viernes, 5 de marzo de 2021

Prudentes

Tú no nos quieres prudentes
No hemos nacido de nuevo para vivir agarrados, sujetos por nuestro miedo a lo que no conocemos y que tu amor nos ofrece.
No caminas sobre el mar y vienes hacia nosotros para que, llenos de asombro permanezcamos sentados.
Quieres en nosotros a Pedro que no quiso solamente quedarse en aquel asombro.
Aquel Pedro que retó, puso a prueba tu grandeza y quiso ser parte de ella pidiéndote comprobar, dando sus propios pasos, que tú eras el Dios vivo caminando sobre las olas del mar y que harías que él también pudiera acercarse a ti, caminando sobre el agua agarrado de tu mano.

Pedro no fue prudente y traicionó su razón
Pedro quiso comprobar que había entregado su vida a la única verdad y se abandonó a la suerte de tu Palabra: “ven”.
Nuestra prudencia es la prueba de no confiar en ti.
Es decirte que te amamos desde la duda de quien no cree que si te entrega su vida, tú se la devolverás de nuevo, como a Cristo en el Calvario.

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