Jesús nos habla del propietario de una viña que sale una y otra vez buscando quien quiera trabajar en ella. El propietario representa a Jesús, que llama sin cesar a personas que quieran ser luz y sal para el mundo. El problema está en los que le dicen que sí "aguantando el peso del día y del calor" a disgusto, el cumplir por el cumplir no sea que nos castigue. Estos trabajadores..que sí que los hay..nunca llegarán a ser discípulos de Jesús..se mueven entre el fanatismo y el avinagramiento.
La paga del discípulo es la de estar con el Señor Jesús. Acontece entonces la Fiesta del alma.. el saber estar con Dios. Por supuesto, este es el mejor salario.
(P. Antonio Pavía)
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