El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba , el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva.
Jn 7; 37-38
PLANTÉ MI VIDA
Hace tiempo planté mi vida al lado de tu agua, Señor.
Hace tiempo supe que quería dejar de tener sed y supe también que allí, a tu lado, la vida tendría sentido, a la orilla de tu cauce.
Vivimos, Señor, buscando el agua que nos quite la sed que grita en nuestro interior.
Y buscamos agua que no calma, agua del mundo que parece agua, pero no lo es.
Y tardamos en creer que es verdad que tu pones una fuente de agua viva en nuestro corazón, una fuente que no se agota, para que, cuando el calor y el agotamiento de caminar por el mundo nos ahogue y deje exhaustos, siempre podamos acudir allí, a ese lugar en tu orilla, donde hemos plantado el árbol de nuestra vida.
Al lado de tu agua….el agua que salva.
Entonces me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?» Me condujo, y luego me hizo volver a la orilla del torrente .Y al volver vi que a la orilla del torrente había gran cantidad de árboles, a ambos lados."
Ez 47;6-8
(Por Olga Alonso)
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