Recordamos la queja que Marta lanzó a Jesús porque su hermana dio prioridad a la escucha de su Palabra sobre tareas de la casa, que podían perfectamente posponerse. Recordamos también la respuesta de Jesús: "María ha escogido la mejor parte y no le será quitada" (Lc 10,42). Más allá de esta desavenencia de Marta con su hermana, Jesús está señalando uno de los sellos que definen a sus discípulos de todos los tiempos: son y serán hombres y mujeres que viven en el mundo pero que no son del mundo, son … de la Palabra, porque la hacen suya… son de Dios (Jn 17,14). Porque son de Dios, de su Palabra, anteponen cada día el diezmo de su tiempo a escucharle con todo su corazón, con toda y su alma y con todas sus fuerzas para que su relación con Él esté cimentada sobre la Roca, no sobre la arena. (Mt 7,24-27). Estos hombres y mujeres, que son la Luz de Jesús en y para el mundo, serán una y mil veces incomprendidos e incluso despreciados, pero no es que les importe mucho; saben que han escogido la mejor parte de toda existencia humana y que no les será arrebatada como dijo Jesús a Marta. Nada ni nadie nos la arrebatará ni persecuciones, ni desprecios, ni soledades y ni siquiera la muerte, como dijo Jesús a estos primeros discípulos a quienes llamó "mis ovejas": "Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, nadie las arrebatará de mi mano" (Jn 10,28).
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapóstoles.com
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