Jesús dice a sus discípulos- de todos los tiempos- que ya no les llama siervos sino amigos porque gracias al Evangelio que le anuncia tienen acceso al ámbito, a la intimidad con el Padre. De hecho, les añade, el siervo no sabe nada del señor a quien sirve pues se limita a servirle sin más. Jesús dice a sus discípulos que les llama amigos porque comparte con ellos las palabras que recibe del Padre, ellas son su Fuerza y su Sabiduría para poder cumplir su misión... para, como escribe Pablo, pueda obedecerle hasta la muerte y muerte de Cruz (Fil 2,6-8). Jesús llama amigos a sus discípulos por el vínculo sobrenatural que supone la Palabra, El Evangelio compartido desde el corazón donde, como María, lo guardamos cuidadosamente. Un último punto que nos tendría que provocar un estallido de gozo: En la Espiritualidad Bíblica la palabra amigo sobre todo en este contexto de la Última Cena significa... ¡¡Mi otro yo!! Así pues allí donde hay un discípulo o discípula de Jesús está el otro yo del Señor Jesús... ¡¡Lo dijo Él mismo!!
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
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