viernes, 19 de abril de 2019

REFLEXIONES SOBRE EL EVANGELIO DEL Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor Ciclo C (Jn 20,1-9) 21-04-2019

En este Evangelio vemos a María Magdalena que, desafiando toda prudencia, esa que paraliza el amor del alma, sale de madrugada hacia el sepulcro donde habían enterrado al Señor. Todos habían dado por finalizada la aventura de ese tal Jesús y sus pretensiones de ser el Hijo de Dios. Decía que Dios era su Padre y el hecho es que Éste no hizo nada por evitar su muerte. Aun así, esta mujer, elevándose por encima de la realidad tangible se encamina al sepulcro sostenida por la Palabra que Jesús había proclamado: ¡Resucitaré al tercer día! Con la Fuerza de esta Palabra, María Magdalena se adentra en la oscuridad, desafiando el peligro de los salteadores que se apostaban junto a las murallas. No le importa su vida porque busca la Vida. Sabemos, por los versículos que siguen al Evangelio de hoy, que encontró lo que buscaba, que la Vida le saliera a su encuentro, y ¡vaya que si salió!; Jesús Resucitado, la llamo por su nombre: ¡María!  Al oírlo, esta mujer bendijo el momento en el que decidió rebelarse, ante la realidad adormecededora y conformista, para buscar en la noche a Jesús... su corazón se elevó hasta el cielo, allí donde el nombre que Jesús acababa de pronunciar habia quedado escrito por siempre.
María Magdalena nos representa a todos, es el espejo de todos los que, desafiando la tiranía de lo tangible, se elevan desde su alma inquieta y no descansan hasta que Jesús les llama por su nombre, lo que significa el culmen de su elección al discipulado.

(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
www.comunidadmariamadreapostoles.com

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