La sensibilidad femenina, el sacrificio permanente (en silencio muchas veces) de la mujer, el amor que muestra, la novedad del encuentro facilitado por ella, su contagiosa alegría, por su maternidad única e imprescindible, por la creatividad renovadora que imprime, cuando interviene en altas funciones…., todo, todo, se hace nuevo o se revitalice desde la mujer. Por ello entiendo (y comparten muchas /os) será la mujer y por ella se facilite la llave o clave que esperamos para encontrar y volver al camino seguro, donde transitar hacia el equilibrio renovador que nuestro mundo ansia, espera…, esperamos. A fin de entraren la “Cultura Nivelada” o la “Cultura del encuentro”como reclama el Papa Francisco. Mundo globalizado que en la actualidad se halla un tanto desnortado, desorientado, confundido y sumamente convulso. Que no logra alcanzar la paz, ni encuentra el equilibrio obligado de empleo y trabajo en sus “cinco continentes”. De ahí que gran parte de sus habitantes mantengan un éxodo existencial aterrador, que nos interpela.
No hay que olvidar que fue por una mujer hebrea, joven y virgen llamada María y por su “SI”…, nos llegó la Salvación. Quedando esta liberadora salvación de la persona y del mundo, vinculada al papel muy decisivo de la mujer. El mismo Jesús, el Hijo de Dios nuestro Señor,engendrado en su vientre virginal en su periplo salvador ya cuenta en su grupo de discípulos, con las mujeres y las mantiene en su compañía. Devolviendo y rescatando el protagonismo femenino que tuvieron en la Historia de Israel. Durante mucho tiempo, nuestra cultura y lectura Bíblica, no ha dejado ver y menos “nacer a lo femenino”,arrojando al “rio del olvido” su protagonismo y a la intrascendencia de lo no-significativo. Debemos pues hacer memoria de estos nombres de mujeres y detenernos en los textos Sagrados por el decisivo protagonismo que tuvieron en favor de su pueblo…, tales como: Sara, Agar,Rebeca, Raquel, Lia, Dina, Tamar, Séfora, Rahat, Jael,Rut, Noemi, Betsabé, Micol, Abigail, Hulda, Juana, Susana, Lidia, Damaris, Priscila, Febe….
Demos gracias a Dios y a su Espíritu, que nos mueve y nos centra a considerar e incorporar el papel decisivo que tiene reservado a la mujer, dentro de su progresivo Plan divino Salvador. Sabiendo de su responsables servicios a la que son llamadas, definidos por y a través del Amor de Dios, reflejado en ellas, permitiendo y defendiendo la Vida. Ya que por medio de ellas está nuestra supervivencia generacional…. Pues el varón verdaderamente no es igual, aunque así se anuncie, él… ¡no puede traer al mundo una nueva criatura!
(Manuel Armenteros)
No hay comentarios:
Publicar un comentario