"Mis ovejas distinguen mi voz de la de los extraños," dice Jesús. La Voz de Jesús resuena en la acústica del alma. Cuando un hombre percibe el hambre de su alma, encontrar a Dios ya es solo cuestión de tiempo. Jesús es la Voz del Padre, su Evangelio va al encuentro del alma incompleta sin Dios. El Evangelio de hoy nos alerta de voces extrañas proclamadas por pastores extraños a Dios. Son voces vacías, cargadas de personalismos, tan vacías como sus proclamadores. Por el contrario la Voz de Jesús y de sus discípulos resuena en el alma con un primer grito.. ¡Vive!
Los verdaderos buscadores de Dios, como desperezándose de un mal sueño, se alegran de haber sido encontrados por su Buen Pastor.
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario