viernes, 5 de agosto de 2016

Toques del Alma 198 (por el padre Antonio Pavía)

La fantasía es peligrosa, pero es como la sal, que si no se abusa de ella, da sabor a la comida. 

Si los santos no hubiesen tenido su pellizco de fantasía habrían tenido tanto miedo al Evangelio que lo hubiesen dejado de lado y, por supuesto, ni habrían sido santos ni habrían levantado el alma de nadie.

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