Un grupo de pastores pernoctan en las afueras de Belén, vigilando por turnos sus rebaños. Vigilan ya que eran frecuentes los robos de ovejas y tenían que defenderse como pudiesen: piedras, puñales, estacas..etc. Como entre ellos tenían fama de ladrones, no podían entrar en el Templo. Pues bien; en medio de la noche, estos hombres fueron visitados por Dios, por medio de unos ángeles que les dijeron: " Os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor..( Lc 2,10 ) A continuación viene la sorpresa, lo inaudito y que caracteriza a los verdaderos buscadores de Dios. Estos pastores, avezados a defender sus pertenencias por medio de la violencia,echan a correr monte abajo; desean llegar cuanto antes al encuentro de su Salvador..del Hijo de Dios que se les acaba de anunciar. Casi sin aliento llegaron al pesebre, y junto a José y María encontraron la Luz y Razón de ser de sus existencias: Jesús, el Señor. Un buscador de Dios sabe liberarse de " esas cosas " que entorpecen la firmeza de sus pasos. Corren ligeros de equipaje..!!! Como pesan los dioses adquiridos !! Un buscador de Dios va sabiendo desprenderse progresivamente de lo que le amordaza el corazón y también el alma con tal de poder encontrarse un día abrazado a Dios.
Tres hombres de una región cercana a Palestina han oído hablar, quizás por los viajantes de comercio, que ha nacido en Israel un niño, que según anunciaban sus profetas, era el Mesías, el Rey de los judíos. Los tres, a quienes conocemos con los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar se ponen en camino para conocerle y homenajearle. Les mueve el hecho de que Israel es la única nación en todo el entorno, que es monoteista, lo que da a sus creencias, gran credibilidad. Movidos por " este fuego interior" emprenden el viaje, tan penoso como peligroso, a causa de los asaltantes de las caravanas. Llegan a Jerusalén gozosos, pero por poco tiempo.A Herodes no le gustó nada oír hablar de "un tal Rey de los judíos" y los dirigentes religiosos se pusieron de perfil para no desairar al monarca. La única información que recibieron nuestros amigos fue, que según las Escrituras, el Mesías nacería en Belén. Ante tanta indiferencia por parte de todos, cualquiera se hubiese desanimado; estos tres hombres no. Habían dejado sus casas y seguridades en búsqueda del Hijo de Dios y no iban a volverse sin encontrarle y adorarle. Dios premio sus desvelos; colmó " el hambre de sus almas" Caminaron hacia Belén, encontraron a Jesús y le adoraron. He ahí la respuesta de Dios a quienes le buscan con sincero corazón y con el riesgo de ser objeto de desaires e incluso de burlas. Terminan adorando con el Fuego de sus " almas hambrientas" a quien tiempo atrás empezaron a buscar. Le buscaron porque no podían aceptar que su vida se redujese sin más a lo que abarcaban con sus sentidos. ( Mt 2,1-12 )
Hoy hablamos de Natanael, aquel que al decirle Felipe, que había encontrado al Mesías- Jesús de Nazaret- le respondió con sarcasmo : ¿ De Nazaret puede salir algo bueno ? ( Jn 1,45-49 ) El caso es que cuando llegó ante Jesús, este le dice: " He aquí a un israelita en quien no hay engaño " Natanael se sorprendió ante estás palabras y entonces Jesús añadió: Te vi cuando estabas bajo la higuera.Natanael, con la luz de la fé en su alma proclamó: ¡ Tú eres el Hijo de Dios ! Nos preguntamos que aconteció para que Natanael pasará de la incredulidad-sarcasmo a tan luminosa confesión de fé. Resulta que la expresión. "estar debajo de la higuera" se aplica a aquellos que, aún yendo a la sinagoga para cumplir con la ley, que no está mal, necesitaban buscarle con mayor profundidad y se iban bajo un árbol para llevar y guardar en el corazón las Escrituras que los rabinos les habían proclamado. Natanael estaba pues, rumiando la predicación que acababa de escuchar en la sinagoga, para asentar Palabras de Vida en su interior. O sea, había dado el paso de " Cumplir con Dios" al de " Estar con El " Natanael representa a los verdaderos buscadores de Dios. Jesús viendo la transparencia de su corazón dijo : " No hay engaño en él " A los que son como Natanael se refirió Jesús al proclamar : " Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios " ( Mt 5,8 )
