lunes, 22 de febrero de 2021

Las Tablas del corazón

En su caminar por el desierto Israel toma conciencia de que es un pueblo distinto a los demás, que necesitaron inventarse dioses que les salieran al paso de sus inquietudes y necesidades. Israel sabe que ha sido escogido por Dios para proyectar su luz en el mundo (Sb 18,4). Conoce en el desierto a Dios que le cuida, protege, fortalece… pero sobretodo, y esto supone un salto dimensional respecto a los demás pueblos, le oye, ha podido escuchar su Voz en medio del Fuego  en el Sinaí y deja constancia de ello (Dt 4,12-14). Aún así, los israelitas se chocan con un muro insalvable a la hora de guardar en su corazón la Palabra escuchada. Sus profetas  exhortan incansablemente al pueblo a pasar las Palabras de las Tablas de la Ley a las de su corazón pero el muro cierra implacablemente el paso a sus propósitos (Prv 3,3). Sólo Dios podría derribar la muralla que a todos nos separa de Él. Lo hizo encarnándose. Vemos a Jesús, una vez resucitado, ir como Buen Pastor al encuentro de sus dos discípulos de Emaús… imagen de los que nos frenamos ante el bloque de granito, y  grabó con su Fuego el Evangelio en sus corazones. Oigamos su testimonio: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba-partía las Escrituras? (Lc 24,32).

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

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