Antes de subir al Padre, Jesús le expresa un deseo en favor de sus discípulos: "Padre, quiero que donde esté yo, esten tambien ellos conmigo " Jn 17,24 Conforme avanza el transcurso de nuestra vida, vamos superando peligros y enfermedades, no obstante con el paso de los años, nuestra vitalidad, también nuestras perspectivas se van mermando. Ante esta tozuda realidad, puedo afirmar que no hay mayor absurdo y fracaso existencial que aceptar que la propia muerte no se diferencie en nada de la de cualquier animal, de la de un perro por ejemplo. Abrámonos al que dignifica infinitamente nuestra existencia, al Hijo de Dios el que nos llama a ser sus discipulos ,a vencer a la muerte,a vivir con Él en el Padre.
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