Señor, cuantas veces pasas por delante de nosotros, y no nos enteramos porque estamos dormidos.
Estamos dormidos, cuando no nos damos cuenta de la grandeza de nuestro Dios.
Estamos dormidos, cuando no nos enteramos de cuánto nos amas, Señor.
Estamos dormidos, cuando Tú nos llamas y no te queremos escuchar.
Estamos dormidos, cuando te dejamos a un lado, y solo nos centramos en nuestro yo.
Estamos dormidos, cuando nos olvidamos de María, que es nuestra madre, y siempre intercede por nosotros ante su hijo, Dios.
Estamos dormidos, porque estamos más cómodos viviendo sin pensar si lo que hacemos con nuestra vida, está bien o está mal.
Estamos dormidos, pues vivimos tan deprisa, que no nos damos cuenta del sufrimiento de los demás.
Estamos dormidos, cuando no vamos a rezar, y si no cuidamos de nuestra alma, no podremos reconocer a Dios en nuestro interior.
Estamos dormidos, porque no queremos ver el mal, aunque nos esté acechando sin parar.
Estamos dormidos, cuando vemos tanta miseria que hay en el mundo y pasamos de largo, sin ni siquiera pensar, que en esa miseria nosotros podemos estar.
Estamos dormidos, cuando en los momentos más difíciles de nuestra vida, no nos acordamos de que Tú estás ahí, con nosotros, y nunca nos vas a abandonar.
Estamos dormidos y no queremos despertar, pues si abrimos los ojos, nos vamos a ver y no nos vamos a gustar.
Estamos dormidos tantas y tantas veces, pues estamos cegados por otros dioses y nos olvidamos de que solo hay un Dios, que es el Rey y Señor de toda la creación.
Señor te pedimos ayuda para podernos despertar, así te podremos ver, te podremos escuchar, pues hemos estado tanto tiempo dormidos que estamos desorientados, y ya no sabemos ni cómo, ni donde te podemos encontrar
Ahora por fin, cuando pasas por delante de nosotros sí que te reconocemos, pues del letargo nos hemos despertado ya.
Tú quieres que te pidamos perdón para podernos perdonar, y así acogernos en tu reino como lo hiciste con Jesús tras su muerte y resurrección.
Sí, te queremos pedir perdón Señor por haber estado tiempo dormidos y no haber querido despertar, Tú Señor que eres misericordioso, nos perdonas, por eso quisiste venir al mundo y te dejaste crucificar para salvar a los hombres y al tercer día resucitar.
(Elia- comunidadmariamadreapostoles.com)
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