necesita de tu bendición y que se dispone a abrir la puerta para dejarte entrar en  humildad como lo hizo Jerusalén  y acoger en nuestro interior tu muerte que es la nuestra y despertar contigo así a tu resurrección.


(Olga Alonso)

domingo, 9 de diciembre de 2018

EL LEON RUGIENTE

 La Escritura siempre es Buena Noticia,  y hoy nos trae un pensamiento inspirado en el Salmo 56, con referencia a la “Oración matutina de un afligido”. 

El salmista anuncia que se cobija a la sombra de sus Alas, mientras pasa la calamidad. Simplemente retoma lo mismo que dice el Salmo 35: “…los humanos se refugian a la sombra de sus alas…” y es que estas alas no son otra cosa que los Brazos abiertos de Cristo en la Cruz, donde toda la Humanidad se refugia, “mientras pasa la calamidad”. Y entrecomillo esto, porque la calamidad es patrimonio de cada cual; cada uno vislumbra sus propias calamidades; las propias, fruto de sus propios desatinos frente a los acontecimientos de la vida, y los ajenos, los que le viene heredados de la vida que le rodea.

El salmista no se deprime ante la adversidad; invoca a Dios seguro de su intervención a favor, salvándole de los que ansían matarme, nos dirá. 

Quizá en esos tiempos de escasa justicia, la vida de cada cual tenía poco valor, y las personas eran conscientes de la precariedad de la misma. Ahora no existe ese peligro inminente, en cuanto a la posibilidad inmediata de recibir un ataque que acabe con nuestra vida. Pero lo que sí es cierto es que la vida de nuestra alma está en peligro más que nunca, o al menos, los peligros que se cernían sobre el alma, siguen vigentes con la misma virulencia.

Es tal la angustia del salmista, que se encuentra como echado entre leones. Imaginemos la escena: una persona rodeada de leones, no le da tiempo ni tan siquiera a echarse. Es, inmediatamente, devorada. Esta situación en  metáfora, es para decir hasta qué punto el diablo está detrás de nuestra alma. 

Lo recuerda la carta de san Pedro (1P 5, 5-8): “…mirad que vuestro enemigo, el diablo, ronda como león rugiente, esperando quién devorar…”

Y continúa el Salmo: “…han  tendido una red a mis pasos para que sucumbiera, me han cavado delante una fosa, pero han caído en ella…”. Recuerdo de niño, en las películas de cazadores que vivían en las selvas de África, la forma en que nos enseñaban entonces la caza de los leones. Eran películas exentas de sensualismo pecador, en las que el cazador se enamoraba de la chica, todo imagen de la belleza femenina, sin caer en el erotismo que posteriormente introdujo el diablo, - el león rugiente -, para desvanecer el concepto de “amor” por el concepto del”sexo”.

Pero al margen de esta pincelada, la caza del león se presentaba así: se excavaba en el campo un gran pozo, que se tapaba con ramas, en el camino por donde se presumía iba a pasar el león. Y, traspasada la trampa se colocaba un “chivo expiatorio”, un animal atado para que no pudiera escapar, para atraer al león. Éste, al ver su presa se lanzaba sobre ella, y, al pisar la trampa, caía, y era apresado.

Así es un poco en la vida. Se nos presenta en lugar del chivo los placeres del mundo: el dinero, el poder, nuestro “ego” por encima de todo, la droga, el sexo…y es atrayente, naturalmente. Y nos lanzamos a por ello. Somos como el león rugiente, ha entrado el demonio en nuestra alma. Es la fosa que han cavado en nuestro camino. Bien lo entendió el salmista, aunque nos dice: “…pero han caído en ella…”

Recemos que el Señor nos dé esa Sabiduría, para evitar la caída en el pecado; Sabiduría con mayúscula, que es la que procede de Dios, pues, “aunque uno sea perfecto ante los hijos de los hombres, sin la Sabiduría que procede de Ti, será estimado en nada…” (Sb 9)


(Tomás Cremades)

sábado, 8 de diciembre de 2018

¿QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5. (Lc 3,1-6) para el Evangelio del II Domingo de Adviento 9-12-2018.

