Jesús le contestó:
–Marta, Marta, estás preocupada e inquieta por muchas cosas; sin embargo, solo una es necesaria.
María ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará.
Lc 10, 41-42
EXTRAÑOS
Dicen que somos extraños, nos miran perplejos.
No entienden detrás de qué vamos y piensan que hemos claudicado de buscar razones para explicar la vida y que hemos preferido alienar y adormilar nuestras almas inventándonos un Dios.
Pero, si te detienes y les observas, buscan con su mirada, hacia dónde miras tú.
Quieren saber por qué hay algo en ti que les provoca y, a la vez, les da paz.
Tu libertad, tu dignidad, tu alegría, tu luz, tu bondad, tu lealtad, tu amor de cristiano, en fin, todo lo que tienes por el hecho de haber acogido su Palabra, son el espacio donde los hombres con los que te encuentras, se encuentran con Dios.
Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Sl 92, 5-7
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