El Evangelio de este domingo nos pone en guardia ante el peligro que acecha a los discípulos de Jesús.
Pedro representa a aquellos que quieren seguir a Jesús pero teniendo la sartén por el mango, es decir segun sus propios criterios.
Jesús deshace la mentira que anida en los que le siguen, diciendo a los doce que va a ser juzgado, condenado y ejecutado, y también que al tercer día resucitará. Con este anuncio difumina los planes idílicos de los que acogen su llamada esperando el aplauso y admiración de los demás. A éstos representa Pedro que al oír las palabras de Jesús salta desencajado diciéndole que se quite esas ideas de la cabeza. No, no está mirando por Jesús sino por él mismo, por su honor y gloria. Jesús, sin dejar de amarle, le dice que sus planes no son los de Dios.
Todos hemos sido este Pedro...pero con la esperanza de ser un día el otro Pedro, el que dió su vida por Jesús y su Evangelio.
(Antonio Pavía)
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