“Sapit qui Deum sapit”. Sabe el que conoce o saborea a Dios.
Largo ha sido el camino del confinamiento y no todos hemos percibido e intuido esas “luces del alma” que llamaban insistentemente a nuestro interior con fuerza sacra y glorificada.
Para las personas de esperanza tranquilizadora y optimista, que anhelamos reavivar esa llama que arde y anticipa nuestra capacidad de cercanía hacia Dios, que es ternura, cuando somos frágiles y fuertes a la vez y que siempre nos ha nutrido y guiado.
Os presento y recomiendo este libro del Misionero Comboniano P. Antonio Pavía, escrito en los meses más agudos de la pandemia, que a consecuencia de su patología adquirida en sus años en Ecuador, su confinamiento ha sido y es especialmente rígido.
Conozco a Antonio hace años e intuyo algo de los recovecos de su alma por lo que puedo decir que este libro rezuma la Espiritualidad de la Palabra, al igual que la treintena de libros publicados en España.
Este experto para convertir en alimento espiritual, la sabiduría acumulada por la Palabra contemplada, como diría santo Domingo de Guzmán, nos ofrece un cielo abierto porque la presencia de las “Luces del Alma desde el confinamiento” ya ha sido tatuada con entusiasmo en nuestros corazones.
La colaboración, la sencillez y sabiduría de Olga y Loles, se han convertido en emocionadas palabras poéticas, que tanto le agradan a Dios.
Laus Deo.
Miguel Iborra Viciana
Para las personas de esperanza tranquilizadora y optimista, que anhelamos reavivar esa llama que arde y anticipa nuestra capacidad de cercanía hacia Dios, que es ternura, cuando somos frágiles y fuertes a la vez y que siempre nos ha nutrido y guiado.
Os presento y recomiendo este libro del Misionero Comboniano P. Antonio Pavía, escrito en los meses más agudos de la pandemia, que a consecuencia de su patología adquirida en sus años en Ecuador, su confinamiento ha sido y es especialmente rígido.
Conozco a Antonio hace años e intuyo algo de los recovecos de su alma por lo que puedo decir que este libro rezuma la Espiritualidad de la Palabra, al igual que la treintena de libros publicados en España.
Este experto para convertir en alimento espiritual, la sabiduría acumulada por la Palabra contemplada, como diría santo Domingo de Guzmán, nos ofrece un cielo abierto porque la presencia de las “Luces del Alma desde el confinamiento” ya ha sido tatuada con entusiasmo en nuestros corazones.
La colaboración, la sencillez y sabiduría de Olga y Loles, se han convertido en emocionadas palabras poéticas, que tanto le agradan a Dios.
Laus Deo.
Miguel Iborra Viciana
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