Me miras desde enfrente
Y me muestras tus brazos, levantados hacia el cielo
“Mis brazos en forma de alas”, me dices
Y siento que me invitas: ”volemos juntos, separa tus manos, álzalas hacia el cielo, siente como tus pies se despegan del suelo y ……..volemos”
“Volemos porque ya nada te pesa, porque has elegido soltar lo que te ataba, volemos cada día sin mirar al lugar donde tus pies se aferraban al suelo”
“Levanta la mirada, observa el horizonte. Tienes todo un cielo por volar. Volar hacia la Vida, volar hacia la Luz”
“Si me miras y lo quieres, yo te haré ligera como las aves y volaré delante de ti. Sólo tienes que mirarme y seguirme”
Y, cada vez que te miro, Señor, ansío volver a escuchar esas mismas palabras y probar otra vez a elevarme contigo, con los brazos abiertos, respirando profundamente, por encima de tu Cruz, que nos hace despegar hacia la Eternidad.
(Olga Alonso)
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