Llevamos en nuestros genes el impulso de sobresalir ante los demás y de esto nos habla Jesús. Impulso que alcanza también a sus discípulos a quienes vemos a veces discutiendo acerca de quién es el primero, hasta que un día Jesús les dice : "El que quiera ser el primero, que se haga el último" (Mc 9,35). No está Jesús invitándoles a anularse como personas, les y nos está mostrando el camino para triunfar en la vida. Él mismo, como nos dice Pablo, se hizo el último, aceptando un juicio inicuo y una muerte vergonzosa, sin embargo hoy toda lengua le confiesa como Señor-Dios (Fil 2,7-11). Pablo entendió muy bien que nuestras perspectivas de grandeza se realizan desde Dios y que son un fracaso desde quien las busca a ras del suelo. El mismo Pablo que dice que Jesús ha asignado a sus discípulos el último lugar en el mundo.. repito que vive a ras del suelo..(1 Co 4,9), proclamó gozoso que Jesús le ha concedido la gracia, el poder de anunciar por medio del Evangelio su inexcrutable riqueza (EF 3,8).
No hay mayor riqueza y encumbramiento que poder, movidos por el Espíritu Santo, penetrar el Misterio de Dios oculto en el Evangelio, ni mayor satisfacción que compartirlo con los hombres por medio de la predicación.
No hay mayor riqueza y encumbramiento que poder, movidos por el Espíritu Santo, penetrar el Misterio de Dios oculto en el Evangelio, ni mayor satisfacción que compartirlo con los hombres por medio de la predicación.
(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
comunidadmariamadreapostoles.com
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