"Allanad el camino al Señor", nos dice hoy Juan Bautista recogiendo la exhortación de Isaías (Is 57,14). La exhortación es atrayente, pero ¿Cómo allanar el camino al Señor, si por más que nos servimos de la moral o de la ética, tenemos querencia a caminar según nuestras obstinaciones que distorsionan la verdad y hasta doblegan nuestra libertad?
Deseamos allanar el camino al Señor, pero dudamos y desconfiamos de su compañía, no estamos  muy convencidos de que bajo su tutela nos realicemos como personas, por lo que sentimos el impulso de hacer nuestro camino por la vida a nuestro aire, por más que sus socavones nos hieran una y otra vez. Quizás ha llegado el momento de decir basta a tantas heridas, a tanta sangría interna, y ante nuestras impotencias suplequemos a Jesús el Señor que sea Él mismo quien allane nuestro camino, que cargue con las piedras y las arroje a sus linderos, que siembre en nuestro corazón el deseo de conocer a su Padre como nuestro Padre. Quizás sea en este Adviento cuando por fin tomemos conciencia de que lo que dice Jesús en su Evangelio : "Nadie va al Padre sino por mi.." ( Jn 14,6) no era algo fantasioso sino la razón de nuestro paso por el mundo. Ojala digamos al Señor en este Adviento: Aquí estoy, quiero dejarme conducir por Tí...

(P. Antonio Pavía)

viernes, 7 de diciembre de 2018

QUE ASI SEA

Que entre tu luz en nuestro corazón y lo invada todo

Que ilumine lo recóndito, cada esquina, cada espacio y convierta nuestra tiniebla en luz

Que no quede recuerdo de esa oscuridad que habitó en nosotros y que sintamos tu presencia, dentro , muy dentro

Que esa luz nos acompañe y nos guarde; y que nos preserve en las noches oscuras del alma

Y que un día, seamos completamente seres de Luz, a tu lado, contigo en el Cielo.


(Olga Alonso)

jueves, 6 de diciembre de 2018

CONDICIONES PARA SEGUIR A JESÚS

Mucha gente acompañaba a Jesús; Él se volvió y dijo: “Si alguno viene a mí, y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar”. O ¿Qué rey si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si, con diez mil hombres, podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia  a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío”. (Lc 14, 25-35)  

Mucha gente acompañaba a Jesús, pero, según se desprende de la lectura del Evangelio, Él iba por delante, pues se volvió a ellos. Ya que el hombre es incapaz de convertirse, - que es lo que significa “volverse” -, (del latín: cum vertere= volverse hacia), es Jesús tiene que darles su frente, volverse, enfrentarse. 

Jesús sabe que le siguen porque su Mensaje es atractivo, que predica un Reino desconocido hasta entonces, y todos quieren encontrar un hueco en ese Reino. No olvidemos que los apóstoles discutían por el camino quién sería el mayor el reino, (Lc22,24), e incluso la madre de los Zebedeos solicitaba a Jesús un puesto a la derecha y otro a la izquierda.(Mc 10, 35-40)

Jesús aclara las características del seguimiento: “Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. Y es que la cruz de cada día se puede llevar al hombro, como Jesús, o se puede llevar “a rastras”, tirando de ella, protestando por su peso…

Hay otros evangelistas que en su alocución son más “duros”; dicen: el que no odia a su padre, o a su madre,…etc., no puede ser discípulo mío. De ahí la palabra subrayada. Pero en cualquier caso hay que entender a Jesús: no se trata de odiar, naturalmente; ni tan siquiera de “posponer”. El padre, la madre, la familia, tiene su papel en la vida del hombre, y tiene su sitio en ella. Jesús no dice que la abandones. Dice “posponer”. 

En la vida hay muchas ocasiones en que no nos atrevemos a contrariar a los hijos en su educación, sobre todo religiosa, por miedo a que se nos vayan…Si los hijos  se van a vivir con la novia, miramos para otro lado, para no perderlos. Si no van a Misa los domingos, no tenemos argumentos para hacerles reconsiderar su posición…Hay que corregir con autoridad, con mansedumbre y con argumentos. Hay que hablar con ellos…si es que antes no se ha hecho. En ocasiones, por el hecho de no estar atentos a la educación de los niños, éstos se dejan aconsejar antes por el amigo de turno que por los padres. Y los padres, lo saben y no saben cómo actuar.

El camino de seguimiento a Jesús no es fácil. Pero es posible seguirlo, pues él no nos puede pedir imposibles. Pero hemos de estar preparados antes de que llegue ese momento.

Por eso nos dice que hay que “calcular los gastos antes de construir la torre”. Antes de que lleguen los momentos de transmisión real de la fe, hay que “calcular” esos gastos, que son los impedimentos que han de llegar para que no se transmita. 

Si no lo calculamos bien, si miramos para otro lado, si creemos que esa forma de amar a los hijos es con “condescendencia” para que no nos abandonen, además de una “mala educación”, es preferir al hijo, hija, mujer, padres….antes que a Dios.

De igual manera, en el uso de los bienes materiales, hemos de ser capaces de dar al dinero el lugar que le corresponde; es necesario para vivir, pero no podemos hacer cualquier cosa por dinero. Hemos de saber decir: no! cuando algo que se nos ofrece prefiere el dinero o los bienes antes que a Dios.


