Hay un lugar en nuestro interior, Señor, un lugar escondido al que no llega nada si no eres tú.
Un espacio que duele cuando está vacío, un espacio que se queja y reclama un encuentro.
Ese lugar, Señor, está hecho de ti y es para ti. Es donde nos encontramos y dónde estás: es tu casa.
Caminamos por el mundo buscando. Dirigimos nuestros pasos anhelando, planeando, esperando.
Sólo hay que quedarse muy quieto para ver ese lugar y , si uno permanece en silencio, puede incluso verlo allí , en el interior, silencioso y tú en él.
Llegar a ese santuario, dedicarle tiempo, silenciar la voz, desear tocarlo y todo ocurre.
Allí si hay paz, esa que buscábamos, esa que nos salva. Ese es el hogar que tú has creado para cada hombre. ¡Que lo sepamos encontrar , Señor! ¡Llévanos allí de tu mano!
Un espacio que duele cuando está vacío, un espacio que se queja y reclama un encuentro.
Ese lugar, Señor, está hecho de ti y es para ti. Es donde nos encontramos y dónde estás: es tu casa.
Caminamos por el mundo buscando. Dirigimos nuestros pasos anhelando, planeando, esperando.
Sólo hay que quedarse muy quieto para ver ese lugar y , si uno permanece en silencio, puede incluso verlo allí , en el interior, silencioso y tú en él.
Llegar a ese santuario, dedicarle tiempo, silenciar la voz, desear tocarlo y todo ocurre.
Allí si hay paz, esa que buscábamos, esa que nos salva. Ese es el hogar que tú has creado para cada hombre. ¡Que lo sepamos encontrar , Señor! ¡Llévanos allí de tu mano!
Olga Alonso
Estoy completamente de acuerdo, ese lugar es el más precioso y total al que podemos llegar, con el silencio, la quietud, los ojos cerrados y toda la atención en la nada, allí te encuentras bien, amado y feliz. Quizás sea un poquito difícil llegar, pues estamos acostumbrados al movimiento a la acción, al pensamiento, que nos dificulta ese no hacer nada, nos parece una perdida de tiempo, pero no es así y nos cansamos de no ver resultados inmediatos, pero hay que perseverar, estar en su presencia, en su casa y el nos envuelve y penetra
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