"Él no olvida jamás al pobre, ni la esperanza del humilde perecerá". (Del Salmo 9,18-19).
Aquí, el salmista habla de los "pobres De Dios" ... De los que se fían de el Señor, y saben que todo, tanto lo bueno como lo malo que les pasa, concurre para bien.
Como dice San Pablo, de los que, como la Reina Esther, prescinden de todas sus pretensiones humanas y solo les queda Dios..
Estos son los pobres de Dios, a los que el Señor levanta de la muerte, los que desde el gozo de su salvación pueden decir a los demás : "ven y verás".
AMEN
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