(Tomás Cremades)

lunes, 3 de diciembre de 2018

Crea en mí un corazón puro.. (Del Salmo 50)

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
Renuévame por dentro con espíritu firme,

Como David... Señor yo te pido que crees en mí un nuevo corazón... si Tú no lo construyes, en vano me cansaré yo... un paso adelante y otra vez al mismo sitio...y Señor, después de CREAR un corazón nuevo en mí, dame un espíritu firme, para que pueda construir sobre roca... no sobre arena y así, la tentación no derribe lo construido.

ESTE ES NUESTRO DIOS

(Carmen Perez)

viernes, 30 de noviembre de 2018

Salmo 33(32).- Himno a la providencia


Texto Bíblico

Alabad, justos, al Señor,
la alabanza es propia de los rectos.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.

Cantadle un cántico nuevo,
tocad con maestría en el momento de la ovación.

Pues la palabra del Señor es recta, y todas sus acciones son verdad.
Él ama la justicia y el derecho, y su bondad llena la tierra.
Con su palabra el Señor hizo el cielo, con el soplo de su boca, sus ejércitos.
Contiene con un dique las aguas del mar, mete los océanos en depósitos.
Tema al Señor la tierra entera!
¡Tiemblen ante él los habitantes del mundol

Porque lo que él dice, sucede; lo que ordena, se cumple.
El Señor deshace los planes de las naciones, y frustra los proyectos de los pueblos.
El plan del Señor permanece para siempre,
los proyectos de su corazón, de generación en generación. 
 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él escogió como heredad.
Desde el cielo contempla el Señor
y ve a todos los hombres
Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él formó el corazón de cada uno,
y discierne todas sus acciones.No vence el rey por su gran ejército,
ni el valiente se libra por su mucha fuerza.
Vana cosa es el caballo para la victoria,
toda su fuerza no ayuda a escapar. 
El Señor cuida de los que lo temen,
de los que esperan en su misericordia, 19 para librar su vida de la muerte,
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor. Él es nuestro auxilio y escudo.En él se alegra nuestro corazón,
en su nombre santo confiamos.Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros
como lo esperamos de ti. 

Salmo 33.- Somos su pueblo


Este salmo es un himno a la providencia de Dios. Dios permanece para
siempre, y con Él los hombres que han incubado la Palabra en su interior. El
salmista invita al pueblo a gritar: «Alabad, justos, al Señor, Cantadle un
cántico nuevo, tocad con maestría en el momento de la oración».
El pueblo de Israel es consciente de que la obra que Dios hace con sus hijos es
firme y estable por siempre. «El Señor deshace los planes de las naciones y
frustra los proyectos de los pueblos. El plan del Señor permanece para
siempre, los proyectos de su corazón de generación en generación».
El profeta Isaías exhorta al pueblo a no desmayar en su confianza en Dios:
«Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú que tienes miedo del mortal y del
hijo del hombre, equiparado a la hierba? Olvidas a Yahvé, tu hacedor, el que
extendió los cielos y cimentó la tierra; Yo he puesto mis palabras en tu boca y
te he escondido a la sombra de mi mano, cuando extendía los cielos y
cimentaba la tierra, diciendo a Sión: mi pueblo eres tú»
El salmista se siente privilegiado por ser hijo del pueblo de Israel: «Dichosa la
nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se escogió como heredad».
Jesucristo, rompió con su muerte y resurrección el muro que separaba dos
pueblos: el escogido: Israel, y los gentiles, que no habían recibido la
revelación de Dios. «Porque Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo
uno derribando el muro que los separaba, la enemistad... para crear en sí
mismo, un solo hombre nuevo, haciendo la paz...». El signo de identidad de
sus hijos es que son uno en Cristo Jesús. «ya no hay judío ni griego; ni
esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo
Jesús»
Todos los hombres que pertenecen a este pueblo, permanecen para siempre
pues, habiendo acogido la palabra de Dios, llevan el sello de la eternidad:
«Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo... la hierba se
seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece para
siempre»
Jesús, afirma que Él permanece en el amor del Padre porque ha guardado sus
mandamientos, es decir, su Palabra: «Si guardáis mis mandamientos
permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi
Padre y permanezco en su amor.
 Nosotros esperamos en el Señor, Él es nuestro auxilio y escudo. En Él se
alegra nuestro corazón, en su nombre santo confiamos. Los Apóstoles tenían
conciencia de la novedad que suponía la revelación de Jesucristo. Cómo, el
ansia de todo hombre, que es amar y ser amado, tenía en Él su plenitud. Por
eso, esta auténtica novedad para el hombre era un punto central en su
predicación: en la primera Carta de Juan, donde se identifica el vivir el amor

de Dios con la victoria sobre el mal. «Os he escrito a vosotros, hijos míos,
porque conocéis al Padre. Os he escrito, padres, porque conocéis al que es
desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de
Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno»