Salmo 92 (91), 2. 10:
Es bueno dar gracias al Señor.
Los malhechores serán dispersados.
Recuerdo un pasaje del Evangelio en el cual el Señor sana a varios leprosos y sólo uno se volvió para agradecerle. Una pena que sólo uno agradeciese la gracia recibida.
Me emociona mucho el Evangelio en el que la pecadora llora arrepentida sus pecados y derrama un perfume en los pies de Jesús y los besa. Es un gesto bellísimo de amor y de agradecimiento al Señor.
Es bueno dar gracias al Señor por todas las gracias que derrama en nuestros corazones y por todas las maravillas que hace en nuestra vida.
Este versículo me lleva al Magníficat en el cual se dice: "dispersa a los soberbios de corazón". Señor crea en mí un corazón manso y humilde como el tuyo.
Salmo 92(91), 12:
Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.
Dame Señor las gracias necesarias para vencer toda tentación.
10 Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé;
11 me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé;
12 me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé.
Este versículo me lleva al salmo 117, 10 al 12:
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Ezequiel 36, 27 :
Gracias Señor. Hágase en mi tu Voluntad.
Paloma Sebastián
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