Jesús dice a sus discípulos que va a ser entregado a los Sumos Sacerdotes, que será objeto de burlas y desprecios y que al fin le matarán; eso sí, que al tercer día resucitará.
¿Cuál fue reacción de ellos? Su reacción constituye el Evangelio de hoy. La verdad es que actúan como si no hubiesen oído nada; Juan y Santiago dan rienda suelta a sus ambiciones, a su hambre y sed de gloria, la que el tiempo relega al olvido.
Ya han escogido su puesto de honor, pensando en el triunfo de Jesús, a quien se imaginan rey victorioso. Bastante impresentables estos tipejos, son un escándalo para todos... menos para Jesús. Bien sabe que ellos y los demás y todos los que lleguen a ser sus discípulos a lo largo de la historia somos de un barro que asusta. Jesús lo sabe y penetra nuestra debilidad con su Palabra invitándonos a seguirle. Su primera Palabra es: ¡Ven ! Esta llena de Fuerza y Sabiduría..y tiene poder creador, ¡Si! porque llegar a ser discípulo de Jesús, no es cuestión de voluntarismo sino de dejarse crear por nuestro Maestro y Señor. Fijémonos en Juan, Santiago y los demás que se indignaron vivamente ante las pretensiones de ellos. Sí, fijémonos en que culminada la obra del Señor, en su debilidad pasaron de ser barro a ser rocas. Al final su única ambición y honor fué, identificarse con Jesús hasta dar su vida por Él y por su Evangelio como servicio al mundo.
(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
Nota: Este domingo que celebramos el Día Misionero por excelencia en la Iglesia, estamos con todos los misioneros que entregan su vida por la evangelización en los pueblos más necesitados del mundo.
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