"Como marchaba a la cabeza del grupo
hacia la casa De Dios. Entre cantos de júbilo y alabanza en el bullicio de la fiesta". (Salmo 41).
Así es cuando estamos contentos y felices porque hemos entendido una palabra, nos sentimos inundados de una paz y felicidad ... que no se puede comparar con nada.... pero como dice otro Salmo: "Escondiste tu rostro y quedé desconcertado..."
Cuando esto ocurre, tenemos que agarrarnos a los momentos en que estábamos exultantes de alegría ... porque sentíamos al Señor cerca de carne y hueso... y sin desfallecer de día y de noche ... como María Magdalena, llorando si es necesario, seguir buscando ... y se hará el encontradizo...Él lo prometió y lo cumple.
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