Del Salmo 91
Pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
Mis oídos escucharán su derrota.
El primero que derrotó a nuestro enemigo fue el Señor cuando en el desierto desprecio todo lo que Satanás le ofrecía, y nos dio a todos el aceite nuevo, el Evangelio, para poder nosotros también derrotar a nuestro enemigo. Ya no puede engañarnos. Y creceremos como un cedro frondoso en la casa del Señor, el cedro frondoso es para dar cobijo a nuestros hermanos y que todos sean capaces de derrotar a nuestro enemigo.
El Evangelio es la fuerza que tenemos nosotros los débiles.
ÉSTE ES NUESTRO DIOS
Carmen Caleyo
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