DANOS UN CORAZON NUEVO
“Moisés permitió el divorcio entre vosotros por la dureza de vuestro corazón” dijo Jesús a quienes le preguntaron acerca del matrimonio. El corazón del hombre se enquista cuando prescindiendo de Dios y su Sabiduría se erige en único árbitro para decidir lo que es el bien y el mal. He ahí la raíz del pecado original; Eva -que también representa a Adán- alargó su mano hacia el árbol llamado de la Sabiduría del bien y del mal, comió de él y encontró su fruto excelente para alcanzar sabiduría (Gen 3, 6). He ahí el gran problema de la Humanidad; regirse por su propia sabiduría tan expuesta al subjetivismo, también a las soluciones fáciles ante problemas cruciales, apelando incluso a la dignidad de las personas. La cuestión es que cuanto más prescindimos de la Sabiduría de Dios, más se petrifica nuestro corazón… llegando a considerar como normales y hasta beneficiosos inclinarse devotamente ante realidades destructivas como son el divorcio, el aborto, etc. Nuestra esperanza es que El Hijo de Dios, cumple en todo aquel que se lo pide lo que le suplicó David envuelto en un mar de lágrimas: "Señor, crea en mi un corazón nuevo" (Sl 51, 8).P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
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