jueves, 6 de abril de 2017

Poemas II.- TU LUZ ES DEMASIADO FUERTE.- (por Olga Alonso)


Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.
Jn 3; 19-20


TU LUZ ES DEMASIADO FUERTE


Señor, tu luz es demasiado fuerte y es difícil soportar lo que ilumina: ver al descubierto todo lo que la oscuridad esconde y adormila en la conciencia del hombre.


Y por esa razón, tu luz asustó a aquellos hombres que te interrogaban sin cesar .


Aquellos hombres que se creían sabios, y a los que tu palabra convertía en impotentes, retratados, inermes; y fue por eso que decidieron matarte, arrancarte del mundo, silenciar tu voz acusadora de su vida falsa y de su conciencia adormilada.


Y así nos ocurre ahora a nosotros, Señor, cuando nos cruzamos con tu luz que cada día atraviesa nuestros pensamientos, decisiones, palabras y obras.


Tu luz que, a veces de forma delicada y otras con la tenacidad de la cruda verdad, alerta y da voz a nuestra conciencia.


Y cuántas veces decidimos también nosotros matarte, Señor.
Cuantas veces, mirando hacia otro lado, negándonos a obedecerte, cuestionando esa verdad, decidimos sacarte de nuestra existencia, dejarte para luego y tomar nuestro propio camino.


Navegantes de oscuridades, parece que nunca quisiéramos aprender y, después, cuando el miedo y la desolación vuelven a atrapar nuestra existencia, en medio de la tempestad, gritamos como niños desamparados y tú, a quien habíamos matado, de nuevo extiendes tu manos y nos recoges.


 Después se presentaron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: «Así dice Yahveh, el Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.»


Respondió Faraón: «¿Quién es Yahveh para que yo escuche su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yahveh y no dejaré salir a Israel.»
Ex 5;1-2

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