El Evangelio de este domingo, nos presenta a María de Nazaret, con la Palabra ya hecha carne en su seno, yendo al encuentro de su prima Isabel. Riquísimas son las variantes catequéticas que como haces de luz surgen de este texto. Nos fijamos en la que fluye de las palabras que dice Isabel al final del pasaje: Eres Bienaventurada, es decir llevas el sello de Dios, no tanto porque tienes tu agenda llena de compromisos, reuniones, simposios..etc, sino porque te has creído el Anuncio que Dios te hizo llegar por medio del Ángel Gabriel y porque lo creíste, se cumplirá en ti, a pesar de ser el Imposible de todos los imposibles a los ojos de los hombres.
No hay cómo creer que Dios se haga carne en un ser humano, tú si lo creiste. Al llamarla Bienaventurada por hacer suyo el Anuncio sin matices ni recortes para hacerlo " más comprensible", está proclamando que toda ella quedó revestida del Espíritu de las Bienaventuranzas ( Mt 5,1-11).
Un lector y oyente del Evangelio del Hijo de Dios es, al igual que María, Bienaventurado cuando acoge el Evangelio como es..sí..Imposible de cumplir, sin embargo confía humildemente que el Espíritu Santo se lo grabe en el alma. Entonces entiende todo..y el que así entiende, actua en consecuencia sin que le empujen ni presionen.
(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
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