Necio según la Escritura, es aquel que se sirve de Dios, de su Palabra y la deforma para su propio provecho, gloria o de la institución o movimiento religioso al que pertenece. Con esta necedad bloquea la Presencia de Dios a aquellos que le escuchan o siguen. Claro que respecto a estos también habría que decir que les viene bien la mediocridad de sus dirigentes pues ,al igual que ellos, no están convencidos de que Jesús y su Evangelio- son inseparables- les den la Vida en abundancia (Jn 10,10b). Frente a estos falsos dirigentes y falsas ovejas se levanta vehementemente Juan Bautista con un grito ensordecedor: ¡¡Fijaos en Él, en Jesús, no en mi!! Yo solo soy su mensajero, Él es el Enviado del Padre, abrid vuestros oídos a su Palabra. Solo así podrá abrirse un camino que alcance vuestro corazón y sanearlo. ¡Escuchadle hasta que oigáis que pronuncia vuestro nombre! Entonces, desbordantes de gozo por haberle encontrado, le seguiréis.
P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com
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