Cuando los profetas decían : “¡Aquel día..!” se referían a la venida salvadora del Mesías. Es el día que marca nuestro encuentro con el Señor Jesús como Camino Verdad y Vida. Jesús dirá a los judíos que Abraham vio… a lo lejos... su Día: "Abraham exultó de gozo al ver mi Día, lo vio y se alegró" (Jn 8,56). Sabemos que Abraham obediente a Dios subió con su hijo al monte para sacrificarlo. Allí vio… a lo lejos… al Cordero Inocente, el que sustituyó a Isaac, inmolado por nuestra salvación. Abraham no sabía cómo se las iba a arreglar Dios para dejar con vida a su hijo, lo que si sabía, porque ya conocía bien a Dios, era que su hijo Isaac no iba a ser sacrificado. En su obediencia Abraham anticipó está promesa de Jesús: "El que pierda su vida por mi y por el Evangelio la salvará" (Mc 8,35). Sí, Abraham subió a la cima, perdiendo la vida por la Palabra recibida y recupero a su hijo... doblemente vivo dado que este constató por si mismo que todo lo que sus padres le habían dicho acerca de Dios Amoroso y Fiel no era una fábula... era verdad… el mismo fue testigo de ello. El Aquel Día de Abraham fue también el Aquel Día de Isaac… ojalá también sea el Aquel Día tuyo y mío que surge luminoso cuando creemos en el Evangelio aunque nos asalten las dudas… la noche.
P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com
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