El Evangelio de hoy nos dice que Dios invita a todo hombre a participar de un banquete. Damos a la palabra invitar todo su alcance, que implica que es el hombre quien tiene que decidir si acepta o no la invitación de Dios. Somos nosotros los que tenemos que situar o no la invitacion en la lista de nuestras prioridades, jamás se le ocurrirá a Dios interferir en nuestra libertad. Dios es quien invita y tú quien prioriza. Sin embargo, es bueno señalar en qué consiste el banquete al que somos invitados... pues consiste en el ofrecimiento por parte de Dios para entrelazar tu vida, la temporal y eterna con Él. Aun siendo una perspectiva que nos abre a la Plenitud...aun así.. Dios nunca elegirá por tí...es a tí a quien le toca.
(Por el padre Antonio Pavía)
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