Simeón, un anciano de Israel, percibe en lo íntimo de su alma, la intuición de que no morirá, sin antes ver al Mesías prometido por Yavhe. Este hombre es un verdadero buscador de Dios, ante esta promesa va cada día al Templo esperando su cumplimiento, pues sabe que un día sus padres lo llevarán allí, como prescribía la Ley. Simeón actúa con fe profunda; no pide a Dios una señal para reconocer al Mesías: una luz en sus manos, estrellas en la frente etc..por eso le presentamos como buscador fiel a Dios. Va al Templo todos los días llueva, haga calor o nieve. Quiere ver con sus ojos al Salvador profetizado y ningún impedimento: cansancio,malestar, e incluso dudas le hace desistir de su búsqueda.Sabemos que Dios premió su fidelidad y constancia. ( Lc 2,25-32 ) Todo encuentro decisivo con Dios, es fruto de dos fidelidades: la del buscador, como por ejemplo, la de Simeón, y la de Dios que, a su tiempo, ilumina las entrañas de sus buscadores, como diciéndoles: Me has buscado, a veces entre brumas e incluso tienieblas y ya ves..!!! Estoy contigo !!
Hoy hablamos de una mujer, presentada por Lucas, como pecadora pública. Está alejada de Dios, y en cuanto tal nos representa a todos. Ha oído hablar de Jesús y sabe que está comiendo en casa de un fariseo. Aún así, desafiando rechazos e incluso insultos por parte de los comensales, decide, pase lo que pase, ir a su encuentro. Es consciente de que es su ocasión para encontrar la Vida, y no quiere desaprovecharla. Entra pues en la casa; sus ojos encuentran a Jesús y acercándose, se arrodilla a sus pies y se los lava con sus lágrimas. Para entender mejor el gesto de esta mujer, es necesario saber que los pies, en la Espiritualidad de la Palabra, simbolizan el Evangelio del que emana la Vida. Está mujer probablemente oyó, de niña en la sinagoga profecías mesiánicas, como por ejemplo esta : "Que hermosos son los pies de los que anuncian la Buena Nueva .." ( Is 52,7 ) Ninguno de los comensales reparó en que está profecía se cumplía en Jesús; ella si; por eso se abrazó a sus pies...a Él, como estaba profetizado en el Cantar de los Cantares: " Encontré el amor de mi alma, lo he abrazado y jamás lo soltaré.." ( Ct 3,4a ) Así hizo: se acercó a Jesús y con sus besos y lágrimas y lo retuvo en el regazo de su corazón. Jesús la perdonó todo porque en su audaz búsqueda demostró que le amaba " con todo su corazón, con toda su alma y con toda sus fuerzas. " ( Dt 6,4. )
Jesús va a Jericó. Al salir de la ciudad con sus discípulos y una muchedumbre, un ciego que pedía limosna, preguntó el porqué de tanto ruido. Le dijeron, que era a causa de Jesús de Nazaret, que acababa de pasar por su lado. Entonces Bartimeo , este era su nombre, se dijo a si mismo: Esta es mi oportunidad; ahora o nunca, y se puso a gritar: ! Jesús, ten piedad de mí ! Aparentemente, Jesús no le hizo caso..Esto nos ha pasado a todos, ¿ No es cierto? Aún así,el ciego sigue gritando. Muchos le increpan: ¡ Cállate! ¿ No ves que no le importas? Sin embargo el ciego no desiste, redobla sus gritos. Jesús, le manda llamar y él arrojando su manto, llegó donde Jesús. El manto simboliza el interior de la persona. Nuestro amigo al saber que Jesús le llamaba, se deshizo del hombre viejo que era: dependiente del mal y de la mentira, para llegar a ser el Hombre Nuevo del que nos habla San Pablo ( Ef 4,17-24 ) Este pasaje es una catequesis fortísima sobre los verdaderos buscadores de Dios. Veamos porque: Una vez curado podía haber dicho: Ojos nuevos,vida nueva, e irse a su casa. Pero no; había encontrado a Jesús y comprendió que seguirle, era lo mejor que le podría pasar en su vida. Por eso, como nos dice Marcos: "...le siguió por el camino"
