REFLEXIONES SOBRE EL EVANGELIO del III Domingo del tiempo Ordinario. Ciclo C (Lc 1,1-4.4,14-21) 27-01-2019
Jesús entra en la Sinagoga de Nazaret. Le dan un texto de Isaías que proclama la misión del Mesías en todas sus dimensiones, y Jesús, anuncia solemnemente: "Éstas promesas se cumplen hoy.", es decir, ¡se cumplen en Él!. ¡Sí!, Jesús es el Enviado del Padre como Camino,Verdad y Vida de todo hombre. Podemos creer mucho o poco en Jesús, Hijo de Dios que nos da la Vida, lo que si es evidente es que en un cierto momento de nuestra existencia, necesitamos como un revulsivo que nos impulse a la conquista de metas jamás imaginadas y menos aún alcanzadas. Este Hoy de Jesús que oímos en éste Evangelio, es como una suave brisa que nos despierta e invita a ir al encuentro de este Hoy que realza nuestra vida. Zaqueo lo buscó y lo oyó. Era jefe de publicanos en Jericó y a los ojos de todos había alcanzado metas bien altas. No era tan evidente para él, no sabía explicarlo bien, pero sabía que le faltaba algo. Ese algo que conforme pasan los años llega a ser mucho. Un día, Zaqueo oye una algarabía en la calle, se informa y resulta que Jesús está entrando en la ciudad. Se entabla un combate en su interior sobre si debe o no salir a su encuentro. Decide ir, total si Jesús es solo un hombre, poco es lo que pierde, pero si es el Hijo de Dios, como se oye por ahí,lo gana todo en esta vida y también después de su muerte. Fue a su encuentro, Jesús que como a todos, ya le esperaba, le dijo: Hoy ha llegado la salvación a tu casa, mis huellas están tatuadas en tu alma.
Jesús entra en la Sinagoga de Nazaret. Le dan un texto de Isaías que proclama la misión del Mesías en todas sus dimensiones, y Jesús, anuncia solemnemente: "Éstas promesas se cumplen hoy.", es decir, ¡se cumplen en Él!. ¡Sí!, Jesús es el Enviado del Padre como Camino,Verdad y Vida de todo hombre. Podemos creer mucho o poco en Jesús, Hijo de Dios que nos da la Vida, lo que si es evidente es que en un cierto momento de nuestra existencia, necesitamos como un revulsivo que nos impulse a la conquista de metas jamás imaginadas y menos aún alcanzadas. Este Hoy de Jesús que oímos en éste Evangelio, es como una suave brisa que nos despierta e invita a ir al encuentro de este Hoy que realza nuestra vida. Zaqueo lo buscó y lo oyó. Era jefe de publicanos en Jericó y a los ojos de todos había alcanzado metas bien altas. No era tan evidente para él, no sabía explicarlo bien, pero sabía que le faltaba algo. Ese algo que conforme pasan los años llega a ser mucho. Un día, Zaqueo oye una algarabía en la calle, se informa y resulta que Jesús está entrando en la ciudad. Se entabla un combate en su interior sobre si debe o no salir a su encuentro. Decide ir, total si Jesús es solo un hombre, poco es lo que pierde, pero si es el Hijo de Dios, como se oye por ahí,lo gana todo en esta vida y también después de su muerte. Fue a su encuentro, Jesús que como a todos, ya le esperaba, le dijo: Hoy ha llegado la salvación a tu casa, mis huellas están tatuadas en tu alma.
(Padre Antonio Pavía)
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