No es tan fácil, Señor
No resulta sencillo seguirte cuando el peso de los días, y el girar turbio del mundo cae sobre mí.
Cuando todo es ruido y cansancio, cuando no entiendo, cuando solo respiro si levanto mis ojos y te veo en el sereno movimiento de las hojas en los árboles.
A veces no hay tregua y solo oigo soledad
A veces parece como si no estuvieras o hubiera ganado la nada, la desolación
No es fácil cuando se oye más la tormenta que el susurro, cuando se anhela la paz y se confirman los días por su carga de necedad
Y aun así, espero en ti
Espero en tu promesa y mantengo mi esperanza
Aun así, no hay día que pase y no levante los ojos porque sé que me miras aunque yo no te vea
No es fácil combatir al mundo pero es aún más difícil olvidarte. Es imposible no confiar.
Cómo no hacerlo si tantas veces vuelves, si, de hecho, siempre vuelves
Sobre la superficie de este mar nocturno, sé que aparecerás una de estas madrugadas caminando y sé también que me dirás, como maestro bueno, cuántos días y horas sostuviste mis pies en el cansancio, cómo protegiste mi
vida en la tormenta, cómo me aferró tu mano………
Para después, recostarme en ti, descansar y escucharte, tomar fuerzas y salir
Salir de nuevo, sin prisa pero dispuesta a volar con tu triunfo en mi alma.
(Olga Alonso)
comunidadmariamadreapostoles.com
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