Día tras día, te bendeciré Señor y alabaré tu nombre por siempre jamás
Alaban ellos la gloria de tu majestad, Y yo repito tus maravillas,.
Difunden la memoria de tu inmensa bondad y aclaman tus victorias (Sal 144)*
La inmensa bondad y paciencia de Jesús con sus discípulos y con todos... siempre esperando.... No hace reproches, ni te dice: ¡ya te lo dije!... Espera a que te caigas del caballo, como San Pablo, poco a poco con un mimo infinito, te va haciendo ver..... y explicándote la Escritura .. como a los dos de Emaús... empiezas a intuir que ahí está la verdad que te hará libre y a confiar en que el que empezó todo esto en tí, lo terminará... y no puedes quedar de brazos cruzados, tienes que contar lo que el Señor está haciendo contigo
ESTE ES NUESTRO DIOS
(Carmen Pérez)
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