Hoy hablamos de un buscador de Dios, Pedro, de quien es muy fácil encariñarse quizás porque nos parecemos bastante a él. Vamos a verle después de sus tres negaciones a Jesús. Nos lo imaginamos en su noche de lágrimas, noche con su corazón quebrantado por tanto dolor. Noche de abatimiento, también de amor a Jesús, que nos permite ver su gigantesca grandeza. Lo mas fácil para él, después de sus caídas, habría sido desaparecer; poner tierra por medio y volver a Galilea, a su barca y sus redes. No lo hizo: ¿ Porque ? Porque a pesar de sus traiciones a Jesús, las huellas que Él había dejado en su corazón, eran su tesoro, y no quería perderlo...Decidió esperar para comprobar si era verdad que Jesús iba a resucitar, o no. Esperar, suponía para él, la humillación de volver al grupo de los Apóstoles que sin duda conocían su cobardía.No, no era fácil para él, volver junto a ellos. Jesús, le había nombrado cabeza del grupo, y su amor propio, todos sabemos lo venenoso que puede ser, le frenaba. En la imponente grandeza de su amor a Jesús, volvió, posiblemente, muerto de vergüenza, al grupo. Jesús, sabedor de su terrible combate, también de los nuestros, se sentó junto a él en la arena del mar y abriéndo su corazón, le preguntó tres veces: ¿ Me amas ? ¿ Sabéis una cosa ? Estas tres preguntas de Jesús: ¿ Me amas ? es el Patrimonio de infinita riqueza, que tenemos los Discípulos de Jesús. No nos lo dejemos arrebatar.
Fijamos nuestros ojos en Lidia, una mujer que nos sorprende por su interés en su búsqueda de Dios. Nos atrae, porque le busca con su corazón y con su alma. Tengamos en cuenta que alma y corazón comparten significado en la Espiritualidad de la Palabra. Vamos a los hechos. Pablo y Timoteo llegan a la ciudad de Filipos y se dirigen a la orilla del río para orar discretamente. ( Hch 16,11 - 15.) Allí se topan con un grupo de mujeres lavando la ropa en el río. Pablo y Timoteo aprovechan esta circunstancia para a anunciarlas el Evangelio de Jesús. Nos llama la atención que Pablo puntualiza lo siguiente: " una de ellas llamada Lidia nos escuchaba." El Señor, comenta Lucas, le abrió el corazón, para que se adheriese a las palabras de Pablo " Nos parece maravilloso, pero..¿ Y las demás mujeres ? Quizás fueron a escuchar la Palabra, por curiosidad, por descansar un poco de sus trabajos..etc. O sea que oyeron a Pablo y Timoteo sin percatarse de que tenían Palabras de Vida Eterna para ellas. No fue esa la actitud de Lidia; es como si intuyese que estaba ante la ansiada oportunidad para encontrar al " Dios Vivo " al que tantas veces había rezado, por ejemplo en los Salmos ( Sl 42,1-3 ) ( Sl 84,1-3 ) Estás intuiciones se tienen cuando rezamos con los labios del corazóna mas que con los de la boca. Lidia, " comía y bebía en su alma la predicación de estos dos discípulos de Jesús y por eso mismo, " El Señor le abrió el corazón para que - su corazón - se adheriese a las palabras de Pablo" ; Palabras habitaron en ella, como nos dice Jesús ( Jn 14,23 ) Dios cumplió en ella esta promesa ya anunciada: " Entonces, buscarás a Yavhe tu Dios, y le encontrarás si le buscas con todo tu corazón y con toda tu alma" ( Dt 4,29 ) Así buscó a Dios Lidia, y le encontró...y le encuentran todos los que así le buscan.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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